Hablamos con el actor, Tomás Fonzi, sobre sus influencias cinéfilas, la actualidad de la televisión y la obra que está protagonizando en Buenos Aires.
Tomás Fonzi es un reconocido actor de Argentina. Comenzó su carrera en la novela juvenil Verano del 98; realizó diferentes tiras diarias de televisión como Costumbres argentinas, Esperanza Mia, Mi hermano es un clon e Inconvivencia, entre otras. También, trabajó en cine, en películas como Una noche con Sabrina Love, Kamchatka y Paco.
En Cinéfilos, hablamos con él sobre sus películas favoritas, cuáles fueron las que más lo marcaron en su carrera y en su infancia, hablamos sobre las diferencias de trabajar en televisión y en cine; sobre los avances de las plataformas de streaming y sobre su presente laboral en una de las obras más destacadas de Avenida Corrientes.
La entrevista completa
Rocío Panizo: ¿Cómo empezaste en la actuación y qué es lo que más te gustó de haber empezado desde tan chico?
Tomás Fonzi: Empecé, como decís, desde muy chico. Tenía 16 años y medio y me gustó. Yo trabajé antes que estudiar, en Verano del 98. Empezó un poco ahí y me acuerdo de, a los seis meses de estar trabajando, decir “bueno si voy a seguir en esto y puede suceder más seguido, que haya una continuidad laboral actuando, me voy a formar”. Ahí, empecé a estudiar en la escuela para adolescentes de Raúl Serrano. Entendí un poco de qué se trataba, me acuerdo de la primera muestra a fin de año en el primer año de estudio. Me acuerdo de esa sensación que tuve arriba de un escenario. Habíamos preparado una pequeña escena y recuerdo muy vívidamente esa sensación de interpretar una situación ficticia y experimentarla como real. Al conectar esas dos cosas, pude decir “acá hay algo interesante; y si encima puedo generar en un espectador alguna de estas sensaciones, puede estar bueno ser actor” y acá estamos.
RP: Y hora ya tenés el nombre hecho.
TF: Y deshecho también, eh. (risas)
RP: ¿Qué películas fueron las que más te influenciaron cuando vos eras chico?
TF: No recuerdo muy bien el contexto porque yo era realmente chico pero me acuerdo de Lo que el viento se llevó, la película que dura, creo que, cuatro horas o tres horas y media; con Scarlett Ohara. Me acuerdo de haber visto toda la película en toda una tarde de lluvia, un sábado. La pasaban por televisión de aire y me acuerdo muy patente de esas transiciones y la historia interminable que estaban contando. Me acuerdo de haber flasheado mucho con esa película. Y después otra, también un clásico eterno, fue Cinema Paradiso. Es más, esa película la vi en los estudios de Verano del 98: había una escena que tenían que estar viendo esa película y, cuando todo el mundo se fue a almorzar, quedó la película puesta y yo le puse play en el decorado y me terminé de ver toda la película. Me acuerdo de la escena final donde el protagonista ya era adulto y ve, en continuado, todos los recortes de lo que habían censurado cuando era chico, ve uno atrás del otro y se emocionaba; y yo llorando solo en un estudio de televisión. Esas dos películas fueron las que más me influenciaron. Lo que el viento se llevó no la volví a ver y Cinema Paradiso alguna vez más, sí.
RP: Está bueno que quede el recuerdo de esa sensación y emoción de cuando viste esa película.
TF: Sí, con Cinema Paradiso me vuelve a pegar siempre en el mismo lugar; por lo que significó en su momento y porque, además, la película es preciosa. La vida es bella es una película que me gusta un montón, también.
RP: Hace un tiempo, dijiste que te hubiese gustado interpretar Insterstellar [de Christopher Nolan], ¿por qué?
TF: Esa es una película que me gusta muchísimo por el tema de lo que habla, por cómo está abordado. Porque habla del amor, en definitiva.
RP: De la paternidad…
TF: De la paternidad, de una relación padre-hija. Además, está sustentada científicamente. Todo lo que pasa en la película [las cuestiones científicas que aparecen en la trama] está sustentado en la ciencia.
RP: Yo difiero un poco con eso y con la película.
TF: ¿En qué?
RP: Me parece que es una película que se agarra de algo científico, que busca fundamentarse así y, después, se resuelve con el amor. Y decís “bueno me estas planteando una película de 3 horas casi basada en algo científico y recae en el amor”. Es lindo y es ‘poético’ pero no me cierra.
TF: Y, ¿Pero por qué separas al amor de lo científico?
