Cine erótico reimaginado. Desde Cinéfilos te recomendamos estas 10 películas que desafían las normas al desplazar conceptos y sensaciones de su espacio tradicional.
En esta selección, nos adentraremos en un fascinante recorrido a través de películas que exploran lo erótico desde ángulos inusuales, surrealistas y solemnemente caprichosos. A diestra y siniestra, los tabúes se desvanecen y las convenciones se rompen a su manera. Del terror al drama y la ciencia ficción, una decena de films que no encajan en géneros tradicionales porque se encargar de retorcer la lengua cinematográfica. Narrativas vertiginosas, imágenes impactantes y revelaciones profundas de la pasión y el deseo, estas películas transgreden nuestras percepciones habituales y, de forma colateral, incitan a recapacitar sobre la complejidad de la sexualidad humana.
It Follows (2014) – David Robert Mitchell
Una película independiente que se diluye entre las sombras del subconsciente, como una pesadilla susurrante que se aferra a la piel. Poco a poco, nos adentramos en un mundo donde el sexo se convierte en una inquietante danza de transmisión, donde los lazos carnales se transforman en una carga indomable. Siguiendo los pasos de Jay, una joven acosada por una entidad sobrenatural después de un encuentro íntimo, comienza un relato macabro de paranoia y escape. Cada paso, cada mirada, cada respiración se siente una inminente amenaza que se desliza sigilosamente por los encuadres con la delicadeza técnica inherente a la profundidad de los planos secuencia. En It Follows, el sexo se convierte en un vínculo condenatorio, un pacto oscuro que se despliega con una malevolencia latente, recordándonos que los placeres efímeros pueden acarrear un precio insondable.
Nymphomaniac (2013)– Lars Von Trier
Dirigida por el siempre irreverente cineasta danés y fundador del Dogma 95, marcó su regreso triunfal a Cannes tras ser expulsado del festival por sus dichos polémicos. Caprichosa, impregnada de elementos poéticos y con una lectura que evoca las novelas del Marqués de Sade, teje un sinfín de reflexiones acerca de la sexualidad humana. Lars Von Trier se ríe de nosotros, incluso cuenta las penetraciones como versos numéricos, llevándonos a un viaje turbulento de deseos incontrolables y pasiones desenfrenadas. Con maestría audaz, explora la adicción sexual, el poder y las conexiones retorcidas entre el deseo y la violencia. Nymphomaniac es una sinfonía cinematográfica que desafía las convenciones y convierte el revanchismo político e intelectual en una exploración inquietante de los abismos de la libido.
Crash (1996) – David Cronenberg
Crash es de esas películas que hay que mirar más de una vez para comprender de lo que en verdad está hablando. No solo se trata de sexo, aunque el sexo es fundamental, sino de una experiencia mucho más fuerte: la pulsión de muerte como el orgasmo final. Esta no es la primera vez que Cronenberg desencaja a sus espectadores con una obra libidinosa: los zombies sedientos de placer en Shivers (1975) ya eran bastante perturbadores, al igual que las transmisiones televisivas en Videodrome (1983) resultaron tan chocantes como las colisiones automovilísticas del film en cuestión. Pero Crash va más allá, hacia a un lugar en donde la fatalidad y la satisfacción se vuelven indiscernibles debido a que sus protagonistas canalizan la excitación mediante la destrucción y los accidentes son la nueva lengua del sadomasoquismo.
Titane (2021) – Julia Ducournau
Heredera de Crash, y marcando un hito como una de las pocas películas dirigidas por mujeres en ganar la prestigiosa Palma de Oro en el Festival de Cannes, Julia Ducournau nos ofrece una experiencia cinematográfica con el filo de una navaja y el brillo del metal. Al igual que Cronenberg, Titane también desafía las convenciones en un film donde el automóvil se convierte en el catalizador de nuestros impulsos más intensos. En este relato transgresor, seguimos los pasos de Alexia, una mujer cuya pasión por los autos choca con su propia humanidad, desatando una serie de eventos perturbadores. En la sucesora de Raw, el sexo se convierte en una forma de exploración física y emocional, una colisión de energías, una explosión de pulsiones salvajes que redefinen la noción misma de conexión humana.
La Gran Comilona (1973) – Marco Ferreri
El cineasta italiano retrata un banquete decadente en el que las pulsiones se desbocan, y la voracidad insaciable devora los límites de la moralidad y la cordura. Un último festín grotesco donde los instintos primarios se mezclan con los manjares más exquisitos. Unos amigos se entregan a un ritual macabro de excesos, donde el acto de comer y tener sexo se convierte en una metáfora de la autodestrucción. Cada bocado y orgasmo es un paso más hacia la desintegración, un encuentro con la voluptuosidad de lo prohibido. En La Gran Comilona, el sexo transita entre los pliegues del deseo, mezclándose con el sabor del pecado y la transgresión. Los cuerpos se entrelazan en una orgía de placer y repulsión, donde la lujuria se convierte en una manifestación carnal de desafío y desesperación.
