El director de fotografía de la exitosa serie de Netflix que acaba de estrenar su segunda temporada habló sobre el proceso de trabajo en esta ficción y lo que podemos esperar de la tercera y última entrega
El pasado viernes, tras más de un año de espera, la segunda temporada de Dark se estrenó en Netflix. A pesar del éxito de la primera entrega, con la que mucha gente se enganchó, era imposible comenzar a verla sin antes digerir algún buen resumen que nos pusiera al día de lo que había pasado. Así, muchos usaron de excusa esa semana previa para un re-watch, o googlearon resúmenes. Claro que esto no fue un obstáculo para deglutir los 8 nuevos episodios en apenas un fin de semana.
“Dark es un viaje”, aseguró el director de fotografía de la ficción, Nikolaus Summerer. En este sentido, la referencia no es sólo para el espectador que se sienta a disfrutar la experiencia audiovisual, sino que habla también de él mismo y de cómo le cambió la vida; gracias a la propagación de esta producción, “empecé a estar en el radar de varias personas, y mucha gente empezó a contactarme para trabajar conmigo”, explicó.
Aunque esto es una gran noticia para toda persona que trabaje en la industria, su cabeza está 100% enfocada en esta serie alemana. “Se viene la tercera temporada, ya estamos haciendo la preproducción, no empezamos con el rodaje pero estamos a punto”, dijo.
Para los que ya vieron la segunda temporada completa, la espera se hará eterna, porque todavía no hay noticias en torno a cuándo llegará la última entrega de la serie. En este contexto, los más fatalistas podrían empezar a pensar en el peor de los escenarios, empujados por la abstinencia y las ganas de querer ver cómo sigue.
¿Qué pasa si la cancelan? Tranquilos, ya tienen el visto bueno de la N roja. ¿Y si no saben cómo terminarla y la arruinan? Tranquilos, hay un plan. “Cuando empezamos a rodar en 2016, (los cocreadores) Baran bo Odar y Jantje Friese, con quienes tengo una relación muy cercana, me dijeron que sólo serían tres temporadas, que sabían qué iba a pasar. No iban a continuar más y más hasta que se volviera absurdo, tenían la columna vertebral de la serie”, aclaró Summerer. Por supuesto, aclaró que algunas cuestiones menores pudieron haber cambiado, “pero esto es debido al éxito inmenso de la primera temporada. Sabemos qué es lo que se viene“. En teoría, no habría posibilidad de tentarlos con nuevas entregas, porque para Summerer los showrunners tienen ganas de encarar nuevos proyectos.
¿Cómo fue el trabajo visual para vos? ¿Qué tan complejo fue respetar cierta continuidad con tantas líneas temporales?
Ha sido un desafío. Hay muchas posibilidades para trabajar, como lo que se hace con Traffic (2000), que cada historia tiene colores diferentes. Es algo que, sutilmente, intentamos hacer en Dark, para guiar un poco a la audiencia. Por ejemplo, el futuro es más escabroso, los ’50 tienen tonos más marrones. Ahora en la segunda temporada tenemos los años ’20, donde hay algunas viñetas medio raras, con las que hicimos algunas cosas locas visualmente. Queríamos guiar al espectador; la historia de por sí es compleja. Definitivamente es un desafío mantenerse en una línea, no por el tiempo, porque se sabe cuál es cada año, sino que la historia se mantenga homogenea y no se venga abajo. Entonces, por más que sean distintos años, todo se ve como una sola cosa.
Entonces, los colores son como la brújula para el espectador…
Claro. Para nosotros que nos criamos acá, la diferencia entre las épocas se nota. Pero para otros quizás sea complejo diferenciar la moda o los peinados, entre los ’80 y el 2019. Con los ’50 quizás es más fácil.
¿Cuánto se inspiraron en la catástrofe de Chernóbil para lo visual en el mundo postapocalíptico?
Sabemos que hay un apocalipsis pasando y la planta nuclear es responsable de alguna forma. Todos crecimos en Alemania cuando eso pasó, los más viejos recordamos que nuestros padres no nos dejaban salir o comer algunas cosas. Nadie sabía bien qué pasaba. Me acuerdo muy bien. Cuando se piensa en una catástrofe nuclear, en lo primero en lo que se piensa es en Chernóbil. Investigamos cómo se ve; algunos fotógrafos estuvieron en la zona prohibida tomando fotos y tenemos alguna idea de cómo quedan los edificios o como se ve la planta y toda la zona. No podés negar que hay influencia de eso. También crecimos con películas sobre catástrofes y hay muchos realizadores que crearon visiones sobre cómo sería un apocalipsis cuando hay una planta nuclear involucrada.
¿Qué director en particular?
Para la segunda temporada tomamos mucho de Andrei Tarkovsky, en especial cómo se veían los mundos que creaba, con cierta incomodidad y misterio para la audiencia.
Uno de los puntos fuertes de la serie es el parecido entre las distintas versiones de los personajes. ¿Cómo fue el casting?
Antes del rodaje, hicimos largas pruebas de cámara con luces, vestuario, peinados y demás. Juntamos a las versiones jóvenes y adultas, pero antes de eso sólo los veíamos en los listados de fotos del casting, para ver si funcionaban o no porque la línea del mentón o la nariz eran distintas. Los poníamos juntos frente a cámara para que se movieran o hicieran alguna acción similar, y ahí veíamos que podrían ser una misma persona en distintas eras. Con el equipo hablamos mucho de lo fantástico que es esto, no sé cómo es para los actores, nunca les pregunté, pero cuando lo ves con las pantallas partidas, se ve fantástico. El casting se hizo muy bien.
Las locaciones también se elegieron muy bien y podrían ser puntos turísticos para los fanáticos, como la cueva de la planta…
Está en las afueras de Berlín, hay gente que deambula en el bosque buscándola, pero no sé si la encontraron.
¿Es un secreto?
Hay algunos secretos que estamos guardando para el final de la serie, por eso no quiero revelar mucho. Como por ejemplo, dónde quedan algunas locaciones, o si son reales o no.
¿Qué podemos esperar de la próxima temporada?
Esperemos que nos den muchas respuestas, ¿no? Que se cierre el ciclo. Hay mucho por descubrir y el viaje que ya aumento su velocidad esta temporada, no va a reducirla para la próxima.