En el marco de Festival internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, conversamos con el destacado director Dick Verdult que está en la ciudad acompañando su película “If yes, okay”
Cinéfilos- Tus largometrajes Viva Matanzas (2019) y If Yes, Ok (2023) son creaciones recientes, pero ¿cómo fueron tus comienzos en la industria cinematográfica?
Dick Verdult- Estudié cine de muy joven, pero rápidamente me frustré en ese entonces porque armar un proyecto en este rubro dura dos años o algo así, y estás siempre haciendo un autoanálisis del contenido del guión. Ese vaivén convierte al cine en el arte más apto a la corrupción mental. Me refiero a que si pintás, hacés lo que querés, en cambio en el cine se presentan cambios constantes. En los 90 ‘s comencé un grupo de arte donde hicimos Circuit Bending (N. d. E. es la customización de circuitos para crear nuevos sonidos musicales), radio pirata, programas punk para la tv holandesa, películas independientes, música y todo fue porque yo estaba interesado en Ficción Interactiva antes de la computadora. Pero sobre todo quería alejarme del cine y hacer cosas ficticias y lo logré.
Cinéfilos- ¿Cuándo decidiste regresar a la realización audiovisual en largometrajes?
DV-Del lado de mi madre tengo una familia en la que abunda la creatividad pero con el fin de lograr la admiración de los semejantes. Cuando el entorno reconoce el talento, la búsqueda se detiene, y esto es un ciclo de creación muy corto. Siempre pensé que no quería que eso me sucediera, por eso elegí el arte más complejo que es el cine. Sabía que aunque tardara muchísimo para poder ofrecer algo que sea interesante iba a disfrutar el proceso. Mientras tanto, hice linograbado, televisión y música porque sentía que eso era para calentar el motor. Entonces, cuando tenía alrededor de 50 empecé a pensar que ya tenía la experiencia suficiente en otros campos como para retomar proyectos de cine y tomarlo con calma. Yo sabía que tenía por madurar y digerir mucho de lo que me había sucedido. Y el regreso al cine sucedió inmediatamente porque ya tenía conocimiento de la forma grupal de trabajar. Ser director de cine es o bien ser un obsesivo tiránico o considerar al equipo con su dinámica, acompañando al marcar los tiempos como un coreógrafo.Si yo hago algo, siempre hay más gente participando y me duele mucho que no la pasen bien. Procuro que sea algo que se viva en conjunto.
Cinéfilos- Hablaste en algún momento del cine como medio de manipulación, ¿por qué sentís que esto es importante?
DV-Disfruto mucho manipulando a través de mis obras, aunque esté mal visto. Hay en eso un ejercicio muy importante a hacer en manipular y dejarse manipular, porque está sucediendo en la vida real y no podemos permitir que esa técnica sólo le pertenezca a los que están del otro lado. Esta película manipula bastante y te lleva de un lado al otro. Me gusta concebir una cantidad de sorpresas para que se mueva el cauce de ese río y a través de esta manipulación vas haciendo un camino que puede cambiar de rumbo. Quizás se deba a que aprendí a resetear constantemente la visión de las cosas.
Cinéfilos- Mencionaste tu habilidad para resetear constantemente la visión de las cosas y pareciera que en If yes, Ok hay varios recursos sonoros que invitan al espectador a hacerlo también.
DV-En Holanda hay una expresión que es: “Tirar arena en los ojos”. En primer lugar esos recursos están porque me gusta generar curiosidad, que creo que es un músculo muy cansado y hay que entrenar. Busco generar un desconcierto que obligue a buscar sentido.
Yo estaba muy consciente de que si sos el autor de tu propia música corre el riesgo de ser predecible y efectista. Yo no quería caer en esa trampa, pero quería hacer la música. Así que compuse 60 unidades musicales que entregué al editor para que las usara como le pareciera a él, eso sumó mucho a la película y fue una sorpresa para mí.
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Cinéfilos- Tu película tiene guiños a la novela que presentás en la Feria del Libro en Argentina este año. ¿Cuál es su relación?
DV-Mis rejas son más bonitas que las tuyas, es bien doloroso. Es un título muy ácido y remite al hecho de que todo el mundo está encarcelado pero algunos tienen algunas cárceles más bonitas que las otras. La temática surgió hace muchos años cuando viví en Honduras y vi una casa totalmente cercada con rejas muy caras. Ahí pensé: “Qué feo llegar a eso, haber cagado a tanta gente para tener que vivir de ese modo”. Esa metáfora se me hizo demasiado clara para dejar de verla. Ya había hecho varias novelas y quería escribir una sobre los hijos de los narcos. En México me dijeron que los hijos de los narcos hacen cualquier cosa pero también son ministros de agricultura, o gerentes de un banco o un hospital y es ahí cuando el problema es muy serio. Eso me fascinó. Comencé a pensar cómo presentar la bifurcación en este tipo de gente, cómo y qué lado eligen. Noté que se perdió una revelación hacia esas figuras paternas a modo de rebeldía, porque la persona joven pelea la frustración por instagram y no encarando a los padres, esto elimina la autocorrección familiar y cambia una dinámica que tiene muchísimos años, porque como padre te espera un momento en el que tus hijos te confrontan. Ahora esa pelea se está diluyendo porque hay otras plataformas más “agradecidas” en las que podés decir lo mismo sin enfrentar realmente la cuestión.
