La escritora y directora estrena la nueva comedia dramática protagonizada por Diane Keaton en la que se rodea de un grupo de veteranas mujeres para enseñarnos esa última etapa de la vida.
¿Cómo es que una cineasta de documentales británica termina haciendo una comedia sobre porristas?
Siempre me han interesado las historias no contadas sobre personas que hacen algo que requiere de valentía y, por lo tanto, pueden convertirse en héroes que inspiran cada día. Después de hacer el documental La batalla de los sexos, sobre la histórica victoria de Billie Jean King contra Bobby Riggs en los años 70, y contar una historia sobre el tenis y el feminismo, quería hacer otra película deportiva. Tenía muchas ganas de hacer un documental sobre la gran historia no contada de las porristas y cuán anacrónico es de muchas maneras que subsista hoy en día; mujeres que existen para adornar y apoyar el evento “principal” (masculino), etc. Pero mientras estaba investigando, encontré fotos de algunas mujeres reales que habían armado equipos de porristas de mayores, y pensé que eran increíbles. Posteriormente, descubrí que hay varios de estos equipos, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo, incluyendo un equipo japonés de porristas mayores. Estas mujeres parecían tan poderosas, y se notaba que estaban disfrutando lo que estaban haciendo, independientemente de su edad. Decidí que ese era un mensaje que quería transmitir al mundo. Me encantó la idea de que las mujeres reclamen la imagen de las porristas por sí mismas y no esperen la aprobación o el permiso de los demás para hacerlo. Además, me di cuenta de que nunca había visto una película con mujeres mayores bailando y siendo libres con sus cuerpos. En cierto modo se sentía rebelde, casi revolucionario, pensar en desarrollar una historia a partir de ello.
Curiosamente, estos verdaderos equipos de porristas mayores generalmente no estaban formados por mujeres que habían sido porristas en la escuela. Algunas lo habían intentado y fracasado, y otras que odiaban la idea de hacerlo cuando estaban en la secundaria, pero que siempre escondieron secretamente el deseo de intentarlo. Y algunas que nunca habían considerado serlo hasta más adelante en la vida, y querían intentarlo. Algo que aprendí en el proceso fue que casi todas las mujeres estadounidenses de cualquier edad tienen una historia sobre porristas en la escuela secundaria. O bien habían sido porristas y estaban muy orgullosas de ello, o pensaban que era la cosa más sexista de la historia. Es un arquetipo femenino por excelencia con el que todas se comparan. Fuera de los EE. UU., todos tienen esta imagen icónica de las porristas de las películas estadounidenses y el tema provoca reacciones muy fuertes de la gente.
En términos de cómo una realizadora de documentales británica termina haciendo una comedia estadounidense… eso es difícil de responder, ¡ha sido un gran viaje! Siento que este proyecto tuvo su propio impulso desde el primer día y sentí que era necesario contarlo. En cierto modo, deseaba que existiera, pero la gente parecía responder con muchísimo entusiasmo al concepto. Siendo inglesa, tenía una perspectiva desde afuera sobre las porristas, que era bastante exótica para mí. Al crecer en Inglaterra, había hecho baile cuando era más joven, y me interesaba mucho el concepto de las porristas como una forma de danza expresiva y enérgica.
Cuando pensé en hacer esta película, me inspiré en algunas de las exitosas películas británicas como The Full Monty o Calendar Girls, en las que encuentras esa combinación especial de patetismo y comedia y un reparto muy potente. Los personajes no son caricaturas, uno puede sentirse identificado fácilmente. El humor yace en los personajes y en el realismo. Nos divierten las situaciones, por supuesto, pero hay un fundamento básico, que quería incorporar a esta historia.
Para mí es por eso que Diane es tan perfecta como Martha, que está fantásticamente sin manufacturar; ella no sigue estrictamente el ritmo, hace la suya y tiene una rebeldía que se ajusta a la esencia de su personaje. El equilibrio matizado de fortaleza y vulnerabilidad que ella transmite es único. Diane realmente entendió el núcleo de la historia ni bien la leyó y desde el primer día conformó una gran fuerza creativa detrás de la película. Al igual que Jacki, que también se incorporó mucho tiempo antes. Una vez que conté con ellas dos en los papeles principales, podría comunicar mejor el espíritu del film, ya que integran el centro a partir del cual todo se desarrolla.
