Protagonizada por Michael B. Jordan, Pecadores cuenta la historia de dos hermanos que vuelven a su pueblo natal para empezar de cero.
Pecadores es posiblemente una de las grandes apuestas de Warner para traer de nuevo a la vida a un género (y a unos cuantos personajes dentro de sus películas). La historia cuenta el retorno de los hermanos Smoke y Stack Moore (ambos interpretados por Michael B. Jordan) a su pueblo en Mississippi en 1932 luego de sus aventuras gangster en la Chicago de Al Capone. Este thriller, que comienza con una escena a pura adrenalina, logra equilibrar su ritmo pausado con su tendencia al exceso. Todo al compás de un histórico blues.
Con la exigencia que emite conducir una superproducción, Ryan Coogler dirige este film que se propone funcionar como una mezcla armónica de terror, aventura y acción a través de la historia de la cultura negra en tiempos de segregación. Con la música como primer hilo conductor, el film se adentra en la violencia racial, gangster, la vida semi esclava de los trabajadores, el pecado, el sexo y el rol de los músicos en la sociedad, principalmente del blues.
La construcción de universos no explorados
Lejos de querer crear un “drácula negro”, la película se centra en el floclore y las leyendas urbanas alrededor del blues sin perder su lugar de terror ni fantasioso. Los vampiros no son el centro de atención, ni una amenaza que está constantemente siendo advertida. Estos funcionan como una de las fuerzas en boga en este ambiente que libera al pueblo de sus pesadumbres pero a su vez llama al diablo.
No se puede dejar de lado el principal guiño que, con poco disimulo para los amantes del blues, hace la película a uno de los grandes mitos del género: Robert Johnson. Se dice que el cantante oriundo de Mississippi le ofreció su alma al diablo a cambio de convertirse en el mejor blusero de la historia. Referencia perfectamente colocada en la escena inicial que sigue la leyenda que recita el narrador, sobre el poder del blues.
Blues, leyendas urbanas y vampiros
Si bien es el retorno de los hermanos Moore es el disparador de este relato, el espectador sigue el camino de su joven primo Miles, interpretado por el cantante de R&B y debutante en la gran pantalla Miles Caton. Preacher, como lo terminarían apodando, es el hijo del pastor del pueblo, trabaja en una plantación de algodón y escribe canciones de blues con la guitarra que sus primos le regalaron antes de irse a Chicago.
Preacher, después de completar sus tareas, va a ver a su padre a la iglesia para recuperar su guitarra. Previo a dejar la capilla, recibe un sermón sobre un peligro cercano y el pedido de su padre de quedarse. Sin embargo, Preacher termina renegando y se sube al auto de sus primos para emprender la jornada de preparación de The Juke Club, la cantina que los Moore planean abrir para que la comunidad negra disfrute de la noche, el alcohol y una buena dosis de blues.
Durante todo el día, Preacher conoce un mundo totalmente ajeno al suyo: una estación con carteles que marcan la segregación, la presencia de un músico de blues en Delta Slim, la violencia de la calle y la tentación de las mujeres. También construye una imagen de sus primos, a los que los ve como inspiración de sus deseos de libertad.

Todo ello culmina en el evento de apertura de The Juke Club, en el que Preacher hará su debut como músico después del turno de Delta Slim. Con su guitarra, Preacher cumple con la profecía recitada al inicio de la película. Su música demuestra el poder de revivir y conectar con las almas del pasado y del futuro. Pero tiene su lado oscuro, y es que el blues además de liberar almas atrae a los más antiguos demonios.