En 1990, Michael Crichton ya era un renombrado escritor, doctor en medicina y cineasta. Había dirigido una extraordinaria película de ciencia ficción titulada Almas de metal o, en su versión original, Westworld, de la cual recientemente la HBO ha producido una serie de TV que se ha convertido rápidamente en una serie de culto.
Por lo tanto, no es de extrañar que cuando Crichton publicó ese año su novela de ficción Jurassic Park, medio Hollywood se hubiese estado peleando por hacerse con los derechos para adaptarla a la pantalla grande. Steven Spielberg se llevó el gato al agua por 1,5 millones de dólares, más medio millón adicional por escribir el propio Crichton el guión, para producirla a través de su compañía, Amblin. Malia Scotch Marmo y David Koepp reescribirían un libreto que estaría listo para diciembre de 1992.
El australiano Sam Neill (Calma total) sería el elegido para interpretar al paleontólogo Alan Grant; Laura Dern (Terciopelo azul; Inland Empire), hija de los míticos Bruce Dern y Diane Ladd, sería la intérprete de la pareja de Grant, Ellie. El entonces valorado Jeff Goldblum, inolvidable protagonista de La mosca, daría vida al excéntrico matemático, Ian Malcolm. Ariana Richards y Joseph Mazzello se harían con los papeles de los dos niños Lex y Tim. Otros conocidos actores tendrían también papeles menores como Samuel L. Jackson (Negociador; Django desencadenado) y Wayne Knight (Instinto básico; Seinfeld). Mención aparte merece el actor elegido para interpretar a John Hammond, el creador del parque jurásico, que sería ni más ni menos que el legendario Sir Richard Attenborough, también notable realizador ocasional (Ghandi; Tierras de penumbra).
ANIMALES PREHISTÓRICOS
John Hammond, anciano millonario, ha podido llevar adelante su gran sueño: construir en una isla tropical, un parque con dinosaurios jurásicos, clonados a través del ADN. Durante un fin de semana, invitará a la isla a los paleontólogos Alan Grant y Ellie Sattler y al matemático Ian Malcolm para apoyar la viabilidad del proyecto. Junto con los nietos de Hammond y el abogado Gennaro, vivirán una aventura de peligros, cuando el sistema de seguridad del parque se viene abajo.
Spoiler: Tuve oportunidad de revivir sensaciones de infancia con la proyección de Jurassic Park en pantalla grande y en formato de 35 mm. en Londres, donde cerca de medio millar de fans de la película se acercaron a disfrutar en un ambiente festivo, muchos de ellos disfrazados como Alan Grant y muchos otros con la camiseta de la película.
24 años después de su estreno mundial, lo más remarcable que se puede decir de este film es el ritmo cinematográfico que posee, de una intensidad que aún impresiona y que Steven Spielberg lo hace con una sencillez que hace que parezca fácil dirigir una película de estas características, que es terriblemente complicado. Ahí se ve la grandeza del director de Cincinatti. Ese pulso narrativo tan característico de él y de los grandes directores de la historia.
Y esa sencillez se traslada a los personajes del film. Porque, efectivamente, se puede decir que los personajes de Jurassic Park son explicados de manera sencilla, concisa y ahí también se ve la grandeza de Spielberg. Alan Grant es mostrado desde el principio como un hombre con una relación complicada con la tecnología; no le gustan los ordenadores ni demás adelantos tecnológicos. Es un paleontólogo de acción directa, de estar a pie de campo. Es básicamente una prolongación del personaje de Indiana Jones, del cual además casi copia vestimenta. Donde Indiana disfrutaba más de superar obstáculos en busca de reliquias que impartiendo lecciones en la universidad, Grant disfruta más estando en medio de excavaciones que en un laboratorio.
El resto de personajes también son presentados con sencillez, casi a topicazo limpio si se quiere. Ellie, la mujer que quiere ser madre en algún momento, y que trata de que Grant supere su repulsión hacia los niños; John Hammond, un millonario que juega a ser Dios, cuyo sueño antinatura acabará por venirse abajo; Ian Malcolm, presuntuoso y graciosillo matemático que viste como Michael Jackson en sus mejores épocas; el abogado Gennaro, siempre mirando la productividad económica del asunto, y que acabará engullido por el T-Rex; Nedry, codicioso informático que trata de vender muestras de ADN de dinosaurios a empresas rivales, y el cual también acabará malparado tras un encuentro con un dinosario (mostrando la mala uva de Spielberg contra personajes que actúan por el simple provecho económico, una constante en el cine del director de Ohio, por cierto).
