Cuando uno habla de ciertos directores cinematográficos de significativo renombre, tendemos a vincularlos con su película más conocida o trascendental, ya sea por tratarse de una obra premiada, avalada por la crítica o ayudada por un fuerte trabajo de marketing. Pero resulta que dentro de este proceso selectivo, en más de una oportunidad y casi sin ser plenamente conscientes de ello, pasamos por alto grandes filmes que invitan a ser vistos y ponderados como verdaderas obras de arte.
Vamos a intentar entonces hacerle justicia a algunos de esos largometrajes tristemente olvidados o pasados por alto. En el caso de algunos de ellos, con el paso del tiempo han envejecido con mayor dignidad. Puede ser también que en el momento de su estreno hayan pasado sin pena ni gloria, pero lo maravilloso de este proceso es tener la oportunidad de re visionarlos y tomar dimensión de la grandeza artística con la que fueron concebidos. Grandes actuaciones, directores de alto renombre, guiones soberbios y tramas inolvidables son algunas de las características que rodean a estos filmes.
La leyenda de 1900-Giuseppe Tornatore (1998)
Basada en el monólogo teatral “Novecento” del escritor italiano Alessandro Baricco, Tornatore adapta a la gran pantalla esta fabulosa obra que cuenta la historia de Danny “Novecento” Boodman, un pianista nacido en alta mar cuya particularidad reside no sólo en su eximio talento musical, sino también en el hecho de jamás haber pisado tierra firme.
Danny es un chico prodigio que se convierte en una leyenda del jazz (atentos a la escena del duelo musical con el “creador del jazz” Jelly Roll Morton). Nace a bordo del transatlántico Virginian y configura su existencia y su música arriba del mismo. Allí entablará una amistad entrañable con el trompetista de la banda llamado Max, y la particular historia de este personaje es narrada por este último a modo de flashbacks.
Danny es un ser sensible y encantador, la música que compone intenta dar cuenta de su vida en el Virginian y cómo concibe el mundo y la vida a través de su arte. Tornatore es un reconocido director que suele ser muy acertado a la hora de materializar la melancolía sempiterna de sus protagonistas y el vínculo que éstos establecen con las cosas y personas que aman. Es cuestión de rememorar Cinema Paradiso para entender parte de lo anteriormente planteado.
Película olvidada dentro de la filmografía de este director italiano, contamos nuevamente con la colaboración de Ennio Morricone como realizador musical y la magistral actuación del siempre talentoso Tim Roth. Este binomio Tornatore-Morricone funcionó de maravilla con Cinema Paradiso y acá vuelve a repetirse de manera muy acertada. Esta película podría tranquilamente formar parte de la filmoteca imprescindible de todo cinéfilo. :
Biutiful-Alejandro González Iñárritu (2010)
Cuando hablamos de este director mexicano, enseguida nos vienen a la cabeza películas como “Amores Perros” o las oscarizadas “Birdman” y “El Renacido”. Pero dentro de su filmografía reside una joya que en cuyo momento fue celebrada por la crítica (nominada a la Palma de Oro en Cannes y en los Óscars como mejor película de habla no inglesa) que pareciera haber sido fácilmente olvidada por el público en general. Se trata de esta pequeña obra de arte llamada Biutiful, protagonizada por el multifacético Javier Bardem.
Cuenta la historia de Uxbal (Bardem) quien lucha abnegadamente por sacar adelante a su familia dado que es él quien se erige como sostén o cabeza de la misma. Nuestro protagonista padece un cáncer terminal que lo obliga a resolver sus asuntos pendientes dentro del mundo terrenal, con el objetivo de abandonarlo con la mayor entereza y paz posibles. No existe estabilidad económica o emocional en la vida de éste, con una ex mujer bipolar y alcohólica (fabulosamente interpretada por la actriz argentina Maricel Álvarez) y la falta de un trabajo fijo, la vida de Uxbal se configura como un oscilamiento entre la luz y las sombras.
También contamos con el efecto sobrenatural de la película, dado que Uxbal tiene la capacidad de contactarse con los muertos quienes les transmiten mensajes destinados a aquellos que quedaron vivos y duelándolos. Su vida transita entre estos dos mundos, el de los vivos y los muertos, cuyo trasfondo contextual es la ciudad de Barcelona abordada desde su aspecto más “decadentista”: como espacio superpoblado por infinidad de culturas migratorias, explotadas y marginadas al interior de una ciudad que se erige como primermundista pero que aplasta a los que quedan por fuera del sistema.
El camino de redención de nuestro personaje, contado a través de la particular forma de filmar de este talentoso director, los claro-oscuros característicos de su filmografía, la banda sonora, el abordamiento de problemáticas intimistas e individuales que se trasladan a lo social y la temática desoladora y agobiante que se padecen en las casi tres horas de duración del largometraje; la convierten en una obra imprescindible y trascendental.
Tráiler:
The Game-David Fincher (1997)
Fincher es sinónimo de películas tales como “Seven” (aquella que catapultó a la fama a Brad Pitt) “La red social” o “El club de la pelea”. Erigiéndose entonces como reconocido director de thrillers psicológicos, no podemos dejar de revisar su filmografía para encontrar una joya bastante olvidada: The Game.