La película incluye un maravilloso elenco de actores de primer nivel. ¿Puede contarnos un poco sobre el proceso de selección y cómo fue trabajar con este equipo de ensueño que incluye a Rhea Perlman, Pam Grier y, por supuesto, a Jacki Weaver, que es más familiar para el público por sus papeles dramáticos?
Tenía muchas ganas de seleccionar, en principio, a los mejores actores, y armar un grupo que se divirtiera de verdad. A esta historia no la abordé como una “comedia”. Mi mirada era desde la perspectiva de lo que a las mujeres les resultaría divertido ver juntas en el cine. Jacki siempre fue mi opción número uno para Sheryl. Es una actriz brillante y versátil y tiene un brillo pícaro y travieso en sus ojos que se refleja tanto en sus personajes más oscuros, como en Animal Kingdom, como en Sheryl. Si bien es más conocida en los Estados Unidos por sus papeles dramáticos, ha desarrollado una carrera épica y de gran alcance, y es una artista virtuosa. Pensé que podría brindar una versión del personaje más matizada e interesante de lo que surgía del guión.
También es una bola de energía de un metro cincuenta, y pensé que físicamente esto sería interesante frente a la Martha de Diane, quien desde el principio estaba sumamente emocionada de trabajar con Jacki. Con Martha (Diane) y Sheryl (Jacki) tenemos el yin y el yang, que es emocionante de ver, son una pareja realmente extraña en cierto sentido. Diane, que obviamente es una actriz cómica increíble, se lleva gran parte del centro de esta película, y Jacki es la que entrega muchas de las “bromas”, pero la dinámica entre ambas es el corazón palpitante de la película. Cuando Martha le dice a Sheryl “gracias por ser mi amiga” en el hospital, alcanzamos una determinación emocional que permite que para este grupo de personas esta competencia de baile sea una celebración por haberse encontrado. Después de todo, la película trata sobre la amistad. Aquí no hay una historia de amor convencional. Lo que cambia la vida de Martha es Sheryl, y Sheryl es la manera en que Martha se conecta con las otras mujeres.
Quería elegir personas que no solo fueran grandes artistas, sino también personas con quien el público pudiera sentirse identificado. Tuvimos tanta suerte de conseguir a Rhea Perlman como Alice, que por supuesto es muy conocida y querida, pero siente que no ha perdido contacto con el mundo. Su abordaje de Alice es una delicia. Lo mismo con Pam Grier. Pam es un ícono del cine, pero también es una mujer fascinante que ha forjado su propio camino en la vida. Sería tentador elegir el papel de Helen como la “abuela” más estereotípicamente vulnerable de la pandilla, pero al seleccionar a la maravillosa e incontrolable Phyllis Somerville, quise ir en contra de eso.
También trabajamos con algunas mujeres locales del Sur que aportaron diferentes experiencias. Carol Sutton, que es una actriz extremadamente exitosa de Nueva Orleans, está maravillosa y verdaderamente memorable como Ruby Jenkins. Ni bien vi la grabación de Patti French dije que era nuestra Phyllis, sentí que la conocía de antes. Ginny, que interpreta el papel de Evelyn (que hace los splits) nunca había estado en una película, pero había hecho pesas a los sesenta años, lo que parecía la preparación perfecta para Mejor que nunca, su lema es “La fuerza no tiene edad”.
Lo que más me gustó es que este es un extraño grupo de mujeres que se juntan, que si no fuera por este club de porristas, tal vez sus caminos nunca se hubieran cruzado.
Desde el momento en el que contacté a Celia Weston, pensé que su versión de Vicki sería fascinante e hilarante: al ser del sur, ella sentía que conocía a esa mujer que había sido porrista en la escuela secundaria y que ahora estaba en la posición de mayor autoridad posible dentro de una comunidad como Sun Springs, que está llena de normas y reglamentos. Elegir a Bruce McGill como el Jefe Carl para la Vicki de Celia fue una elección fácil en ese momento. Quería asegurarme de que había una posibilidad de simpatizar por Carl y celebrar su victoria de separarse de Vicki al final. Bruce es un actor consumado que está acostumbrado a interpretar policías y abogados, y ¡creo que la idea de divertirse con este papel sinceramente le atrajo!