RP: Porque estamos hablando de cuestiones científicas específicas.
TF: Sí, pero ¿por qué no entra el amor en la ciencia?
RP: Porque el amor es un sentimiento, ¿vos cómo lo ves?
TF: A mi me gusta esa idea de estar sostenidos por el amor. Yo pasé por todas, desde que soy agnóstico, nihilista al budismo. Vengo de una familia ultra católica, pase un poco por todo eso. Después, hubo una necesidad espiritual y me metí con la ciencia. Me interesa, me gusta estudiar. Algo de la película que es que pega esa vuelta y me gusta. Yo ví Interstellar en el 2017, cuando se estrenó. La vi en un cine cuando estaba de viaje en Francia. No sabía qué había para ver y ví que era una película de ciencia ficción, en el espacio y terminé en el borde de la butaca. Cada tanto, la revisito y me moviliza un montón.
RP: ¿Qué otra película de la actualidad que hayas visto (de los últimos años) te movilizó de esa manera?
TF: Esa es una buena pregunta. Con los años, uno se va poniendo más cínico y, sobre todo, dedicándome a esto. Me empieza a pasar que veo los hilos muy rápido. Por ahí me atrapa, entro en la película pero cuando ya veo cosas forzadas, ya no es lo mismo.
RP: Claro, trabajando en la industria, claramente, es mucho más fácil encontrar esa “fallita” o adelantarse a lo que puede pasar.
TF: Además, puede estar en cualquier área, desde el guión, la dirección. Contestándote la pregunta, la última de Tarantino me gusta, Once upon a time in Hollywood. Yo soy fan de Tarantino y ya empezás a ver los guiños y entendés un lenguaje y sabés que significan algo, decís “¡ah esto es para nosotres!”.

RP: Debe ser una de las últimas obras maestras del último tiempo. El cine es tan efímero que salen tantas películas todo el tiempo y es difícil encontrar una obra que hoy digas “esto está espectacular, tiene que quedar para la posteridad, es una obra maestra”
TF: Claro, es cine de autor. Hay un sello personal que hace lo que de verdad lo que él quiere hacer. Yo agradezco esas cosas. Digo, esas cosas me refiero a películas, series, obras de teatro. El placer de ver algo auténtico. Se refiere a sí mismo como creador y al que le gusta bien y, al que no, también.
RP: Además esa película funciona como reescritura de todo lo que pasó en ese momento.
TF: Si, total. Esa mezcla de contar relatos de la realidad y lo ficcional es lo que lo hace llamarla así [obra maestra].
RP: ¿Y con respecto al cine argentino? ¿Hay algo que te haya marcado más, tanto de trabajar en cine como de espectador?
TF: Yo me hice fan del cine de Alejandro Agresti hace muchos años cuando me enteré que mi primera película era con él. Me puse a ver sus películas el viento se llevó lo que me pareció de mi estilo, salvando las distancias y que nada que ver una con la otra. Pero, esto es con firma de autor. Es una película que es fiel a lo que es él como persona, como director, como escritor. Y después trabajar con él fue como un flash, con esa libertad creativa y, de hecho, [esa película] fue su primera película que era de un guión no hecho por él que es Una noche con Sabrina Love.
RP: Muy buena, yo me re divertí viendo la película. Había leído el libro y después vi la película.
TF: Fue la primera película que no escribió. Bueno y, después, vino Hollywood. Fue una gran experiencia y todo lo que es trabajar en cine.




RP: Que es muy diferente a trabajar en televisión
TF: Sí, nada que ver, absolutamente nada que ver. Cuando se filmaba -en fílmico- había que ser más valiente. Me acuerdo que hice una película corta en fílmico y tenía un texto en italiano y empecé y me trabé y dije “bueno, esperen que sigo”. Y eran dos segundos de celuloide tirados a la basura, gritaron “corte” y se agarraban la cabeza diciendo “no, 2 segundos son un metro y medio de filmico”, por ejemplo.
RP: Está bueno tener esa comparación de cómo fue cambiando toda la industria, de haber trabajado en fílmico y pasar a lo digital. Trabajar en fílmico hoy es una elección más estética.
TF: Es más de fetiche. Ya hoy hay otras cosas, tenemos equipo técnico que sobrepasan las del fílmico, sin duda. Hay algo de lo analógico que es distinto, que generan otras cosas. Después, pasamos a lo contrario que es “toma 740” hasta que justo pase el más mínimo detalle que se buscaba en el fondo.
