La película protagonizada por Daniel Radcliffe y Daniel Webber narra el escape de Tim Jenkin y Stephen Lee de la prisión Pretoria en la ciudad de Tshwane en Sudáfrica, en 1979.
Cinéfilos tuvo la oportunidad de hablar con Tim Jenkin, quien nos contó un poco más sobre el contexto político y social de ese momento y de la presencia tan importante que tienen sus acciones 40 años después del magnífico escape. Les recordamos que pueden ver la cinta en TNT ORIGINAL el 26 de octubre a las 22hs.
P – ¿Cómo compararías el movimiento BLM (Black Lives Matter) con la Sudáfrica de 1973?
R – Podría decir que hay algunas similitudes con respecto a la discriminación, ya que el Apartheid era mayormente legislativo. Todo estaba separado y establecido así por ley. Los edificios tenían ascensores separados para los blancos y los negros, cada edificio tenía una entrada diferente para gente blanca y gente negra, y los parques y las playas también tenían este sistema. Las instalaciones recreativas también estaban separadas, los blancos tenían las mejores playas e instalaciones, y los negros tenían las peores. En muchos sentidos, es similar. La población negra era del 85% con solo el 13% de la tierra, y la población blanca (15%) era dueña de un 87% de la tierra.
El movimiento BLM (Black Lives Matter) plantea una lucha diferente. No se trata de cambiar el gobierno, sino de cambiar la actitud, y los prejuicios y comprender el contexto. Los negros en Estados Unidos son ciudadanos de segunda clase, pero no hay leyes que avalen esto, y creo que esa es la gran diferencia.
P – Si pudieras hablar con el Tim Jenkin de 1973, ¿Qué le dirías?
R – He cambiado mucho, en esa época la filosofía política era determinada por la ANC (African National Congress), que era una organización muy influyente, pero mi punto de vista no ha cambiado. El Apartheid era un sistema terrible, y está impulsado hoy por ideas políticas de liberación, y liberar presos inocentes. Yo ya no creo en ese enfoque revolucionario que tenía en ese momento.
Durante la guerra fría en 1950 y 1960, especialmente en África en Mozambique, Zimbabue y Angola, había una gran lucha porque Sudáfrica no era un país industrializado, entonces la ANC usaba métodos violentos que yo apoyaba en ese momento, pero que ahora mismo no comparto. La ANC se ha convertido en un partido político corrupto, muy diferente a la ANC del que era parte en aquel entonces.
Yo estaba muy orgulloso de lo que hice con ellos. Me involucré porque quería luchar contra el sistema racista Apartheid, y porque quería lograr la igualdad. La lucha no era para tener un partido político en el poder. Ahora sigo siendo activista, con mucha más conciencia, y seguiré siéndolo el resto de mi vida.