También hay una historia intergeneracional en la película con el personaje de Alisha Boe, Chloe, que resuena con las damas de Mejor que nunca más que con su propio grupo de pares. ¿Por qué era importante transmitir ese mensaje?
Considero que en la actualidad no hay suficiente interacción entre las generaciones y siento que es una pérdida para todos. Es enriquecedor y reconfortante poder aprender de otras mujeres. En el caso de Chloe, cuando estás en esta etapa más joven de la vida, puedes obtener mucho de hablar con mujeres que han pasado por un cambio social importante y otras etapas de la vida antes que tú. Incluir esto era algo importante. Chloe les brinda algo a las mujeres, y ellas le dan algo a cambio: se ayudan mutuamente. Alisha aporta mucho al papel de Chloe: no es poca cosa la de interpretar a la estudiante de secundaria que pasa de reírse de estas mujeres a ser la encargada de entrenarlas, pero tiene un espíritu atemporal que brilla, y casi olvidas la cuestión de la vejez versus la juventud. ¡Estoy segura de que Alisha Boe tiene grandes cosas por delante!
El otro personaje adolescente que tenemos es, por supuesto, Ben, el nieto de Sheryl. Una vez más, es un papel desafiante para un actor joven; tiene escenas completas en las que está solo con Martha, y en muchos aspectos es él quien la suaviza. Pero Charlie Tahan se sostiene con aplomo.
¿Cuál fue el descubrimiento más inesperado sobre cómo dirigir su primera película?
Hay más similitud y superposición con mi trabajo anterior de lo que podría pensar. En el mundo documental, tienes que estar atento, responder de manera rápida y estar constantemente observando y adaptándote. Le aporté la sensibilidad de la realización de documentales tanto como pude en términos de autenticidad, y eso me permitió darles cierta libertad a los actores en algunas escenas. Por ejemplo, en la escena del espejo, que es una de mis escenas favoritas de la película, cada uno de los personajes tiene que crear espontáneamente lo que les gusta de ellos mismos y gritarlo en el mismo momento y luego explicar. Dejé que los actores decidieran qué iban a gritar. Quería agregarle esa calidad orgánica y real a la película y adoptamos este enfoque siempre que pudimos, por ejemplo en la escena en el bowling, donde quería intentar capturar esa sensación de comodidad absoluta de estar entre amigos. La gente está hablando una encima de la otra y tú estás inmerso con ellos en ese momento.
¿Cuánto ensayaron para las rutinas de baile?
Diane y Jacki trabajaron con nuestra coreógrafa Marguerite Derricks antes del rodaje y luego todas las mujeres asistieron a un “Campo de entrenamiento” en Los Ángeles para aprender las rutinas antes de comenzar a filmar. Diane estuvo tan increíble en las escenas de baile, especialmente cuando está enseñando y demostrando los movimientos a las otras mujeres. La razón por la que ensayamos antes de filmar fue para que la coreógrafa se sintiera cómoda con quiénes eran los personajes y lo que eran capaces de hacer, para que resultara auténtico. ¡No hay ningún doble en esta película! Esa era una regla. Ninguna de las mujeres es bailarina, así que lo que estás viendo es un fiel reflejo de lo que pueden hacer, ¡lo cual creo que es increíble!
¿Cuál cree que es el mensaje general de la película?
Queríamos observar y pasar tiempo con mujeres mayores y explorar sus amistades, lo que en realidad es inusual ver en la pantalla. Creo que la amistad es lo que te sostiene en la vida, especialmente en los últimos años, y te mantiene activa, con ganas de aprender y hacer cosas nuevas.
Por lo general, las mujeres de esta edad se reflejan en términos de historias de amor o relaciones madre/hijo. Mejor que nunca es diferente en ese sentido. No es un retrato con aspiraciones o glamoroso de mujeres mayores. Incluso el solo hecho de mostrar los cuerpos de las mujeres bailando a esa edad es, en cierto modo, revolucionario. Muchas películas hacen que las mujeres mayores sean invisibles o las convierten en el personaje de “Madre” o “Abuela”, no en alguien por derecho propio. Eso era algo importante para mí y de lo que estoy realmente orgullosa con esta película. Se trata de ser la mejor versión de ti mismo, sin importar la edad, y de tomar riesgos, ya sea tomar un pompón o abrirte a una nueva amistad.