El actor habló sobre la nueva serie original de HBO basada en la novela de Philip Pullman que esta noche llega a la pantalla y que cada semana traerá un nuevo episodio
Apuntando a un público adolescente y con una estética bien conocida para los amantes de la ficción de fantasía, His dark materials debuta esta noche en HBO. La primera temporada constará de 8 episodios y la serie ya fue renovada para una segunda entrega.
Con los protagónicos de Dafne Keene, a quien vimos hacer un gran trabajo en Logan, James McAvoy, Lin-Manuel Miranda, Ruth Wilson y Clarke Peters, la trama se centra en una joven que parece ser pieza clave para salvar un mundo en el que Estado e Iglesia se disputan el poder y la verdad. Se trata de un mundo mágico en el que la gente tiene criaturas conocidas como daemonios, que los acompañan en sus quehaceres cotidianos.
En el primer episodio, la fuerza está puesta en la didáctica y en el explicar al máximo posible cómo funciona este universo. Cuando todo parecía estar en orden, algunos niños comenzaron a desaparecer alarmando al poblado.
Con un gran conocimiento previo de la obra de Philip Pullman (autor y productor ejecutivo) Clarke Peters se sumó a la serie para interpretar al Maestro de la Universidad de Jordan. De cara al estreno de esta noche, cuando a las 23 horas se pueda ver el primer episodio, el actor habló sobre una de las ficciones que busca cautivar a los fanáticos de los libros y conquistar a los que no conocen de qué se trata.

Contanos sobre tu personaje
Dr Carne es el Maestro de la Universidad de Jordan, una de las tantas que hay en Oxford. Para los que no hayan leído el libro o no me conozcan, voy a estar desde el principio. Es un libro sobre una joven creciendo en una era y una dimensión no tan diferente a esta, aunque hay cierta tecnología que le permite conocer parte del futuro. Ese instrumento se lo di yo. En la universidad vemos temas como la ciencia, la teosofía, la teología y la filosofía, aunque imagino que no se plantea así. Es una conversación que plantea iglesia versus estado, espiritualidad versus política, adolescencia versus madurez. Mi personaje es como el guardián de la joven Lyra y tienen que enseñarle esto junto a su padre Lord Asriel.
De inmediato vemos que tu personaje le da a Lyra el aletiómetro, aunque también intenta envenenar a Asriel. ¿Sos el bueno o el malo?
Yo me preugnté lo mismo. No lo sabés. No sabés si hace cosas para cuidar su cargo, a la joven o al universo: para salvar al mundo tenés que sacrificar a una persona. En el libro y en la serie, la decisión es compleja. Sería difícil para cualquiera. Eso está bueno en la narrativa, porque no lo sabés, no tenés idea.
¿Cuál es la relación del Maestro con Lyra?
Lyra no es una niña. Un niño es tal por el ambiente en el que se cría. Así que en relación al ambiente en el que ella está, es una niña. Aunque en relación con el mundo es un ser humano con mucho conocimiento. Tiene todas las habilidades y el conocimiento para sobrevivir, razonar y analizar un mundo en el que tendrá que negociar para salir adelante. Es una niña que fue llevada a un campus universitario, así que desde una edad temprano, no tiene padres. Ella tiene intereses a los que debería haberse apegado pero no lo hizo, así que al menos por osmosis, por asociación, su habilidad para el pensamiento crítico supera al de cualquiera sólo por estar en ese ambiente. En relación con el vínculo con su Maestro, se la encomendaron a él que seguro sería lo último que quería, este no es un lugar para un niño, aunque creo que el autor me dio espacio para expresar mi amor paternal y la pérdida cuando hay que dejar que la niña se vaya. Es el síndrome del nido vacío por el que pasan las mujeres, aunque los hombres también lo padecen más allá de si queremos admitirlo o no. Si tenés hijos, sabés que cuando se van, falta algo. En este caso, sé que tiene que irse en su propio viaje y es como perder un dedo del pie.
¿Hasta qué punto es un mundo real o de fantasía?
Es como el nuestro aunque nosotros no tenemos daemonios. Los nuestros los llevamos dentro. En este mundo, se manifiestan con la forma de algún animal. Además, hay máquinas que hacen cosas increíbles sin necesitar combustible fósil. En este mundo de fantasía puede pasar cualquier cosa, pero Philip Pullman está muy enfocado en la verdad para que no sea una locura. Nadie desaparece delante tuyo… a menos que tengan un cuchillo mágico. Hay cosas que no pueden ver a menos que tengan un catalejo lacado. Me gusta. Visualmente, lo que hicieron nuestros diseñadores, sobre todo para Oxford, fue crear un ambiente académico muy cómodo en el que podría vivir por décadas, como hace esta gente.
Como actor, ¿qué hacés para mentalizarte de que tenés un daemonio siguiéndote?
Afortunadamente, Tom Hooper se aseguró de que al principio tuviéramos mascotas cerca con las que pudiéramos vincularnos, sobre todo en lo que respecta al punto de vista espacial, no en relación con la personalidad. Fue un regalo del cielo. Mi daemonio es un ave, un cuervo que se posa en mi hombro o mi muñeca. A veces tengo que imaginarme cómo sería que algo aterrice o despegue en tu muñeca. Estamos aprendiendo, más allá de cuál sea nuestro daemonio, a imaginar que están ahí. La producción nos dio la oportunidad de sentir que se siente así no quedamos como locos. Un cuervo es un ave grande, no es un zorzal, entonces cuando miro a mi muñeca tengo que levantar un poco la mirada para captar su tamaño, su peso y la distancia a la que está.
¿Qué pensás que representan los daemonios?
Creo que son nuestro sexto sentido. La única forma de funcionar en el mundo o movernos en este plano es a través de nuestros cinco sentidos. Las vibraciones que se mueven muy rápido y llamamos luz, sólo pueden ser percibidas por nuestros ojos. Tus orejas no pueden captar esa vibración, aunque cuando se ralentiza sí. Cuando se hace muy lento, todo tu cuerpo la siente. Si prestás atención a los daemonios y ves cómo funcionan en la historia, creo que son como nuestro sexto sentido. Yo puedo conseguir el punto de vista de un ave en un paisaje, puede sentir al daemonio de otro y percibir sus intenciones como hacen los humanos. Cada humano tiene este sentido y Philip fue inteligente al transformarlo en un animal.
¿Cómo te sumaste a la producción?
Estaba al tanto del libro y había visto la obra hace años, así que no era tan desconocido. De hecho, me sumé porque cuando conocí a Philip me dijo: “Quiero que hagas esto”. Fue en el Festival Hay el verano pasado. Para ese entonces, había leído el libro y estaba sorprendido. Después tuve que pensar cómo hablar, porque mi acento americano a veces es muy duro. Creo que confiaron en mí, estoy muy agradecido, también con Tom Hooper, por haber permitido que esto suceda.
¿Cómo se siente manejar un aletiómetro real?
Excelente. El que lo haya diseñado, es distinto. No es como una brújula, es como tres brújulas. Es como una brújula y un reloj. Tiene diales, engranajes, se mueve. Pensá en un planetario, esa cosa con la que calculan la astronomía, que tiene como tres o cuatro anillos con los planetas, el sol está en el medio y todos se mueven alrededor del sol. Si podés imaginarte todo eso en un disco, eso es un aletiómetro.
¿Cuál sería el daemonio de Clarke Peters?
Al principio pensé que era un caballo, pero ahora creo que sería un charrán. Estuve pensando en esas aves porque sentado acá en el castillo en Cardiff estuvimos hablando de nuestros daemonios. El charrán puede volar, nadar y correr, es muy versátil.