Tres historias narradas desde el desarraigo existencial en él violenta y sobrepoblado México D. F. y un punto de fuga que las une y enfrenta. Esta es la premisa en la que se suceden 150 minutos atrapantes .
“La génesis de Amores perros se basa en un corto que escribió el novelista
Guillermo Arriaga y que nunca fue rodado. A partir de un accidente de tráfico, se empieza a desarrollar la vida de los personajes antes, durante y después de la colisión”. Después casi tres años y 36 estudios de guion, tanto director y guionista construyeron el perfecto rizoma de desencanto social que tiene lugar en las corrompidas y violentas pero atrapantes calles de la capital Mexicana.
“Es una sociedad encerrada en un núcleo de promiscuidad y de espacios reducidos”, añade el director. “Toda la corrupción y falta de empatía que se respira en el largometraje no es más que el reflejo de un México bello, una nación que vive los resultados de una dictadura de partido con más de 70 años, dominada por una política social y económica lastrante”.
Como metáfora del arcaico estado salvaje que determina el accionar de
los personajes -los perros encerrados de Tarantino siguen siendo una inagotable vía de inspiración-, todos ellos aparecen retratados junto a sus perros, que vienen a ser el fiel reflejo de una sociedad donde las diferencias entre clases continúan siendo abismales. Las clases empobrecidas se nuclean de canes asesinos, sedientos de sangre, entrenados para las luchas clandestinas (y sus amos tienen que robar y matar para subsistir); los ricos, sin embargo, llaman a su mascota Richi, un caniche con hocico angelical. Pero para todos indistintamente de su estatus social el azar rige del mismo modo. “Cuéntale a Dios tus planes y se reirá de ti”, dice uno de los 45 personajes que retrata Iñárritu en su retrato de la modernidad. Y en esa frase se condensa todo el sarcasmo de la existencia. “Alguien ahí arriba escribe nuestra historia -argumenta González Iñárritu- y no se sabe realmente cuál es nuestro escenario y nuestras líneas, de alguna forma de eso trata también la película, de la fragilidad y confusión del hombre”.
En resumen: ‘Amores perros’ es una obra de incontable madurez. Cine
adulto, complejo y sin concesiones de ningún tipo para con el espectador.