Hablamos con la protagonista de “Ni Héroe, ni traidor” la nueva película de Nicolas Savignone que retrata la intimidad de una familia durante Malvinas.
Ni Héroe ni traidor nos trae la historia de una familia argentina y el drama que debe enfrentar al enterarse de que su hijo Matías de 19 años es convocado para luchar la Guerra de Malvinas. Con una interpretación cruda y movilizante, Inés Estévez se pone en la piel de la madre de este joven, lidiando con la aparente falta de conciencia de todos los demás frente a la gravedad de lo que este hecho puede significar: la muerte de su hijo.“Me pareció de una alta responsabilidad encarnar una madre que además tiene un criterio al respecto. Un criterio que yo comparto y con el que me veo representada”, cuenta la multipremiada actriz sobre su papel en la película dirigida por Nicolás Savignone. Ni Héroe ni traidor, que estrenó este jueves 12 de marzo, es el retrato íntimo y estético de una familia sumida en un drama inesperado, intentando hacerle frente a la situación que atravesaron cientos de hogares argentinos en los primeros meses de 1982, y que llega para brindar un nuevo punto de vista a la historia que ya todos conocemos.
¿Cómo te llegó el proyecto?
Me convocó Nicolás. Yo no lo conocía. Me contó el proyecto y cuando leí el guión me atrapó muchísimo porque me gustó la idea de ver semejante punto de inflexión en nuestra historia desde un lugar humano e intimista, sin grandilocuencia. No se describe la guerra, se describe lo que le pasa a un puñado de seres humanos frente a esa perspectiva. Eso me pareció muy interesante.
¿Sentiste cierta responsabilidad cuando decidiste formar parte de una película sobre Malvinas?
Me llamó la atención que Nicolás se metiera con ese tema. Es verdad que es un tema al cual aparentemente le rehuye la gente. La misma guerra es algo metido debajo de la alfombra, entonces está bueno que, cada tanto, haya alguien que viene a recordarnos. Pero nunca pienso en macro. Cuando encaro un trabajo no pienso en la trascendencia de ese trabajo, sino que me circunscribo a lo que tengo que hacer en ese momento, observando la totalidad del resultado final y trabajando para eso, pero no pienso en el impacto. Nunca en la vida, no soy consciente. No es que lo elijo yo eh, no me doy cuenta. Si tengo que hacer algo, lo hago con convicción y responsabilidad y punto.
¿Qué impacto tuvo en vos la Guerra de Malvinas?
Yo estaba en la secundaria y lo que recuerdo es haber llegado al colegio un dia y que me hayan dicho hay una guerra y tienen que aprenderse este himno. Parecía que el himno lo hubieran hecho antes de declarar la guerra, muy sospechoso. Recuerdo que me parecía algo lejano, pero me daba cuenta que era grave y sentía que yo ya tenía perfilado dentro mío el concepto de que la guerra es una necedad.
¿Cómo te sentiste al traspolar los roles y pasar a ser una niña cuando sucedió, a interpretar a una madre?
¡Me encantó! Me encantó el hecho de ponerme en la piel de una madre hoy en día, que se veía enfrentada a una situación tan extrema. Me encantó porque la inconsciencia que yo tenía en aquel momento, ahora es una supraconciencia, y me pareció de una alta responsabilidad encarnar una madre que además tiene un criterio al respecto. Un criterio que yo comparto y con el que me veo representada.
Tus escenas son en su mayoría con Rafael Spregelburd y Juan Grandinetti, además de intervenciones con Héctor Bidonde ¿Cómo fue trabajar con ellos y con Nicolás en la dirección?
Nicolás es una persona de una calma maravillosa y a la vez muy precisa. Sabe muy bien lo que quiere y sabía cómo contar lo que estaba contando, así que el clima en el set era divino. Con Rafael no había trabajado nunca pero siempre lo admiré mucho, como dramaturgo primero y como actor después. Es un actor hermoso y un compañero delicioso. Con Juan ya había trabajado, había hecho de madre de él en “Te esperaré”. Es hermoso lo quiero mucho. Ya teníamos un vínculo madre e hijo. Con Héctor Bidonde había trabajado mucho en teatro, así que me sentía muy en familia.
¿Cómo se construye un personaje que vivió hace 40 años?
La representación, la escenografía y el vestuario eran super adecuados, se notaba que estaban creando un clima. Había mucho detalle en el aspecto físico de la ropa, de los elementos, pero además la ambientación de una casa de clase media sin recursos, de esa época. Eso fue buenísimo y todo ayuda, colabora, para que vos entres en el marco de ficción, te identificas mucho más fácilmente, con la ropa puesta y en ese lugar.
La película fue muy bien recibida en festivales muy importantes como son el de San Sebastián y el de Edimburgo, ¿qué proyecciones tenés para lo que se viene ahora?
Acompañarla si me convocan y muy feliz de que un director independiente que hace una película de autor, noble, con contenido, con integridad, con sustancia, tenga proyección y llegada. Esas cosas me hacen muy feliz.