Se estrenó la segunda temporada de la serie mexicana que generaba incertidumbre por la ausencia de Veronica Castro. Te contamos cómo lo resolvieron.
La nueva entrega de La Casa de las Flores comienza con final de la primera, donde Virginia de la Mora (Verónica Castro) se va de viaje luego de perder el cabaret y la florería. Su fuerte presencia en la primera se hizo sentir durante los 9 capítulos, pero la ausencia de la actriz en esta nueva temporada se nota y mucho.
Luego de la muerte de Virginia, su hija Paulina (Cecilia Suárez) busca recuperar lo perdido y vengarse de Diego (Juan Pablo Medina), a quien acusa de haberles robado. Paso a paso iremos la serie va mostrando qué sucede con los otros personajes y, aquí es donde comienza el absurdo: Elena (Aislinn Derbez) está en una relación con un sacerdote y va a terapia sentimental en una peluquería. Ernesto de la Mora (Arturo Ríos) tiene una relación con Jenni (Mariana Treviño), líder de una secta que es conocida como: La Parvada y su hijo Julián (Darío Yazbek) ahora es gigoló.
Desde el primer capítulo se puede intuir que no predominaran las risas esta vez y habrá situaciones ilógicas algo innecesarias. Lo que bien funcionó en la primera temporada, aquí se ha exagerado hasta el límite de lo absurdo. La segunda temporada de La casa de las Flores tiene grandes problemas en el guion y algunas actuaciones se notan muy forzadas. Algunos optimistas dirán que es una comedia light, con escenas bizarras que se pueden ver sin perder el hilo de la trama.
¿Hay más?
Sí. El noveno capítulo, que deja muchas preguntas y situaciones sin concluir, da pie a la ya grabada tercera temporada. Luego de lo visto, tiene muchas más chances de no decepcionar y resultar más atractiva, que la segunda temporada.