La historia detrás de cómo Russell Crowe recomendó a Hugh Jackman para el icónico papel de Wolverine y cambió su vida para siempre.
A principios de la década de 2000, cuando se preparaba la adaptación cinematográfica de X-Men, el rol de Wolverine estuvo en la mente de los productores. La primera opción fue Crowe, pero al ver los bocetos y conceptos artísticos para el personaje, el actor australiano se mostró escéptico. Según contó en varias entrevistas, Crowe le comentó a los responsables de casting: “Me lo ofrecieron, pero les sugerí a otra persona. Me mostraron los diseños y pensé: ‘Esto no se parece en nada a mí, pero sí a alguien más. Se parece a Hugh Jackman'”.
Este gesto de Crowe, quien ya era una estrella consolidada en ese momento, fue crucial para que los productores de X-Men consideraran a Jackman para el papel. A partir de allí, el actor fue llamado para audicionar, y el resto, como se suele decir, es historia.
Hugh Jackman, por su parte, ha reconocido en numerosas ocasiones que le debe gran parte de su exitosa carrera a Russell Crowe por haberlo recomendado para el papel que lo catapultó a la fama internacional. “Le debo mi carrera a Russell”, afirmó Jackman en entrevistas posteriores. El personaje de Wolverine no solo se convirtió en uno de los más icónicos del cine de superhéroes, sino que le permitió a Jackman una serie de interpretaciones que abarcaron más de una década, incluyendo múltiples secuelas de X-Men y su película en solitario Logan (2017), que recibió elogios tanto de la crítica como del público.
Lo que comenzó como una sugerencia de Crowe no solo definió el futuro de Jackman, sino que, sin lugar a dudas, fue una de las decisiones más acertadas en la historia del cine moderno