El co-director y co-guionista de uno de los emblemas del subgénero found footage contó cómo nació esta película y todo el trabajo detrás de lo que terminó siendo un fenómeno mundial
Cuando en 1999 El proyecto Blair Witch llegó a las salas, se convirtió en uno de los fenómenos del boca en boca mejor vendidos en muchísimo tiempo. Con algún condimento más en el medio, cada persona iba alimentando el mito alrededor de una historia sobre la vida de tres estudiantes de cine que habían desaparecido de manera misteriosa mientras investigaban una leyenda urbana.
Sabiendo que quizás hoy sería muy difícil lograr que una producción cale así de hondo, apoyándose en una “mentira piadosa”, internet tuvo mucho que ver para que Dan Myrick y Eduardo Sánchez, guionistas y directores, transformaran un proyecto universitario en una realidad sumamente jugosa. Un sitio web bastó para que se generara un culto detrás de las brujas de Blair y una serie de maldiciones que rodeaban una zona de los Estados Unidos en la que convenía no acampar.
Fue la productora Artisan, hoy absorvida por Lionsgate, la que se encargó de darle cuerda a un mito que llegó a cada hogar vendido como realidad. Incluso el propio Robert Rodríguez llegó a engañar a su hermana contándole sobre Josh, Heaher y Mike, los tres estudiantes que se evaporaron en un bosque. “Cualquier persona en la industria conocía la película porque le había llegado alguna copia ilegal”, afirmó Sánchez.
Hoy, a más de 20 años del estreno, la película sigue arrastrando un legado siendo una de las principales referencias al momento de pensar en el subgénero del found footage donde Actividad Paranormal puede ser una de las que mejor supo seguir los pasos. ¿Pero cómo fue el proceso detrás de este proyecto universitario que a base de improvisaciones cambió la vida de Sánchez y Myrick?
¿Cómo fue elegir al cast?
Con Dan Myrick queríamos improvisar toda la película, queríamos gente que fuera natural y pudiera actuar sin que se notara que estaban actuando. Por suerte, Heather Donahue, Michael C. Williams y Joshua Leonard eran muy talentosos, inteligentes, muy buenos improvisando. Confiaron lo suficiente como para que los lleváramos a Maryland, dejarlos en el bosque por 8 días, los asustáramos, no les mostráramos el guión. No tenían idea qué les íbamos a hacer.
¿De qué manera fueron dirigiendo?
No hubo mucha dirección, fue en la edición donde la película tomó forma. Una vez que confiamos en los actores nos sentimos cómodos con los actores no tuvimos problemas en dejarlos ser. Funcionó muy bien, les dábamos pequeñas notas con direcciones a cada uno de ellos cuatro o cinco veces al día, no las podían compartir entre ellos. Pero Heather, Mike y Josh hicieron la película lo que es, le dieron vida.
¿Cuánto influyó el presupuesto en la producción?
Este era un ambiente en el que no teníamos dinero. Nos comimos la cabeza pensando qué queríamos para el final. Sabíamos que iba a terminar en el sótano de la casa, pero no sabíamos cómo iba a ser exactamente. Pensamos muchos escenarios: una sombra, Josh saliendo de una tumba, ideas muy estúpidas. Sinceramente la empezamos a rodar sin saber el final. Gregg Hale, uno de los productores, venía todos los días a decir cuántos días nos quedaban. Si queríamos que algo pasara, teníamos que decirle: Hay que cabar un pozo, una caja, una explosión, lo que sea. No sólo hacía falta un final sino también un final sin dirección de arte. No podíamos construir nada, castear nada. Por suerte se nos ocurrió esa idea del final, que funcionó y después pensamos las razones de por qué estaban parados en la esquina.
¿Como lidiaron con toda la gente que pensaba que esto era real?
Sí, todas las cosas que son un problema en otra película a nosotros nos servían. Que nadie fuera conocido en la película nos servía para inventar todas estas cosas. Nadie sabía quién era Eduardo Sánchez, Heather Donahue o Mike Williams.
Implicó difundir fake news antes de saber qué eran…
Sí, ahora te las tiran por la cara. No nos conocía nadie así que pudimos crear todas estas cosas y todo se basó en la película. Necesitábamos una metodología para que Heather, Josh y Mike fueran al bosque. Necesitaban al para ir a estudiar y hacer la película. Creamos estas brujas de Blair. Hicimos un sitio web y la gente empezó a entrar, incluso mientras estábamos editando la película. Querían ser parte de la historia. Eso hizo que la película fuera viral antes de que eso existiera. La gente hacía copias en VHS de la película y se la mandaba a otra gente, una copia ilegal. Para mí es la forma perfecta de verla: una copia en VHS de mierda sin una etiqueta que te deje como “¿qué carajo es esto?”. En cualquier entrevista que dimos con Dan Myrick, nunca dijimos que esto era real. Pero bueno eran otros tiempos, no era tan fácil encontrar cosas en internet como ahora.
¿De quién fue la decisión de no decir que esto era mentira?
El estudio, Artisan, con los tráilers y un especial de televisión sobre la maldición de Blair Witch, un libro, todo eso, todo fue en pos de hacer creer que esto era real. Escondieron a los actores durante dos semanas. Estaba esto de que era real, daba miedo, salió una nota en el diario, todo para demostrar que era real. Y después estábamos nosotros, los realizadores, dando notas sobre la película. Nunca pretendimos decir que era real y si nos preguntábamos decíamos que era falso. Es raro que ambas posturas coexistieron sin interferirse. Cuando pensamos la película, antes de que Artisan la comprara, no queríamos que se sintiera una broma, que estábamos tratando de engañar a la gente. Pero Artisan se sumó dijeron: “No, no le vamos a decir a nadie que esto es falso”. Fue como “bueno, ustedes saben mejor”.
¿Qué sentís al ver el legado que construyeron en este subgénero?
No creamos el género pero sí lo hicimos popular. Me encanta la idea, el núcleo es que cualquiera puede hacerlo y las películas no necesitan rodarse con luces o en 35mm, que el documental y la ficción pueden coexistir. Ahora hay tantas películas de found footage y muy buenas. Estoy muy orgulloso de eso. Me encanta la idea de buscar una nueva perspectiva en este mundo del documental.