Todo esto estaba masajeando, pensando que sería una novela y me estaba basando principalmente en la sociedad de Holanda, que es un país de millonarios. Quizás sea el país que reúna la mayor cantidad de millonarios en el mundo de acuerdo a la superficie del país, sólo que no son tan ostentosos. Tal vez no tienen rolls royces amarillos o no van en helicóptero al trabajo o la hija no tiene cinco caballos blancos, entonces son más puritanos y de raíces protestantes. Por lo general ellos acumulan enormes riquezas, pero con un bajo perfil. Pero también hay referencias a todas las otras culturas que me inspiran, todas tienen una “paliza” y quizás eso le cueste a la película, pero la hice tal cual como la quería hacer.
Cinéfilos- ¿Cuál fue el puntapié definitivo para llevar esta idea a la pantalla grande?
DV-Hasta antes del covid uno veía las ostentaciones de los ricos y deseaba tener esos bienes, los coches, los relojes… y aunque parecía hasta una broma quizás podías acceder a ello.
Pero al llegar el covid vino un estúpido con un yate de 70 metros cuadrados a pedir que nos cuidemos y ahí se rompió el espejo de fascinación. Estas personas encontraron el cuestionamiento de quienes vivían una realidad muy diferente pero habían sido encantadas por los lujos de esas vidas de ostentación. Ahí supimos que había otros privilegios más que venían con ese glamour. Ya estaba escrito el guión pero me convencí que no era un capricho, sino que estaba reflejando otra problemática y la filmamos en plena pandemia, con mascarillas y todo.
Cinéfilos- ¿Cómo fue el proceso de creación visual?
DV- Antes de hacer If Yes, Ok edité un compilado de 50 minutos de películas que me gustaban, sin la pista de la voz. Sólo la imágen. Y sobre eso me grabé comentando acerca de lo que me gustaba de cada escena. Inventaba diálogos ácidos o hacía observaciones como “me encanta cómo entraron en este cuarto” o “qué bueno que está representado el lujo con pocos detalles” y así. Envié esto y el camarógrafo (que también es quien realizó el documental sobre mi persona) que nunca había hecho cámara de ficción. Ya habíamos trabajado previamente porque habíamos rodado Viva Matanza (N. del E. primera película de Dick) juntos. Él es muy fiel y es como un tractor. Verdaderamente me ayuda a lograr mi visión.
El arte kabuki lo tuve previamente dibujado, tomé recursos de la cultura kabuki que yo conozco bastante porque me fascina. Como músico yo toqué dos veces en Japón, e incluso edité discos allí. También hay algunas referencias de planos u objetos a mis creaciones que no aparecen para hacerme el canchero sino para darle toques insólitos que aportan una intriga que te saca del cliché.
Cinéfilos- ¿Cómo fue armar el reparto de esta película?
DV- El casting lo hizo mi esposa, eligiendo a los actores entre mis amigos, los diálogos han sido realizados en conjunto con ella también. Ella es la visión objetiva de quien me quiere y los actores son todos nuestros amigos. La mayoría actúa en un largometraje por primera vez, pero han tomado el gusto por continuar perfeccionándose en este ámbito. Me puedo dar el lujo de invertir en amigos, porque si fallara… Tengo otras cosas que estoy haciendo. Ya estoy enfocado en otros proyectos: Más canciones y dibujos, entonces no me agarra esa ansiedad de pensar que ojalá le caiga bien a la gente. En todo lo que haga tengo la certeza de que lo que quiero vincular tome esa forma libre. Y eso es un confort, te da mucha paz.
Cinéfilos- ¿Cómo concebís el ejercicio de la creatividad según tu visión?
DV- La creatividad es algo que tiene que estar en el carácter. Ojalá pudiera ser algo que se puede aprender. Se puede aprender de ver que hay mucho más de lo que uno piensa. Viste que las clases de arte se van anulando. Y son justamente esas las que ofrecen otros mundos sin interpretarlas en el interés del país. En la niñez muy joven podés hacer entrar a muchos mundos a un niño. Lo hacés consciente de que hay otras cosas más de las que estamos haciendo acá, que no están mal aunque no participes de ello. Pero en la adultez uno está más cansado que curioso. Porque justamente descubrir esa frecuencia de que nunca se acaban las sorpresas es muy vitalicio. Si vos dejás que eso te suceda puede llegarte. Lo raro es que la social media nos ayudó a saber cómo son las cosas pero es la curiosidad diaria la que no conocemos.
Cinéfilos- Hay algo en la disociación y la alternancia entre mundos que presenta el personaje principal que me recuerda a vos, ¿Cuánto de Dick hay en Amy?
DV- Quizás algunas observaciones que ella hace, y si bien no soy hijo de millonarios, siempre estuve en países donde yo supe mi lugar. Viví un año y medio en Guatemala y me acuerdo que siempre fui consciente de ser diferente. Viví en distintos lados de latinoamérica y mis padres habitaban el país con los locales, no buscaban a sus coterráneos. Entonces yo siempre estuve en un entorno ajeno a lo mío en el que muy pronto tenía que asimilar eso y tomar una posición para poder dar relieve a mi vida. Viví esa dureza de saber que hay muchos mundos, que hay gente que la está pasando mal y desde muy pequeño empecé a pensar cómo puedo ayudar o qué puedo hacer con eso. Hay de eso en Amy también. Yo mencioné que le tomé cariño a este personaje y deseo que no continúe en esa jaula.
If Yes, Ok de Dick Verdult Se proyecta en el marco del Bafici los próximos días:
Miércoles – 26 Abr 2023 – 22:35hs (Cine Lorca Sala 2)
Sábado – 29 Abr 2023 – 13:30hs