Derek Hill, diseñador de producción de la película de Sean Penn, contó cómo fue que recrearon el símbolo de la historia de Alexander Supertramp.
Desde su estrenó en 2007, “Into The Wild” se convirtió en una suerte de mantra para los que se enamoraron de la historia de Christopher McCandless y su viaje de autodescubrimiento que terminó de manera trágica. Mejor conocido como Alexander Supertramp, la historia de este joven que dejó todo para irse a vivir con lo mínimo en la naturaleza fue recreada por Sean Penn, que estuvo cerca de diez años peleando por los derechos para adaptar el libro con el que Jon Krakauer contó su vida.
El elegido para protagonizar esta hermosa película, a la que solo se podía mejorar con un soundtrack de la talla del de Eddie Vedder, fue Emile Hirsch. El actor se tomó muy en serio el rodaje, perdiendo peso para revivir el trayecto que Alexander hizo desde su casa hasta un bus perdido en Alaska. El artista llegó a pesar cerca de 50 kilos.
Fue ese bus, precisamente, el que se convirtió en un símbolo de la película y la historia de este joven nacido en El Segundo, California. Más allá del film de Penn, ya era un punto de encuentro para quienes se lanzaban a la aventura de la misma forma que McCandless, pero con la película de mediados del 2000 ganó mayor popularidad. Así lo cree el diseñador de producción de “Into The Wild”, Derek Hill, que contó cómo fue que lo construyeron.
“Buscamos lugares en Alaska, en motos de nieve, y fuimos a ver el bus real. Son 45 kilómetros campo adentro, con 17ºC bajo cero. Cuando llegamos al lugar, Sean Penn (director) nos pidió privacidad. Entró y cuando terminó nos dijo que la familia le había dado provisiones para dejar para las almas perdidas”, explicó Hill, al tiempo que dijo que “atrae a gente de todo el mundo que está en una búsqueda personal”.
En este contexto, Derek señaló que, como el bus era “sagrado” para el director, tuvieron que recrearlo en otro lugar. “Buscamos lugares en motos de nieve, por todo el río, pantanos congelados por el invierno. Teníamos nieve hasta las rodillas y Sean dijo: ‘Voy a subir acá a ver’”, recordó sobre el momento en el que dieron con el lugar indicado. “Parecía un niño corriendo y trepando. Llegó a la cima y había dos alces parados ahí, y nos dijo: ‘Este es el lugar, Chris nos mandó este mensaje’”, detalló totalmente emocionado. Lo llamativo es que, a ese bus le pasó lo mismo que al original: al producirse los deshielos por la primavera, quedó completamente inundado y tuvieron que construir un puente para poder acceder a él para el rodaje.
A mediados del año pasado, el bus fue quitado del lugar por las autoridades de Alaska, a raíz de la cantidad de aventureros que intentaban copiar el viaje de Alexander. “Cuando se llevaron el colectivo, me mandaron como 500 emails diciendo: ‘Miren lo que hicieron’. Lo único que hicimos fue mostrar que hay otra parte en la vida de todos y si querés la podés elegir, ése era el mensaje que quería dejar Sean”, señaló Hill.