Un hombre confiesa frente a una cámara un crimen que ha cometido la víctima del supuesto crimen es una anciana , a continuación aparece en escena una mujer atada a una silla y amordazada, él le propone jugar a las palabras encadenadas, con nefastas consecuencias para ella si pierde.
“Palabras encadenadas” es el segundo trabajo como directora de la también actriz Laura Mañá, tras “Sexo por compasión”, en la adaptación de una obra teatral del mismo nombre.
La película tiene dos tonos de narración: el mejor es cuando el film se convierte en película de asesinatos en series, gracias a la excelente interpretación de Darío Grandinetti (como cuando narra sus crímenes a la cámara o se muestra más amenazador con su cautiva), no resulta tan conseguido sin embargo, cuando la película pasa a ofrecer el juego del gato y el ratón entre secuestrador y secuestrada, en buena parte por la modesta actuación de Goya Toledo, que no logra imprimir en su personaje
la ambigüedad exigida . Quizá si la directora hubiera introducido una mayor tensión sexual entre los protagonistas, el juego psicológico hubiese quedado más logrado. Pese a todo hay que reconocer que ha sabido crear una atmósfera turbulenta, ayudada por el excelente director de fotografía Xavi Giménez.
También están bien mesturadas entre sí las escenas del sótano y la comisaría, que se van entrelazando para seguir la narración de los hechos, quizás en una película de este género la banda sonora este de más.Posiblemente, si se hubiese seguido la senda de película retrato de un asesino, aún traicionando la obra original, se hubiera logrado algo más inquietante, pero esto es una mera apreciación personal.
“Palabras encadenadas”, es una film atrapante desde el momento cero, con un soberbio Grandinetti. Sin duda nos encontramos ante una película interesante, mucho mejor que muchos de los thrillers norteamericanos que intentan vendernos.