Te invitamos a descubrir otra cara de David Lynch con un repaso por su excelente y escalofriante debut como solista, Crazy Clown Time.
A todos los seguidores de David Lynch les resultará intrigante descubrir una dimensión paralela del creador. Más allá de su renombrada filmografía, el cineasta estadounidense se aventuró hace más de una década en el mundo musical con un álbum enigmático que merece un lugar en el escenario de sus pasiones creativas. Con la misma destreza que teje sus narrativas visuales, nos invita a un viaje sonoro llamado Crazy Clown Time (2011), una experiencia que resonará profundamente en quienes han sido cautivados por su extravagante universo cinematográfico.
Luego de haber irrumpido en el panorama musical con This Train (2011) junto a Chrystabell, Crazy Clown Time, el álbum debut en solitario de David Lynch, comparte elementos estéticos y temáticos con su peculiar filmografía. La conexión entre este disco y sus películas se encuentra en la densidad y surrealismo que caracterizan sus emociones y pensamientos más entrañables y pesadillescos.
En el clásico “Good Day Today”, los versos con auto-tune se deslizan como las sombras en Mulholland Drive (2001) donde la realidad se tuerce y el misterio se vuelve protagonista. Las melodías y las imágenes se funden en una danza de lo desconocido, hilando la narrativa de sueños rotos. Los sonidos discordantes en “Crazy Clown Time” evocan las perturbadoras atmósferas de Lost Highway (1997) donde el submundo despierta y las emociones se adentran en la oscuridad. La música y el cine convergen como dos amantes en un baile de tensión y revelación.
En “Speed Roadster,” el ritmo fragmentado y errático es como un desdoblamiento de las narrativas no lineales de Inland Empire (2006), donde las historias se entrelazan en un laberinto de confusión y enigma. En “Pinky’s Dream” (ft. Karen O) la vorágine sónica se diluye con la lógica de Eraserhead (1977), donde lo desconocido se despliega a cuenta gotas ante nuestros sentidos.




Bajo el manto esquizofrénico de Crazy Clown Time, el videoclip despliega su lienzo surrealista en movimiento. La música y los gritos entrelazan un oscuro y escalofriante coro, como susurros inquietantes de un sueño turbio. La atmósfera se torna densa, igual que la noche que envuelve una fiesta infernal, donde las sombras bailan en la penumbra y los ecos de los gritos resuenan en los recovecos del alma.
Mirá el video cinematográfico que hizo para la canción homónima del álbum: