Ivana Baquero protagonizó el film de Guillermo del Toro lanzado en 2006. Desde cómo fue el rodaje y cómo se sintió, hasta el legado que dejó.

Quince años atrás, en mayo será el aniversario de su lanzamiento en Cannes, “El Laberinto del Fauno” llegaba a las salas y se convertía en uno de los largometrajes más recordados de la carrera de Guillermo del Toro. Allí, una joven Ivana Baquero, que recién comenzaba a dar sus primeros pasos en la industria, demostraba que no tenía problemas de cargarse el peso completo de una película. Ni siquiera cuando la oscuridad de su temática se orientaba a la búsqueda de un público más adulto.
Hoy en día, es imposible pensar en del Toro sin hablar de “El Laberinto del Fauno” y las criaturas interpretadas por Doug Jones. Una suerte de reversión del clásico “Alicia en el País de las Maravillas”, ambientado en España y con la herencia de la Guerra Civil de fondo. Ivana se puso en la piel de Ofelia, una niña con una conexión especial al lugar en el que le tocaba vivir, hogar de una leyenda sobre una princesa perdida.
Con tan solo dos audiciones, Baquero convenció al director que ella tenía que ser la protagonista. “Quiero que seas mi Ofelia”, contó Ivana que del Toro le dijo el día que la vio presentarse para el papel. “Fue la famosa prueba en la que hice llorar a Guillermo y a su mujer, y fue muy emotiva. Realmente, fue un casting muy especial”, recordó la actriz que recientemente pasó por “Alta Mar” y se prepara para el estreno de “Black Friday”, una película que mezclará comedia y terror.




¿Cómo fue la preparación de Ofelia para el rodaje?
Guillermo tuvo que modificar algunas cosas, porque el personaje estaba escrito para una niña más pequeña. A partir de ahí, cuando tuve el guion final, empezamos a trabajarlo. Me mandó muchísimas referencias: cómics, películas, animé, ideas, historias, para que supiera un poco qué visión tenía para el proyecto. Una de las cosas que recuerdo fue que me mandó la saga de cómics de “Nausicaä del Valle del Viento”. Luego me mandó, no recuerdo específicamente, pero mucho material de la Guerra Civil, que es curioso, porque yo era muy pequeña, y aún así necesitaba entender al personaje, ver un poco de la época, de todo lo que estaba pasando en ese momento en España. También compartió conmigo muchas de sus caricaturas, y de sus apuntes. Guillermo tiene sus famosos libretos, donde hace dibujos y apunta todo, y compartió mucho de eso conmigo, para poder ver un poco los monstruos, las hadas. Porque luego, claro, rodando, ni falta hace que lo diga, la mitad de las cosas ni siquiera las veía, hasta que hicieron la postproducción y la pusieron en efectos especiales. O sea, era mucho compartir las referencias, para que pudiera entender lo que estaba haciendo.
Te escuché decir en una entrevista que no tuviste miedo de las criaturas de Doug Jones. ¿Te acordás de tu reacción al verlas por primera vez?
A ver, realmente dan miedo. Doug Jones, en su interpretación de El Hombre Pálido y el Fauno era de las pocas cosas que realmente eran efectos prácticos. Era él en su disfraz, pero era más complicado. Era parte maquillaje, parte prótesis y luego una especie de traje que llevaba verde, con el que, con efectos especiales, rellenaban al monstruo. Lo primero que vi, fue el Fauno, antes de El Hombre Pálido, eso fue lo que más me impactó. Era la primera vez que veía el mundo, lo que estábamos haciendo. Entonces, cuando vi el Fauno, sí que me intimidó. Estaba como con zancos para hacerlo más alto. Eran tacos súper altos. Si ya Doug, a lo mejor, medía dos metros, esto era increíble. Recuerdo que fue como un shock ver que la criatura tenía un tamaño, una presencia física. Y luego ya me adapté en un segundo, porque él es un amor. Estaba dentro del traje, con lo cual era hablar con una persona normal, y yo entendía, era un señor disfrazado. En ese sentido, no me daba miedo ni ningún tipo de sensación trabajar así. Luego con El Hombre Pálido ya estaba un poco más adaptada a los efectos especiales, a los disfraces. No recuerdo si me impactó o no, pero recuerdo que estaba sentado, en esa secuencia del banquete. Fue un día intenso y especial, pero todo lo llevaba con curiosidad y alegría. No había miedo ni oscuridad.




