A menudo escuchamos la frase de que “todo ya está inventado” y puede que así sea, a pesar de que los entusiastas preferimos no conformarnos con esta teoría e insistimos en ser abordados por algo innovador y refulgente. Veamos un nuevo caso de ¿plagio?
En el año 2014, el cortometraje “Tuck me in” (“Arrópame”) de Ignacio F. Rodó, necesitó de tan sólo sesenta segundos para que el público adulto lograra empatizar y justificar el terror infantil. Dicho corto fue premiado en el festival Filminute y al poco tiempo se transformó en viral.
Netflix lleva un tiempo apostando por el mercado internacional para continuar progresando. Esta política ha impulsado a sus creadores a realizar multitud de producciones locales, donde algunas se han transformado en grandes éxitos y otras han pasado sin pena ni gloria al interior de su catálogo.
Tal es así, que Typewriter (proveniente de la India) desembarcó en la plataforma sin hacer demasiado ruido, coincidiendo con el día del estreno de la 3° temporada de “La Casa de Papel”. No puede proclamarse como tesoro escondido, pero sí aseverar que está compuesta de ciertos atributos que la convierten en algo singular.
Typewriter resulta ser producto de un extraño cóctel que a pesar de presentarse en un formato prototípico de serie de terror, también conviven en ella una pluralidad de géneros tales como la aventura, el drama, el suspenso y hasta algunos toques de comedia.
Lo más llamativo, es que la primera escena de la misma pareciera ser exactamente igual al cortometraje mencionado anteriormente. Extraño sería que este detalle no menor fuera pasado por alto por los reyes del streaming, o que un grupo de personas hayan recabado sobre la misma idea en un lapso breve de cinco años. Como fieles consumidores de lo producido bajo la égida de la N gigante, no podemos dejar de sospechar acerca de tales coincidencias.
No existen entonces certezas a ciencia cierta si se trata de un “homenaje” o una “adaptación”, pero para aquellos que pudieron ver y apreciar un corto como “Tuck me in”, no se pierdan la oportunidad de ver una de las tantas vertientes posibles que pueden potencialmente desarrollarse a partir de una historia de un minuto.