“La Zona de Interés”, de Jonathan Glazer, fue presentada por el Festival de cine de Santa Bárbara y dejó a la audiencia atónita
Nominada a cinco premios de la academia como Mejor Película; Mejor Película Extranjera; Mejor Director; Mejor Guion Adaptado y Mejor Sonido, su carrera, desde el Festival de Cannes, el film ha sido imparable.
Auschwitz, en medio de los campos de concentración, solo a un costado, la familia del director alemán, Rudolph Höss (Christian Friedel), convierte el lugar en su hogar. Los niños corren por los jardines que su madre- Sandra Hüller– se deleita en cultivar orgullosa de lo que ha logrado. En contraste a esta cotidianidad y felicidad de una familia formando su casa, de fondo se aprecia una chimenea humeante y gritos desgarradores que se pierden entre las risas de los infantes y su familia que disfruta de un día de campo. De una brutalidad exasperante.
El multipremiado film que compite como “Mejor Película” a los premios de la academia es bestial, de ritmo lento y poco diálogo te va absorbiendo en su atmosfera aterradora en su falta de palabras pero riqueza en sonidos con memoria emocional.
Contar esta historia desde la pespectiva de una familia Nazi fue una apuesta del director, pero ahí está su mayor logro, fue tan inteligente de crear un potente discurso en contra de esta angustiante insensibilidad y la alienación de esta familia ante los acontecimientos que ocurren en el campo de concentración. Incluso así, es más poderosa, sin mostrar todo en escena, la convierte en más aterradora aún. Es una genialidad.
Jonathan Glazer, su director hace un trabajo brillante. El sonido de esta película es apabullante y siniestro y debería definitivamente llevarse el premio de la academia por eso. Más de una vez me sentí perdida en el dolor de la historia frente a estos sonidos estremecedores que contrastaban la alegría con el sufrimiento. Esa dicotomía que causa una tensión permanente es la que se mantiene en la historia, y si bien, hay una narrativa propia con una trama dentro de la familia, lo que queda de la película es la espectacularidad con los que se cuentan uno de los momentos más horribles de la historia mundial. el holocausto.
La zona de interés llega en las próximas semanas a los cines de Latinoamérica.