Better Man, la biopic producida y protagonizada por Robbie Williams, trae una frescura al género que fue reconocido en las salas.
Cuando el auge de las biopics entraba en su declive, Better Man llegó para darle una vuelta de tuerca fresca y necesaria para el género, la cual fue bien recibida en los pasillos del cine. Robbie Williams cuenta su historia utilizando todos los elementos del séptimo arte para retratar de la mejor manera su esencia. Un film en el que el espectador logra encontrarse con las emociones del artista y conectar con él.
Better Man propone una alternativa a la clásica fórmula de la biopic que ofrecía un repaso de los ítems de IMDB. Los hechos fácticos, que son bastante respetados por el guion, son la estructura casi invisible para contar el crecimiento del personaje principal. Una verdadera obra que logró un efecto impensado a los ajenos a la historia del cantante.
Lo que cuenta la película
Better Man comienza con un diálogo del propio Robbie Williams en el que ya nos avisa que nos va a contar su historia con el fin de entretenernos. Con el pequeño detalle de que Wiliams se ve como un mono, aunque eso es algo solo para el público y ningún otro personaje lo reconoce, el narrador cuenta su historia desde el nacimiento de su vínculo con el show en una presentación escolar en Stoke-on-Trent (Inglaterra) hasta su recital transmitido en un teatro en Las Vegas.
La película detalla las relaciones que tiene Williams con su familia, con una particular influencia de su abuela y su padre, con los miembros de Take That (Boyband con la que saltó a la fama), Liam Gallagher, su historia de amor con Nicole Appleton, con su mejor amigo y con él mismo.
El CGI y el musical, una fórmula para el éxito
El film es técnicamente un musical fantástico. Y esa decisión terminó pagando con creces. Al mejor estilo Rocketman, los números musicales no solo sirven para retratar de manera más dinámica las transiciones que sufre el protagonista (reemplazando el montaje de varios shows de una gira como las clásicas biopics de músicos), sino que también logran expresar de manera más ruidosa el conflicto interno que sufre el protagonista.
La elección de que Robbie Williams sea un mono, recuerdo solo para nosotros, establece una relación un poco más cercana por parte del narrador para con el público. Según el propio cantante, la elección se tomó porque él sentía que “los hacían subirse al escenario para actuar como un mono”. Esa decisión marca que lo importante no son los hechos que lo transforman, sino la misma que él sufre. Todos esos monos son los enemigos del propio Williams, que siente la presión de esos fantasmas.

Un mensaje más humano
El gran diferencial de “Better Man” para con cualquier Biopic es la sensación de que se trata de la vida de un humano y no de un genio inalcanzable. Williams muestra su viaje para encontrar amor y convertirse en un “Mejor Hombre”. Él se describe como un showman, pero su historia no difiere de la de cualquiera: es producto de toda la gente que él quiere y que lo quiso.
El film, sin menospreciar la capacidad del espectador para interpretar con escenas literales, refleja a la perfección el efecto y el rasgo identitario que Williams se lleva de cada una de sus relaciones. “Responsable de todo lo bueno y un poco de lo malo”, describe el cantante de la influencia de su padre.
Lejos de querer retratar que la vida de una artista conlleva una presión inimaginable y la idea de que están realmente solos, la película cuenta la historia de una persona en conflicto con quién quiere ser y lo que piensa que debe ser. Esto sin dejar de lado el deseo de Williams de ser famoso y vivir del espectáculo. Better Man es el mejor homenaje a la virtud de ser “un mejor hombre” para los que amamos.