La nueva película del realizador, al estilo de un rompecabezas va narrando por partes los dolores personales y colectivos de toda una generación afroamericana marcada y abandonada por una guerra.
Hermanos de Armas (Da 5 Bloods), en un comienzo era un proyecto de Oliver Stone que se llamaría The Last Tour. Cuando el primero pierde interés, la plataforma streaming lo hace suyo y llama a Spike Lee – que contaría a partir de eso con uno de los presupuestos más auspicioso de toda su carrera- quien termina tomando partes de la historia, pero transformándola y enmarcándola en el contexto actual, apuntando a la lucha de los derechos civiles de los afroamericanos que hoy se visibiliza a través de las protestas en los Estados Unidos.
Es aquí donde Lee le da el sello a la trama, involucrando a cinco personajes negros, ex soldados de la guerra en Vietnam, que articulan una nueva misión que los hace volver al país asiático con el objetivo de la búsqueda de oro que algún día ellos escondieron en sus tiempos de batalla y que creen ser merecedores por toda promesa de Estado sobre un futuro mejor que no fue concretada hasta la fecha. A su vez, lo combina con un discurso que contempla el mismo debate que vemos en las calles de América del Norte, la jerarquía y la supremacía blanca, el racismo y, en este caso en particular, nos lleva al otro motor del relato; el rol no reconocido de los afroamericanos en la guerra.
Es interesante ver en la película la alternancia de formatos visuales que emplea el director. Imágenes actuales, flashbacks, planos de la cámara del registro de uno de los protagonistas y archivos documentales que van creando una mixtura fílmica que se vuelve característica en las películas del realizador. Esto se complementa con que lo retornos al pasado- no menores debido a la constante memoria emotiva que cruzan los recuerdos de los protagonistas- no cuentan con otros actores que los muestren en su juventud, sino que utiliza los mismos personajes del presente, veteranos de la guerra cargados de historia, lo que llama la atención y se adhiere a la idea del juego visual que intenta plasmar como marca autoral.
Los Bloods, están protagonizados por Delroy Lindo (Paul), Clarke Peters (Otis), Norm Lewis (Eddie), Isiah Whitlock Jr (Melvin) y Norman (Chadwick Boseman), su compañero caído en combate a quien van a buscar para cerrar el círculo de los cinco. Estos personajes, van acompañados por otros grandes de la pantalla como Jean Reno y Giancarlo Espósito, a los que se suma el joven Jonathan Majors como David el hijo de Lindo.
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Como es habitual en la carrera del realizador, esta película tiene diferentes guiños, esta vez nombrando a los cinco protagonistas como los integrantes de la banda musical The Temptations. Pasando por homenajes de grandes activistas como Martin Luther King, Angela Davis, Kwame ture, envuelto en la sonoridad de un magnifico Marvin Gaye y referenciando también, a la película Apocalypse Now de Coppola, a través de la canción más conocida de lo que fue su banda sonora, la que se entona en esta versión al comienzo de esta aventura selvática mientras pasan por un hermoso manglar camino al corazón de la jungla.
Esta película en sus 2 horas y media de duración realiza una crítica al blanconcentrismo y a la deuda que el Estado tiene con la lucha de todos los afroamericanos que fueron a la guerra con la esperanza de crear un país más democrático y justo y que nunca obtuvieron esa dignificación. Todo esto mezclado con ficción, acción y aventura bélica que tras el hilo de la persecución de un tesoro va mostrando traumas no subsanados, mártires perdidos no resignificados, heridas que aún abren llagas y un Vietnam de naturaleza profunda que ayuda a sostener esta trama que a ratos pecó de querer abarcar distintos géneros y relatos en un mismo filme.