Lo que parece ser otra película llena de actos inhumanos y personas cazadas como animales se revela como un astuta crítica a la corrección política en una comedia de horror donde nadie es inocente.
Antes de que comience, The Hunt puede parecer una película más de Blumhouse, tal vez una versión occidental de Battle Royale, un sálvese quien pueda bajo el ojo perverso de una élite racista, esnob y republicana, pero rápidamente, comienza a demostrar un sentido del humor insidioso y una serie de elecciones narrativas que nos llevan a la conclusión de que estamos ante una versión mucho más inteligente que el clima de blanco y negro de películas como La Purga.
Cuando un grupo de personas se despierta en medio de un campo sin idea de cómo llegaron ahí y encuentran una caja llena de armas, descubren rápidamente que alguien los está cazando. Poco a poco comienzan a atar cabos y darse cuenta que fue lo que los condujo ahí: ser los elementos indeseables de la sociedad. Trolls de derecha, conspiranoicos, cazadores de animales en extinción, basura blanca de trailer park. Y los que los están cazando son… liberales. Gente de izquierda. Guerreros de la justicia social que los etiqueta como “indeseables” y que pretende borrarlos de la faz de la tierra para hacer un lugar mejor.
Y en este escenario, mucho más interesante que el de una Purga, con sus padres fundadores que uno no entiende muy bien cómo llegaron al poder y un pueblo que es loco porque si, The Hunt inicia con una serie de falsos protagonistas y cambios en los puntos de vista narrativos hasta llegar a Crystal, interpretada por la fantástica Betty Gilpin, que sorpresivamente, nos da a una de las mejores heroínas de los últimos años: salvaje, voraz, extraña, enfrentándose con un cuchillo entre los dientes a una grieta exacerbada, a un Estados Unidos absolutamente polarizado, desbordado por la corrección política, el racismo, la conspiranoia y la policia virtual. Con una protagonista que patea el tablero, como aquella de “You’re Next”, donde la amenaza no advierte el potencial del amenazado, Crystal da vuelta rápidamente el rol de cazado a cazador.
El papel de Betty Gilpin es majestuoso, todo el tiempo mostrando pequeños estallidos de lo que se supone es stress post traumático pero que nunca fuera de tono con el clima cómico aunque macabro de la película. Y es precisamente gracias a la comedia, que el film hace una crítica feroz de los dos bandos de este país polarizado entre opuestos que se parecen bastante, con cazadores furtivos que son pintados como monstruos atroces por liberales que no quieren obviar víctimas en su cacería humana para ser más inclusivos.
The Hunt es una sorpresa, que comienza con algunos atisbos de que puede ser algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, pero que cuando termina, resulta algo infinitamente más profundo de lo que estábamos esperando. El mundo es una conjunción de grises y es interesante ver una película que subvierte las expectativas sin faltar el respeto de nuestra inteligencia.
PD: Traten de no ver el cast completo porque se van a llevar una de las mejores sorpresas de la película.