Todos estos personajes, que en cualquier otro film podrían resultar superficiales, funcionan a las mil maravillas por el tono de la película: una aventura, un divertimento desenfadado que toma la estructura narrativa de Star Wars y la adapta a su argumento. No es descabellado decir que Jurassic Park sea una copia de Star Wars o de Indiana Jones: además de haber filmado gran parte de ambas películas en los mismos lugares (Hawaii), se trata básicamente del mismo esqueleto narrativo, cambia el argumento. No es baladí comparar esta copia entre películas de un mismo autor/autores (Spielberg no estuvo involucrado en Star Wars pero George Lucas sí que lo estuvo, y mucho, en Indiana Jones) con lo que hace Clint Eastwood con sus películas producidas por su compañía Malpaso: casi todas son idénticas en su estructura narrativa, hablan de lo mismo, pero cambia el argumento. En este caso de Jurassic Park decía que los personajes funcionan a las mil maravillas porque el tono de la película es festivo, lúdico: parece que los personajes atrapados en el parque jurásico trasladan al espectador a un parque de atracciones donde tienen que superar diferentes dificultades en donde saben que nunca les pasará nada por muy mal que se pongan las cosas.. Esto va muy acorde con la personalidad de Spielberg: casi todos sus personajes poseen ese síndrome de Peter Pan, son adultos viviendo fantasías de niños; como los niños que juegan en los parques imaginándose que viven innumerables peligros que al final solucionan de manera heróica, así son los personajes de Spielberg en general, y en este caso concreto, en Jurassic Park. De ahí que a pesar de las situaciones límite que vive, el doctor Grant siempre tiene tiempo para una sonrisilla sarcástica tras hacer una broma, dejar mal a un niño, o soltar una frase lapidaria.
El tema infantil, por cierto, siempre presente en la obra de Spielberg, no lo es menos en Jurassic Park. Ya hemos citado anteriormente que la trama sirve como un leit-motiv para que Grant asimile su naturaleza paternal: donde antes refutaba todo contacto con niños, ahora deberá hacerse cargo de un par de mocosos y salvarlos del peligro de los dinosaurios.
También el tema del hombre contra la naturaleza está presente en la película. El film inicia de hecho con una imagen esclarecedora: unos árboles (naturaleza) que se agitan y que se rompen ante el avance de una máquina (creación humana) que transporta un dinosario, que acabará matando a uno de los operarios. El hombre indefenso ante la fuerza de la naturaleza, a pesar de intentar cambiar sus leyes. También la llegada de Hammond en helicóptero al campo de excavación del equipo de Grant es muy explicativa visualmente sobre el carácter del viejo millonario, que se cree que puede pasar por encima de todo y de todos: el viento provocado por el movimiento de las hélices del aparato, provoca una mini tempesta que casi destroza el agujero arqueológico con los restos del fósil del velociraptor encontrado por los paleontólogos.
La enérgica puesta en escena de Spielberg, nos lega momentos cinematográficos de auténtica calidad, donde el cineasta de Tiburón vuelve a ofrecernos muestras de su grandeza a la hora de usar el off visual: intuimos la presencia imponente del T-Rex por las reverberaciones en un vaso de agua de cada zancada que da; la vaca y la cabra que son devoradas salvajemente por dinosaurios que no podemos ver, todavía más inquietantes para el espectador, porque se los tiene que imaginar… La maravillosa planificación de algunas set pieces, como la mítica secuencia de los velociraptores en la cocina, acosando a Tim y Lex; la primera aparición del T-Rex y el rescate de Tim mientras el jeep en el que ha quedado atrapado va precipitándose entre los árboles y amenaza con aplastar al niño y a Grant si no descienden del árbol rápidamente.
Por todo esto, Jurassic Park sigue vigente casi un cuarto de siglo después de su estreno como un goce para los sentidos sensoriales, una fiesta para adultos y menores y un film que tira por la borda la absurda teoría de que las películas comerciales no pueden ser buenas películas. El problema es siempre que es difícil encontrar una película mainstream cuya forma contenga un fondo. Y la realidad es que Jurassic Park sigue siendo a día de hoy una gran lección de cómo mezclar cine-espectáculo y contenido temático.