El Imperio de los Sentidos (1976) – Nagisa Oshima
El Imperio de los Sentidos, dirigida por Nagisa Oshima, devela un reino donde los límites de la pasión y la obsesión se desvanecen. En esta obra de culto del cine erótico, dos amantes se abandonan sin reservas a un torbellino de sensualidad y transgresión, dejando que el deseo se convierta en una fuerza arrolladora que lo consume todo. Inspirada en hechos reales ocurridos en el Japón de los años 30, esta extraña reliquia nos lleva a una travesía fluvial de fantasía, donde los cuerpos van navegando por las profundidades del éxtasis y la pérdida de control. En El Imperio de los Sentidos, el acto sexual se convierte en un acto de rendición y rebeldía, una forma de liberación espiritual que nos invita a explorar los límites del deseo y la entrega total.
Under the Skin (2013) – Jonathan Glazer
En esta obra cinematográfica divisiva protagonizada por Scarlett Johansson, seguimos los pasos de un enigmático ser extraterrestre que asume la forma de una mujer seductora tras descubrir el planeta Tierra en una exploración que trasciende las barreras del lenguaje y profundiza el terreno de lo desconocido. El sexo se convierte en un vínculo misterioso y peligroso, una herramienta para la caza y la manipulación de hombres solitarios. Un experimento surrealista y enigmático, donde la estética visual y la música evocadora se mimetizan, creando una experiencia cinematográfica hipnótica y desconcertante. Jonathan Glazer, conocido también por dirigir videos musicales, incluyendo colaboraciones con Radiohead, Nick Cave y Blur, nos brinda una obra que despierta interrogantes sobre nuestra percepción de la realidad con un retrato sensorial y emocional sin precedentes.
Saló o los 120 días de Sodoma (1975) – Pier Paolo Pasolini
Luego de haber realizado la aclamada “trilogía de la vida”, el cineasta italiano sorprendió al mundo con su película más subversiva, la cual estrenó de forma póstuma tras ser asesinado. En esta adaptación libre de la novela del Marqués de Sade, Pasolini traslada la historia a la Italia fascista de 1944, una época que el propio cineasta experimentó durante su juventud. Seguimos un grupo de personajes de la alta aristocracia que someten a jóvenes esclavos a una serie de juegos perversos para satisfacer sus más retorcidas fantasías sexuales. A través de la mirada de Pasolini, “Saló” no solo es una exploración de los extremos de la perversión, sino que también es una lectura política de la lucha por el poder y una denuncia satírica de la sociedad. El resultado es una de las películas más perturbadoras de la historia del cine, desafiando a los espectadores con imágenes inquietantes y abusos abominables que generan tanto horror como una extraña fascinación.
Nekromantik (1988) – Jörg Buttgereit
¿Qué sucede cuando la atracción por la muerte y el sexo se amalgaman en lo más oscuro que soportan los ojos? En esta película alemana los límites de la moralidad ya no existen y las pulsiones más extremas emergen del barro. En los rincones más ocultos de la sociedad, seguimos la historia de un empleado de limpieza cuya obsesión por el lado macabro lo conduce por un camino inquietante. Ya que el título es un spoiler, vale aclarar que Jörg Buttgereit utiliza recursos técnicos y clichés románticos de manera provocativa, creando un contraste impactante en la escena del acto sexual con el cadáver que hará replantearse qué estamos viendo. Transgresora hasta la médula, deja una marca incisiva en nuestra conciencia, recordándonos que la belleza puede encontrarse incluso en los confines más oscuros de la existencia.
La mujer de la arena (1964)- Hiroshi Teshigahara
Hiroshi Teshigahara pule el acto sexual en la naturaleza misma, como el susurro de los insectos en el viento. En un paisaje de dunas interminables, el encuentro íntimo entre el hombre atrapado y la enigmática mujer se vuelve una fusión de pasiones primordiales. Sus cuerpos se convierten en mariposas nocturnas que se atraen con feromonas invisibles, susurran en un lenguaje secreto de deseos y anhelos. En esta extraña joya japonesa, la temática sexual se aborda de manera simbólica. A través de la relación entre el hombre y la mujer atrapados en la fosa de arena, la película explora la dinámica de poder, la atracción y los impulsos reprimidos. El entorno arenoso y claustrofóbico actúa como una metáfora de los límites y las restricciones impuestas por la sociedad en la expresión de la sexualidad.