Es una película llena de subtexto, con críticas a la iglesia. ¿Volviste a verla y encontrar nuevas cosas?
Cada vez que veía la película descubría cosas diferentes, capas y subtexto. Como bien dices, crítica a ciertos aspectos y ciertas cosas. La primera vez que veo un proyecto, normalmente me cuesta absorber el conjunto de la película. Es difícil explicarlo. Uno se fija tanto en lo que hizo en su momento, que te cuesta concentrarte en otras cosas. Entonces, recuerdo que la primera vez que lo vi, casi que no vi la película. Estaba centrada en ver lo que hice. Luego fui viendo los matices, absorbiendo los efectos especiales, la música, la fotografía. Todo el tema de la Guerra Civil, el sufrimiento, de la pobreza, de las penurias, sobre todo para los niños, que eran los que peor lo pasaban y los que peor sufren las guerras. Es muy interesante descubrir las capas y, sobre todo, descubrirlas a medida que me hago mayor. Es verdad que cada vez que veo la película, digo, “ostras, en esto no me había fijado”. Es muy rica y muy interesante en ese sentido.
¿Pasa todo en la cabeza de Ofelia o es real?
Es la pregunta del siglo. Siempre he creído que, al ser una película mágica, al final, hay que, un poco dejarse llevar en ese sentido. Siempre he creído que era una realidad para Ofelia. No estaba solamente en su cabeza, no era solo su imaginación. Yo creo que, realmente estaba pasando eso, y bueno, al final logra, sin spoilers para la gente que no la ha visto, pero al final, yo creo que logra estar donde quiere estar, donde buscaba estar.
¿Qué pensás del impacto que tuvo la película tanto para el cine español como para el mexicano?
Has tocado un tema que a mí me sigue impactando al día de hoy. Realmente, la película es un referente cinematográfico. Pero también un referente, hasta cierto punto, de la historia del cine en España, de la historia del cine en México. Incluso, hay mucha gente que se me acerca hoy en día para decirme que en su clase de español, por ejemplo, en EE.UU. han puesto “El Laberinto del Fauno” de referencia porque es una película española, muy celebrada. Hay mucha gente que me ha dicho que se ha motivado a aprender español por la película o que decidió empezar a estudiar cine. Entonces, es verdad que en ese sentido hay mucha gente que se acerca para decirme que, de alguna forma, “El Laberinto del Fauno” le ha cambiado la vida o le ha influido en algún aspecto. Entonces, no hay nada más gratificante que eso, ¿no? Saber que has hecho un film que, hasta cierto punto, va a quedar plasmado en los anales de la historia y que le ha cambiado la vida a tanta gente, hasta cierto punto.




En el último tiempo estuviste en “Alta Mar”. ¿Cómo fue la experiencia de esta serie?
La serie terminó en su tercera temporada. Terminó justo cuando empezó la pandemia y es curioso porque fue como premonitoria. Sin hacer spoiler, hay un virus en un momento dado, y hay que llevar mascarilla, es un poco parecido en ese sentido, con la cuarentena. Con eso termina la temporada y ya termina la serie. Tuvimos suerte porque muchas producciones se atrasaron y otras no pudieron hacerse. Tuvimos la fortuna de cerrar la historia como queríamos, antes de que explotara todo. Por ahora tenemos estas tres temporadas. Fue muy gratificante, ha tenido mucho éxito en Sudamérica, Argentina, Europa en general. Más no se puede pedir.
¿Qué creés que aporta este contexto del streaming a la industria?
Creo que lo que aporta es la globalización. Antes era más difícil que las series llegaran a otros países, ahora con las plataformas es muchísimo más fácil tener acceso a series de todas partes del mundo, compartir material, hacer coproducciones. Ha abierto muchas puertas a la industria española y sus actores que ahora trabajan internacionalmente. Ha sido extremadamente positivo para la industria española y creo que para todas las industrias.
Uno de tus próximos proyectos de “Black Friday!”. ¿Qué podés contar de esto?
Creo que ha sido uno de los regalos de 2020, que ya lo daba por perdido, prácticamente. Es una película que pudimos rodar en plena pandemia, con todos los protocolos en su lugar. Fue una experiencia única, porque las mascarillas, tests todos los días. En ese sentido, ya es un rodaje muy anecdótico que nunca voy a olvidar. Además es un film muy divertido. Es como el apocalipsis zombie. Es una mezcla de terror con comedia, de la mano de Bruce Campbell y Devon Sawa. Trabajamos en una tienda y tenemos que encerrarnos para poder sobrevivir al apocalipsis. Es muy divertida, no puedo contar mucho más porque todavía están en postproducción.
Vi entrevistas en las que ya de chica, tenías un excelente manejo del inglés ¿Cómo es la experiencia de rodar en otro idioma?
Fue casualidad, cuando tenía tres años, mis padres me pusieron en una escuela Americana, porque sabían que ellos me iban a enseñar español y francés, por mi padre. Pensaron que me iba a ser una herramienta útil. No era una escuela bilingüe, era americana. De ahí, el idioma y el acento. Luego sirvió para abrirme muchas puertas. Empecé antes de “El Laberinto del Fauno” con producciones de habla inglesa. No tengo preferencia, pero cada idioma te cambia la entonación, la gesticulación.
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