Álvaro Morte, más conocido como “el profesor”, estrenó la última temporada de la serie española en Netflix y nos adelantó cómo se sintió al respecto en la siguiente entrevista exclusiva.
–Cuéntanos cómo ha ido el rodaje de la última temporada de La casa de papel.
-Bueno, ha sido… ha sido especialmente duro. Ha sido especialmente duro por varios motivos, pero sobre todo, más allá de toda la tralla que supone la grabación de tanta acción como tiene la quinta temporada y la exigencia que suponía a nivel de interpretación en las secuencias que nos ha tocado grabar… luego también había una parte como muy emocional de saber que estás grabando la última y que también se hacía duro a la hora de grabar, por un lado estás como muy implicado en la secuencia y, por otro lado, hay una parte de tu cerebro que te está diciendo: “Bueno, es que a lo mejor ésta es la última vez que haces esto con El Profesor, ¿no?”. Entonces, bueno… Ha tenido ahí su momento un poco duro.
-¿Cómo te sientes ante el final de La casa de papel?
-Bueno, pues bueno… fíjate: yo en su momento ya tuve mi luto con respecto a dejar de hacer El Profesor cuando terminamos la segunda temporada, que parecía que iba a terminar ahí, y pasé como ese proceso, ¿no?, de despegarme de aquel personaje que me estaba dando tanto y al que yo quería tanto. Cuando de repente retomamos para hacer una tercera, una cuarta, las que vinieran… fue como una alegría, entonces yo me lo he tomado como una segunda oportunidad y he intentado llevarlo desde el disfrute, no desde el sufrimiento que se acaba sino de tener una segunda oportunidad de poder estar con el personaje, con lo cual ha sido… ha sido un poco paradójica esa sensación de estar como muy contento haciendo la temporada y, al mismo tiempo, triste porque se acaba.
-¿Qué recuerdo tienes del último día de rodaje?
-Yo intenté llegar el último día de rodaje como diciendo: “Bah, no pasa nada, es un día más, no te preocupes, tira para adelante con la secuencia y…”. Pero no, efectivamente fue… fue una despedida muy bonita, cuando terminamos todo el equipo se acercó… es un equipo con el que llevas trabajando muchísimo tiempo, al que quieres mucho… y que ellos, pues, en situaciones así también te demuestran que te quieren mucho a ti. Entonces… pues sí… a lo mejor lo podéis ver en el making. Me puse a llorar como si no hubiese un mañana (risas). Sí, a llorar muchísimo, pero bueno… muy agradecido, muy agradecido.
-En líneas generales, ¿qué vamos a poder ver en esta temporada?
-Bueno, yo creo que está cargadísima de… iba a decir como de acción pero voy a decir de acción, porque… o sea, la gente no va a poder levantarse de la silla, creo, porque por un lado tenemos toda una guerra desatada en el banco y, por otro lado, tenemos otra guerra desatada entre el profesor y Sierra, ¿no? Y son dos tipos de guerra completamente distintas, una es absolutamente bélica y la otra es como de estrategia entre ellos… y creo que toda esa parte, toda esa tensión que se genera, tanto en un sitio como en otro, es de lo que más cargada viene esta temporada.
-¿Cómo crees que ha sido la evolución de El Profesor en esta temporada?
-Mira, yo creo que El Profesor es un personaje que durante toda la serie ha evolucionado muchísimo. Comienza siendo un nerd absoluto, absolutamente metido en su plan y completamente obsesionado, con un tipo de inteligencia emocional hacia nadie, ¿no?, ni de poder controlar sus emociones, sus sentimientos… es un tipo que prácticamente no ha tenido pareja en su vida, etcétera, etcétera, ¿no? Y a lo largo de toda la serie… y además es algo que hablábamos Jesús Colmenar, el resto de directores y yo- que era muy interesante también el ver cómo a El Profesor le iba afectando también cada proceso que iba ocurriendo en la serie, ¿no? No es lo mismo El Profesor que entra a robar la Fábrica de Moneda y Timbre que el que sale de la Fábrica de Moneda y Timbre, habiendo perdido a su hermano, habiendo perdido a dos compañeros más -a Moscú y a Oslo-, que estaba fuera de sus planes, de repente se ha enamorado… O sea, todo eso creo que supone un arco de transformación en el personaje de principio a fin… bueno, bastante tremendo, ¿no? Y en la última temporada sí que creo que hay una cosa, y os diría ya casi, casi, casi al final, final, final, como de auto reconocimiento y autoa ceptación muy interesante. Y ahí lo voy a dejar (risas).
-¿Tú crees que esa emoción aportó algo al personaje y a la escena?
