En el día 15, traemos una para los que disfrutaron de Nicolas Cage en “Longlegs”. Esta película de terror surrealista es una obligación.
¿Dónde ver?
Disponible en Stremio y Apple TV.
Ideal si te gustó:
Kill Bill, Longlegs, o Midsommar.
No apta para:
Quienes piensan que la psicodelia es solo para arcoíris y buenas vibras.
Panos Cosmatos, el director italo-canadiense detrás de la lisérgica y violenta Mandy (2018), es un nombre que resuena entre los amantes del cine de culto. Conocido por su estética y su narrativa delirante, Cosmatos nos sorprendió previamente con Beyond the Black Rainbow (2010), una inmersión en un universo de ciencia ficción extravagante. En Mandy, Cosmatos continúa explorando los límites del cine de terror, pero esta vez con una historia de venganza sangrienta para enloquecer todos los sentidos.
Mandy es una mezcla caleidoscópica de terror, acción y surrealismo, ambientada en los años 80. La película sigue a Red Miller (Nicolas Cage), un hombre que vive en una cabaña remota en el bosque junto a su novia Mandy (Andrea Riseborough). Ambos llevan una vida tranquila hasta que un culto religioso liderado por el perturbado Jeremiah Sand pone sus ojos en Mandy. Después de que el culto secuestra y brutalmente asesina a Mandy en un ritual sádico, Red emprende una desquiciada búsqueda de venganza, desatando una carnicería en su camino.
La historia es sencilla en su núcleo: una búsqueda de justicia sangrienta. Sin embargo, lo que realmente convierte a esta película en una experiencia feroz es la manera en que el director construye su narrativa. En lugar de seguir el camino tradicional del cine de venganza, Cosmatos nos mete de lleno en una atmósfera oscura, donde la línea entre la realidad y la fantasía se disuelve constantemente.
El surrealismo en Mandy es uno de sus rasgos más distintivos, empapando la película de principio a fin con una cualidad onírica y distorsionada. Cosmatos no tiene prisa por atenerse a las convenciones de la narrativa lineal; en cambio, prefiere crear una experiencia casi mística, llena de símbolos y escenas que retuercen la lógica. Los colores saturados, la iluminación neón, y las transiciones lentas dan a la película una sensación de viaje alucinógeno, como si Red estuviera atrapado en una vorágine interminable donde el tiempo y el espacio no tienen coherencia.
Los diálogos y las acciones de los personajes, especialmente del culto, se sienten como manifestaciones de un subconsciente colectivo plagado de miedos y delirios. Mandy no solo se ve, se experimenta como un trance hipnótico que altera lo que entendemos. Panos Cosmatos fusiona de manera brillante elementos clave de su universo: el horror cósmico de Lovecraft, criaturas espectrales sobre motocicletas, una estética heavy metal inspirada en King Crimson y Black Sabbath, y una trama de venganza digna del cine exploitation de los 70.
Tras el boom que generó “Longlegs”, vale destacar que la interpretación de Nicolas Cage en Mandy le pisa los talones. Entre la desesperación más histriónica y una furia descontrolada, se convierte en un catalizador perfecto para la atmósfera caótica y manierista de la película. Cage no solo es un observador en este descenso al infierno, sino el guerrero que enfrenta a los monstruos internos y externos con intensidad desbordante. Mandy es tanto su odisea como la nuestra en una pesadilla épica de la que no queremos despertar.
Mirá el tráiler a continuación: