Este jueves se estrenó la nueva película protagonizada por John Cena. Un gran plan familiar para los amantes de los gags físicos
Entre tanta oferta infantil de cara a las vacaciones de verano, el cine siempre es una apuesta segura: aire acondicionado y horas de tranquilidad frente a la pantalla que se posicionan como una salida familiar que no se puede descartar. Con una variada cartelera, esta semana llegó a las salas del país Jugando con fuego, la nueva película de John Cena.
La historia se centra en un grupo de rescatistas que operan apagando incendios y utilizando todo tipo de herramientas rimbombantes para llevar a cabo sus tareas. No, no los confudan con bomberos. Son mucho más cool.
John Cena interpreta al Superintendente Jake Carson, responsable de la división que completan Mark (un divertidísimo Keegan-Michael Key), Rodrigo (John Leguizamo) y Axe (Tyler Mane). Criado de manera muy estricta, para Carson no existe la diversión ni el relax, claro que todo cambia una vez que tres niños aparecen en sus vidas luego de un rescate.
Una trama simple, para una película infantil de las que no dejan a los adultos afuera; sobre todo a los que gustan de gags físicos y chistes escatológicos. Keegan-Michael Key se luce como el subordinado lamebotas con las caras y gestos a los que tan acostumbrados nos tiene, mientras que Cena vuelve a demostrar lo cómodo que se siente trabajando con y para niños. Quizás el punto más flojo lo aporta un muy sobreactuado Leguizamo, aunque claro, forma parte del código que plantea la película.
Durante poco más de una hora y media, los tres niños servirán como punto disparador para los momentos de comedia, aunque también serán el eje para el mensaje del film. Una cinta que indaga en los valores de la familia, en cómo se construye y en las presiones que nos autoimponemos por distintas circunstancias de la vida.