Piedra Noche; la coproducción argentina, chilena y española fue uno de los estrenos más esperados en el Santiago Festival de Cine Internacional (SANFIC).
La película dirigida por Iván Fund, Piedra Noche, retrata la historia del duelo de unos padres que pierden a su hijo y que, tiempo después, se encuentran en la disyuntiva de vender la casa donde todo sucedió. Todo esto, retratado desde una innovadora mirada que mantiene a la audiencia entre la fantasía y la realidad.
¿De qué va?
“Linda Bay” es el lugar donde vive Bruno (Marcelo Subiotto), Greta (Mara Bestelli) y su hijo Dennis (Jeremías Kuharo). La playa y el océano funcionan como la extensión de los personajes familiares y son parte cotidiana en sus actividades. El pueblo, marcado por la soledad y un ritmo pausado que exuda tranquilidad, parece dormido, por esto, la familia disfruta del mar como si fuera propio, extasiados en esa presencialidad absoluta que solo el tenerse el uno al otro consigue. Bruno acompaña siempre a Dennis, quien narra, mientras pasa etapas en un video juego, cómo destruye y construye nuevos universos con la criatura que eligió como su representante digital. Su padre, curioso, sigue cada detalle, preguntando ansioso por lo que viene en su aventura virtual.
Pero como versa su sinopsis, todo cambia abruptamente y con la pregunta ¿Dónde está Dennis?, la tranquilidad familiar de una pareja comienza a desmoronarse. Es aquí, donde “Piedra Noche” empieza a mostrar, con una sutileza íntima, el proceso de duelo desde una mirada distinta, cuestionándose qué es real y qué es ilusión, lo que recuerda relatos mitológicos traspasados de generación en generación, y que evocan al mismo tiempo, esperanza e incredulidad.
Pasado un tiempo, Greta y Bruno se preparan para vender la casa de playa. Para esto Greta pide a su amiga Sina (Maricel Álvarez) ayuda para el embalaje. Un siempre impecable Alfredo Castro es Genaro, el encargado del lugar. Él es quien recibe a Sina en un lluvioso día de playa, que al son de un nostálgico violín – que emula la emoción de los protagonistas- empieza a relatar, a ella y a los padres de Dennis, el mito que tienen los pescadores del lugar, que afirma que existe una criatura cerca de la planta industrial que está ubicada en el mar de “Linda Bay”.
Mientras Sina, Greta y Genaro hablan de la liviandad de la cotidianidad y del mito instalado, Bruno, absorto, fija su mirada y su silencio en el mar. La historia de la criatura vista en el océano queda prendida en su subconsciente y no le permite emitir palabra alguna, porque él también lo vio. Desde ahí en adelante, la audiencia estará inmersa en un mundo indistinto de realidad y fantasía, que envuelve en lo onírico y que develará el proceso de esta pareja en el tan difícil camino de seguir estando en el plano terrenal mientras su hijo ya no lo está.
La película es un viaje de conexión con la niñez y con el reencuentro de sentimientos que parecían estar dormidos. Un retrato del duelo de un primogénito que no precisa de lágrimas porque tiene un océano entero que llora por él, donde la música, realizada por Francisco Cerda, se convierte en un abrazo contenedor ante la esperanza de reconexión con emociones dormidas, y donde la lluvia sanadora limpia incredulidades y erige nuevas esperanzas.
Puedes verla hoy, en el Cine Centro Arte Alameda, Chile. A las 18:30