Un modelo de portadas para libros intenta rescatar a una escritora que se encuentra secuestrada en una isla para terminar enamorándose en la búsqueda de una corona, ¿Te suena similar a otras películas? De eso se trata “La ciudad perdida“, comedia de acción y romance protagonizada por Sandra Bullock, y Channing Tatum, quién luego de cinco años desaparecido vuelve a interpretar el papel de musculoso tonto y torpe que impuso en otros films como “Comando Especial”.
A pesar de tener un guión menos forzado que el de otras comedias del mismo actor con referencias a películas que siguen la misma línea argumentativa como ‘En busca del arca perdida’, ‘Tras el corazón verde’ y ‘Los Goonies’ no hay aportes significativos al género. Su humor se basa en juegos de palabras y en personajes estúpidos. El papel de Alan Caprisson (Tatum), por ejemplo, es una sátira de las masculinidades frágiles pero está tan ridiculizado que parece una burla a la vulnerabilidad de estas personas más que al hecho de que se esconda en un intento por ser rudo. Quizás el mayor punto de inflexión entre esa masculinidad y la fragilidad tenga que ver con la dualidad entre dash, su personaje de la novela de Loretta Sage (Bullock), y quién es en realidad.
En contrapartida a Adam, Brad Pitt hace una aparición esporádica como Jack entrenador, que viene a ser una representación de los héroes de las películas de aventura como él bien sabe interpretar; hombres rudos y fuertes. No es un papel destacable para su carrera, pero cumple con su rol de ser lo que Adam quiere ser y no puede. Por otra parte Daniel Radcliffe se pone en la piel del antagonista, Abigail Fairfax, y deja en claro que es posible llevar ese tono de locura y rareza que suelen tener sus personajes hacia el humor.
Tampoco Sandra Bullock, quién también fue productora de este film, podría jactarse de haber participado en el mismo. Más allá de haber realizado una interpretación óptima, su rol carece de originalidad alguna como para poder señalar entre sus películas. En otras palabras, es un papel más para la actríz que alguna vez supo ganar un premio Oscar. Esto es algo extraño siendo que significa una de sus últimas apariciones antes del retiro por tiempo indefinido para cuidar a su familia que viene aproximando.
En cuanto al CGI, más allá de tener pequeños momentos de baja calidad, hay un buen trabajo de producción. Por demás está agregar que la filmación fue llevada a cabo en República Dominicana teniendo como locaciones los municipios de Quisqueya, en la provincia de San Pedro de Macorís, Miches y Samaná. A pesar de esto, el trabajo no llega a ser una obra de arte fina ni mucho menos pisarle los talones a las grandes películas de comedía, acción o aventura. Es llevadera y apenas puede sacar una risa, pero como dice el dicho, “Si querés comer bien, andá a un restaurante”.