“Good Boy” desafía la comodidad del espectador, invitándolo a sumergirse en un mundo donde las relaciones toman giros inesperados.
“Good Boy” nos adentra en el mundo perturbador de las citas digitales, donde las apariencias pueden ser engañosas y los perfiles revelan poco sobre la verdadera naturaleza de las personas. El cineasta noruego Viljar Bøe retrata un thriller psicológico sobre las superficies de las relaciones modernas que se desgarran para revelar un oscuro juego de control y perversión.
¿De qué va?
Sigrid, interpretada por Katrine Lovise Øpstad Fredriksen, se embarca en la búsqueda de su compañero ideal a través de una aplicación de citas, un viaje que la lleva a Christian, un apuesto millonario con un encanto aparentemente inofensivo. Sin embargo, la fachada se desmorona cuando descubre el perturbador secreto que Christian esconde en su hogar: un hombre disfrazado y actuando como un perro.
Dirigida por Bøe, la película explora las facetas más retorcidas de las relaciones humanas, yendo más allá de las convenciones del género de terror. La premisa de un hombre viviendo como perro se convierte en un escalofriante vehículo para explorar las complejidades de la obsesión y la búsqueda desesperada del amor.
“Good Boy” logra tejer una narrativa que envuelve al espectador en una atmósfera palpable de incomodidad. Cada escena está impregnada de una tensión sutil pero persistente que se arrastra bajo la piel. Viljar Bøe explora las dinámicas de poder a través de cada interacción, cada mirada, que se intensifica a cuenta gotas..
Bøe no solo desafía las expectativas, sino que las destroza, dejando al descubierto una narrativa que se adentra en las entrañas de la psique humana. “Good Boy” no solo ofrece una experiencia cinematográfica inmersiva, sino que también se une a la rica tradición del cine de terror noruego, recordándonos obras como “The Innocents” al explorar el horror en su forma más siniestra y desgarradora.