El editor de la película dirigida por Luca Guadagnino habló sobre cómo fue el trabajo junto al realizador, la química entre Armie Hammer y Timothée Chalamet, y sobre la escena del monólogo del final.
En el 2017, el nombre de Luca Guadagnino ganó relevancia gracias al estreno de una gran película: “Call me by your name”. Con una simpleza alucinante, la película adaptó la novela homónima de André Aciman y se ganó el reconocimiento a nivel mundial, incluso nominada en la categoría más importante de los Óscar.
La historia se centra en un estudiante de intercambio, Oliver (Armie Hammer), que se radica por unas semanas en un pequeño pueblo italiano, donde conoce a Elio (Timothée Chalamet). A partir de allí, nace un amor tan complejo como intenso, en un contexto en el que se profundiza sobre los lazos y lo que significa tener un romance de verano que nos marque a fuego, para toda la vida. El éxito de la trama fue tal, que Guadagnino trabaja en una secuela de la que aún no se revelaron demasiados detalles.
El responsable de cortar la película fue Walter Fasano, un colaborador del director que lleva más de 25 años trabajando junto a él como editor. A excepción de la serie “We are who we are”, el italiano compartió prácticamente todos los proyectos del reconocido realizador que acaba de ser elegido para presidir el jurado en San Sebastián.
“Empezamos juntos y casi que crecimos juntos. Nos conocimos en 1994 o 1995 y nuestro primer corto fue ‘Qui’, tres años después hicimos ‘The protagonists’ con Tilda Swinton, en una película en la que también fui asistente de dirección”, contó Fasano. Además, agregó: “Estos años crecimos juntos, nuestros gustos crecieron juntos incluso si tenemos alguna diferencia, compartimos una idea común de qué nos gusta en una película, cómo debería ser una cinta y un realizador, respetando a la audiencia, exigiendo a la audiencia y a uno mismo, buscando soluciones estilísticas apropiadas y consistentes. No hacer siempre lo que sabés. Hacer una película implica investigar”.
¿Cómo fue ver el crecimiento de la química entre Chalamet y Hammer en el material diario?
Cuando todo lo que me pasan está bien, le digo al director “genial, seguí así”. En este caso, desde el día 1, sobre todo porque la película se rodó en orden de principio a fin, pude ver que estaba pasando algo especial. Las referencias que nos mencionó Luca eran películas francesas de los 80, se notaba que había brillo en el material, en la luz, la actuación, la precisión de las tomas de Luca. Le dije desde el principio que me parecía que esto era oro. La edición diría que fue más o menos fácil, aunque pasamos un tiempo editando después del primer corte, pero todos los actores estaban en su estado de gracia. En cuanto a la química entre los dos, son actores y tienen que fingir, pero se notaba que había una conexión y se respetaban mucho mutuamente, se agradaban y todo funcionó muy bien.
¿Cuánto tiempo estuvieron preparando ese vínculo?
Creo que todos se conocieron en Crema una semana antes del rodaje. Hasta donde sé, a Luca no le gusta pasar mucho tiempo ensayando y explicándole las motivaciones a los actores, es el mejor creando situaciones. Creo que eso fue lo que pasó y esa situación tomó forma sola. Luca es un excelente maestro de ceremonias, estaba rodando en su territorio, su país, estaba a gusto. Sabía cómo sacar la belleza del paisaje y que esa parte de Italia brillara en la pantalla. No fue tanto ensayar sino crear un grupo y una atmósfera.
Leí que el primer corte duraba tres horas, ¿qué es lo que no pudimos ver en esa versión?
(La que quedó) es un poco más corta, son 50 minutos menos. Hubo dos o tres escenas que no servían, eran pasajes que pertenecían más a la estructura de la novela que a la película. Hubo una escena en la que los padres hablaban sobre lo que le pasaba a Elio y sugería que sabían, que queda claro pero no está sobreexplicado. También hay un poco de sensualidad entre ellos. Decidimos que no eran útiles para la trama especifica y no queríamos que fuera más larga de lo que es. Encontramos el equilibrio justo entre la narrativa y lo que significa pasar un verano descansando.
La escena del final es muy recordada por su monólogo. ¿Qué recordás de esa edición?
Hay muchos momentos en los que un editor puede decir “esta idea fue mía, es mi secuencia”. Pero esa escena particular fue de Luca Guadagnino, con una gran novela de André Aciman, y una gran actuación de Michael Stuhlbarg y Thimotée Chalamet, aunque en la escena está más escuchando que otra cosa. Rodó tres tomas con modulaciones un poco distintas del monólogo de Michael: una más intensa, la de la película y una un poco más fría. La idea de Luca era que sólo hubiera cuatro cortes, que había que dejar que Michael fluya y brille. Mi trabajo fue muy simple. Insistí en cortar algunas líneas del monólogo, pero básicamente tenía oro en mis manos gracias a Luca, Thimotée, Michael y el director de fotografía, Sayombhu Mukdeeprom.
¿Qué sabés de la secuela en la que está trabajando?
Luca es uno de los seres humanos más impredecibles, nunca hace lo simple. Va a hacer algo muy distinto, pero no puedo decirte. Le gusta la idea de que pase el tiempo para que los actores estén un poco transformados físicamente. El resto es clasificado (risas).
¿Qué pensás del impacto que tuvo “Call me by your name”?
Es una gran sensación, fantástica, me gustaría que todas las películas tuvieran este impacto. Pasa cuando te dedicás a hacer algo especial, tarde o temprano alguien lo va a ver y te va a decir que lo inspiró. En “Call me by your name” pasó a gran escala gracias a mucha gente, como André con una gran novela. Cada persona contribuyó en algo.
También editaste la remake de “Suspiria”. ¿Cuánto usaron la película original como inspiración?
Corté tres películas con Dario Argento en mi carrera, mi amistad con Luca nació por compartir la adoración de Dario. La original fue una referencia pero ninguno la volvió a ver mientras hacíamos la película, sobre todo porque es una cinta completamente diferente. Obviamente, amo la versión de Dario, es una de mis películas preferidas, pero esta es una bestia diferente. No había que verla porque podía haber estado mal.
¿Qué sensaciones te dejó el film que se terminó estrenando?
No sentí ninguna presión extra, porque todos sabían que estábamos haciendo algo distinto. Me gusta la libertad de esta película, me parece muy oscura, me perturba. Es muy muy oscura. Estoy muy orgulloso de algunas escenas de la cinta como la muerte de Olga que me tomó tres semanas cortar y son dos minutos, estoy muy orgulloso y honrado de haber podido trabajar con Thom Yorke y por supuesto del gran elenco. Es una cinta extraña, creo que me toma 4 años entender las películas que hago, y obviamente primero veo los errores.