Hemos notado que muchas de las críticas, reseñas, o cuando los espectadores hablan sobre Dark, hay una referencia que parece repetirse, “Es como Stranger Things”… veamos los motivos.
En principio, en Stranger Things todo lo que importa son los adorables, inocentes, tiernos y aventureros personajes, pero, por sobre todas las cosas, esa nostálgica estética ochentosa muy bien lograda.
En cambio, Dark, es una serie con un alto nivel de suspenso, eventos misteriosos sin resolver, personajes anónimos, paradojas físicas, ese hermoso acento Alemán que caracteriza a la serie, le da un poco de madurez y hasta por momentos se puede sentir un tanto lenta. Las escenas y planos son más que interesantes, y conectada a una banda sonara que se ejecuta en el momento correcto de cada capítulo. Los personajes principales no existen, sino que hay que estar preparado para seguir descubriéndolos a lo largo de la temporada. Por sobre todas las cosas lo que nos propone directamente Dark son los mejores viajes en el tiempo que podamos ver, sin ningún tipo de accidentes o problemas, Dark obliga a los espectadores a consumir estos bucles temporales a la perfección en los cuales logran conectar todas las secuencias y eventos generados entre los personajes y la historia.
Básicamente la historia es generada por estos portales temporales que se reducen a un simple túnel recorrido en una cueva (Un viaje directo en el tiempo hacia LOST). No es dato menor hacer hincapié en las posibilidades de incestos que trama la serie, ya que estas paradojas que se dan entre los personajes terminan generando cruces temporales entre los mismos (como cuando vimos que Lorraine se enamora de su hijo Marty, en Volver al Futuro).
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