Protagonizada por Michael Douglas y Sean Penn, cuenta la historia del multimillonario Nicholas Van Orton (Douglas) quien en la fecha de su cumpleaños es sorprendido por un particular regalo de parte de su hermano Conrad (Penn). Una tarjeta de invitación de CRS (Consumer Recreation Services) que alega que le hará “la vida más divertida”, cuyo desenlace de acontecimientos “lúdicos” nos dará a pensar que se trata de mucho más que un juego común y corriente.
Tal propuesta parte de la base que se adapta a cada persona en concreto. Una serie de estudios físicos y psicológicos que le llevan a cabo al protagonista corrobora parte de esta teoría. Una serie de eventos que bordan lo irreal se desatan, empujando a nuestro personaje a un estadio de locura y desahucio ¿Cuáles son los límites de este “juego”? ¿Cuál sería el objetivo del mismo dado que pone en peligro inminente la seguridad de su jugador principal?
La película arranca planteando el hecho de “qué se le regala a alguien que parece tenerlo todo”. Nicholas aparenta tener una vida cómoda y resuelta. Está cumpliendo 48 años que es precisamente la edad en que su padre comete suicidio; también está atravesando un conflictivo divorcio, la relación con su único hermano no es precisamente la más armoniosa y vive aislado en su lujosa mansión. El giro novedoso de la película es cuando se cruza la barrera entre realidad y ficción y todo lo que sucede roza lo demencial e imprudente.
Sería una pena seguir ahondando sobre el argumento de esta película, dado que cualquier información introducida puede terminar revelando el contenido de la misma. Película apta y disfrutable para aquellos cinéfilos fans de la filmografía de Fincher y del buen cine de thriller psicológico.
Un mundo perfecto-Clint Eastwood (1993)
La figura de Clint Eastwood se establece como algo sacro dentro del universo cinematográfico. No sólo en su calidad actoral sino también en su participación detrás de cámara como director de grandes clásicos: “Los puentes de Madison” “Million Dollar Baby”, “Gran Torino”, “Mystic River” son algunas de las películas que tienen su marcado sello personal y que obtuvieron fama y reconocimiento a lo largo del tiempo.
Pero en este artículo estamos hablando de joyas olvidadas, así que cabe mencionar una pequeña perla llamada “Un mundo perfecto” protagonizada por Kevin Costner, quien en un primer momento no estaría incluido en este proyecto. Denzel Washington sería el personaje principal y la dirección recaería en manos de otra bestia cinematográfica: Steven Spielberg. Para seguir ahondando un poco en estos datos de color, les contamos que finalmente la dirección de la misma es concedida a su amigo personal Eastwood y el rol protagónico cae en manos de Costner, figura destacada en la filmografía de la década noventera.
Un mundo perfecto cuenta la historia de dos delincuentes en fuga, quienes en el atraco de una casa habitada por una familia de Testigos de Jehová, toman prisionero al hijo menor de la misma Phillip (T.J. Lowther). De este episodio queda como sobreviviente solamente uno de los maleantes llamado Butch Haynes (Kevin Costner), quien al huir con el niño establece una relación paterno-filial de lo más conmovedora.
Ambos personajes ven coartadas sus libertades personales por distintos motivos, también están marcados por una historia de orfandad dado que fueron abandonados por sus padres. La cercanía y el crecimiento de tal vínculo resultan inexorables en el in crescendo de la película. No faltan los golpes al corazón característicos del cine de Eastwood ya llegando al final del largometraje, donde nos recuerda lo cruento de la realidad y la dificultad y riqueza de los vínculos interpersonales. Película imperecedera que merece ser revisada.T
Bonus Track: “Magnolia”-Paul Thomas Anderson (1999).
Escrita y dirigida por uno de los cineastas contemporáneos más talentosos que nos ha dado la industria, hoy en día Paul Thomas Anderson puede ser relacionado a películas quizás más taquilleras o premiadas tales como “Petróleo Sangriento” o “El hilo fantasma”. Pero en los albores de su juventud cinematográfica, nos regala una joya de la envergadura de “Magnolia”, cuyo guión y construcción de todos y cada uno de sus personajes no pueden pasar desapercibidos.
Magnolia se caracteriza por la pluridad de relatos, de voces, de anécdotas y vivencias que se entretejen en una delicada red de “coincidencias” que empujan a nuestros personajes a encontrarse cara a cara con ese otro al que tanto temen. Esa temerosidad también puede significar el encuentro con uno mismo, con las miserias personales, a las que tan bien estamos acostumbrados a rehuir por una cuestión de supervivencia.
El protagonismo coral no tiene como propósito confundirnos, sino más bien nos invita a reflexionar caso por caso, la historicidad de cada personaje se construye con fuertes diálogos que no logran mitigar nada del dolor corporal o emocional que padecen, sino que más bien nos ayudan o invitan a vivenciarlo en carne propia. No podemos resultar ajenos a esas miserias, a los amores perdidos u olvidados, a la enfermedad, a las exigencias, a la sexualidad. Este compendio de anecdotarios vitales no hace más que “humanizar” a los padecientes de esos relatos. Algunos quizás menos trágicos que otros, pero no menos relevantes.
Película que resulta inolvidable y absolutamente necesaria dentro de la filmografía de todo cinéfilo, Magnolia es una joya que está destinada a envejecer con la dignidad que se merece.T
Y ustedes cinéfilos, ¿cuáles agregarían a la lista?