-Aquel día estuvimos grabando con Jesús Colmenar, con Migue Amoedo, con Kike… que es gente con la que, además, empezamos La casa de papel, los primeros capítulos, ¿no? Y sí que es verdad que nos mirábamos un poco entre todos y… y asentíamos así un poco en silencio como: “Madre mía, madre mía… ¡A dónde hemos llegado, teniendo en cuenta cómo empezamos! ¡Qué bonito recorrido, qué guay y qué bien lo hemos pasado!”. Y no sé… a lo mejor aparece algo de eso en la secuencia.
-¿Qué ha significado para ti el personaje de El Profesor?
– ¿Qué ha significado El Profesor para mi? Bueno, pues muchísimas cosas, muchísimas cosas… Es un personaje del que he aprendido muchísimo, me lo he pasado en grande haciendo de El Profesor, porque además ha hecho de todo. Ha hecho cosas muy dramáticas, ha hecho cosas muy de acción y ha hecho cosas muy divertidas también. Y he podido trabajar con gente estupenda delante de la cámara y detrás de ella, con un equipo maravilloso… Y luego más allá de lo que supone el que, hoy por hoy, tengo muchísimos proyectos sobre la mesa… pues, bueno, muy interesantes. Y gran parte de ello se debe al profesor, ¿no? O sea, que me llevo muchísimas cosas de El Profesor.
-¿Y en lo personal? ¿Has adoptado algo de él?
-Bueno, fíjate que yo creo que El Profesor lo que más ama de todo, al fin y al cabo, es a su banda, ¿no? Y yo tengo un poco esa sensación, de que me llevo a nivel personal una… una banda muy interesante de los compañeros con los que he trabajado. Sí que es verdad que luego El Profesor y yo conectamos en algunas cosas, hay otras en las que no tanto pero también aprendes a comprenderle… Hay cosas que a lo mejor tú no… no lo sé, a lo mejor no acababas de ser, pero de repente ves el punto de vista que tiene El Profesor sobre la vida y dices: “Ostras, qué tío más perseverante y más…”. No sé, yo me llevo muchas cosas de él, de El Profesor.
-Describe a El Profesor en 3 palabras.
-Pues El Profesor es un nerd maravilloso, es un friki outsider, pero… Fíjate que nosotros cuando lo estuvimos creando decíamos: ”A ver qué tipo podemos hacer para que no sea el típico cerebro de una banda que sea un poquito distinto a lo que estamos acostumbrados a ver”. Y nos dimos cuenta de que la gran mayoría de los cerebros de bandas en historias de atracos y demás eran todos como gente muy guay, con un carisma arrollador y demás. Y entonces dijimos: “¿Y si nos lo llevamos a otro sitio?”. Y esa cosa que tiene El Profesor de lo raro que es y, al mismo tiempo, te quieres ir con él a casa y que te cuente cosas y… Había una cosa que funcionaba muy bien y que era: de repente estábamos todos en una mesa con la paella, o celebrando cualquier cosa, tal y cual… estaban todos haciendo follon y tal… y El Profesor estaba con su origami, con sus cosas pequeñitas… y toda la gente gritando mientras El Profesor decía muy bajito: “Habrá un momento…”. Y todos: fiuuuuu… Entonces, esa cosa críptica de El Profesor… Hay una cosa que me gusta mucho de él y es que nunca llegas a conocerle del todo, siempre hay algo ahí por detrás, detrás de esos ojos, detrás de esas gafas, que siempre es un poco… un poco críptico, pero también me gusta mucho de El Profesor.
-¿Tu escena favorita de toda la serie?
-Mira, hay una que a mí me gustó muchísimo hacer que es de la primera temporada que es el desguace. Y me gustó mucho porque… Primero, por todo lo divertido que fue hacerlo con Jesús Colmenar, porque me metió en un maletero a hacer una conversación de coña con la inspectora, te coge el coche y te sube para arriba y para abajo, tengo que hablar en ruso, me persigue un perro, me pongo hasta arriba de grasa y tierra y demás, y luego al final hacemos como una transformación que decíamos nosotros que era a lo Kaiser Soze, de Sospechosos habituales, de repente, ¿no? Y fue muy… Fue muy divertido hacerlo. Pero más allá de eso, yo recuerdo que en aquel momento yo percibí que aquella secuencia en el guión era un momento en el que se abría una puerta distinta para El Profesor. El Profesor hasta entonces había sido un ratón de biblioteca, estaba absolutamente enfrascado en sus planos, en sus averiguaciones, en sus cálculos y demás… Y, de repente, tiene que salir de su zona de confort, de su ámbito, que era el hangar, y pasar a la acción. Y de repente, cuando hicimos aquella secuencia, dijimos: “¡Hostia, espérate! Que a lo mejor El Profesor en acción también puede… también puede contar cosas, también puede ser entretenido ver a este tío, con todos los problemas que tiene él, y tener que hacer de héroe cuando en realidad no lo es”. Y se abrió como todo un mundo en esa dirección y creo que fue muy acertado dar con la escena del desguace.