La actriz británica, Emma Watson, también habló sobre lo que más extraña de su trabajo frente a cámara.
Emma Watson es recordada en todo el mundo por dar vida a Hermione Granger durante una década en la saga de Harry Potter. Después, participó en películas como Noé, Regresión, Colonia, La Bella y la Bestia, El Círculo, y cerró su recorrido en la pantalla grande en 2019 con Mujercitas.
En diálogo con la revista Hollywood Authentic, Watson reconoció que el costado promocional de la industria fue lo que más la desgastó y uno de los motivos principales para hacer una larga pausa en su carrera.
“Quizás me encuentro más feliz y saludable que nunca”
Durante la entrevista, la actriz contó que este tiempo lejos de las cámaras le permitió alcanzar un bienestar que antes no había logrado. “Quizás me encuentro más feliz y saludable que nunca”, aseguró.
Además, remarcó que el mayor peso de su trabajo no estaba únicamente en los rodajes o la preparación de un personaje, sino en todo lo que venía después. “El componente más importante, más allá del trabajo en sí, es la promoción y venta de esa obra de arte”, explicó.

“No extraño vender cosas”
En ese punto, fue categórica: “Seré honesta y directa: no extraño vender cosas, ni mi imagen ni proyectos. Me pareció bastante desmoralizante, destructivo para el alma, aunque sí extraño mucho usar mis habilidades interpretativas y extraño mucho el arte. Simplemente me di cuenta de que tenía muy poco tiempo para hacer lo que realmente disfrutaba”.
También contó que, durante los rodajes, rara vez quedaba tiempo suficiente para ensayar o preparar una escena con calma. Sin embargo, cuando lograba conectar con un instante frente a cámara, vivía algo único. “Es una forma de meditación muy intensa, porque simplemente no podés estar en ningún otro lugar. Es muy liberador. Lo extraño profundamente, pero no extraño la presión”, dijo.
Un nuevo equilibrio
Watson reflexionó sobre la necesidad de recuperar cierta estabilidad después de años de exigencia profesional. “Lo más importante, en realidad, o el cimiento de tu vida, es tu hogar, tus amigos y tu familia. Creo que trabajé tan duro durante tanto tiempo que mi vida, en cierto modo, tocó fondo”, reconoció.




Esa etapa, confesó, la obligó a replantearse su vida y empezar de cero fuera de la pantalla. “Necesitaba construir algo, unos buenos cimientos sobre los que pudiera crecer cualquier otra cosa. Porque si no tenés eso, surge una especie de manía, una especie de pánico en el que pasás de un proyecto a otro aterrorizada por el vacío que los separa. Te das cuenta de que tu vida no tiene ritmo”, reflexionó.