RP: Hablando de la diferencia entre cine y televisión, vos hiciste un montón de géneros dentro de la tv, ¿Cuál es el que más te gustó trabajar? Recientemente, has trabajado en mi hermano es un clon y en inconvivencia que son dos géneros diferentes.
TF: Bueno, estamos en un cambio de paradigma con respecto a la ficción y la televisión con las plataformas y las miniseries. Hay algo que con las plataformas se empata más con el cine que con lo que era la televisión, hasta hace poco. A mi, en la tele diaria, disfruto de hacer comedia, ese formato. Ir rápido y sacar varias escenas por día; es un ejercicio que me divierte mucho más.
RP: Es más libre, también, para la improvisación y la construcción de los personajes
TF: Es más libre y hay un montón de decisiones que quedan en el personaje. En Mi hermano es un clon, mi personaje era medio villano y yo definía un montón de cosas: la forma de hablar y las reacciones. Los autores te ven y te toman la respuesta. Hay algo de la comedia que voy a extrañar. La ficción medio dramática diaria me parece bien que llegue a las plataformas y que se puedan tomar otro tiempos. De hecho, es admirable la calidad que tenemos como argentinos, de forma internacional. Logramos generar una obra de ficción dramática por día con talento dentro y fuera de cámara. Ahora, las series en las plataformas tenemos muchas temporadas con pocos capítulos: no es la tira diaria que hacíamos una temporada con 200 capítulos.
RP: Es otra estructura, capaz los personajes secundarios no quedan tan relegados a ese rol y empiezan a participar más.
TF: Total. Eso yo lo celebro. Lo que pasa o lo que debería pasar o lo que tiene que pasar es que empecemos a producir acá ese tipo de cosas. Hay algunas cosas, pero todavía estamos lejos. Tiene que empezar a pasar porque si hay algo que tenemos es el talento atrás y delante, arriba y debajo de cámara. Gente dispuesta, ideas buenas. Todavía hay que pasarlo.
RP: Es complejo, en el cine y en la estructura de las series. El melodrama de la televisión se transformó en otra cosa, en algo más episódico que se lanza uno por semana y lo otro caduca. Es una transformación bastante compleja que, también, es interesante porque genera nuevos puestos de trabajo y genera otro tipo de oferta para el resto.
TF: Tal cual, de repente hay ficciones pequeñas o de nicho o apuntadas a un público muy específico que ahora llegan a más personas. Porque antes lo que salía en televisión tenía que abarcar a todo el espectro posible de espectadores, desde los más adultos hasta los niños. No puede quedar nadie afuera. Tiene que ser graciosa, dramática y romántica y de acción, todo al mismo tiempo. Ahora se puede fragmentar y ser más específico.
RP: Recientemente, dijiste que a vos te gusta más el teatro que el cine y, ahora, estás protagonizando una obra en Avenida Corrientes, ¿me contás un poco de qué se trata?
TF: Ahora estoy haciendo Somos Nosotros, en Paseo La Plaza. Estamos de jueves a domingos y es una obra sobre el amor, sobre las posibilidades infinitas de amar. Plantea la pregunta “Qué pasa con nosotros cuando estás en pareja y cuando no también”. Pero, en este caso, es un matrimonio en que ella se enamora de otra persona y le dice a su pareja “me enamoré de otro pero nada cambia en mi sentimiento con vos, te sigo amando; pero me pasan cosas con otra persona, ¿qué hacemos?”. Y mi personaje le dice “bueno tráelo que lo quiero conocer”; esa es la punta de la historia.
RP: ¡Qué valiente!
TF: Es que él está muy enamorado y ve en sus ojos (los de ella) que su amor también está intacto, que está siendo honesta y está poniendo sobre la mesa esa honestidad. Podría guardarlo y hacerlo su secreto, como algo propio de ella o ponerlo sobre la mesa y plantearlo. Él la ama profundamente entonces ven qué pasa.
RP: Es un tópico muy actual, ahora se habla mucho de las distintas formas de amar y los distintos tipos de una relación. Es muy actual, muy del debate.
TF: Interpela mucho al espectador y a nosotros, también. Es una estructura puesta en la cultura que nos encaja en la silla, en la única forma de relación que conocemos, de monogamia para toda la vida hasta la muerte o es algo que nos pasa químicamente cuando nos enamoramos que tenemos exclusividad con esa persona. Qué nos pasa ver imaginándonos a esa persona que amamos con otra. De eso se trata. Y está hecha con muchísimo humor.