Into the Wild, dirigida por Sean Penn e interpretada impecablemente por Emile Hirsch, esta película es una revolución espiritual llena de citas inmersa en una profunda travesía por la naturaleza salvaje.
Un veinteañero, Christopher Johnson McCandless, decide alejarse del sistema y hacer del camino su hogar. Dejando todo lo material de lado, se embarca en un viaje de emancipación por la búsqueda incansable de la resignificación de su vida en la imponente y prístina naturaleza de Alaska.
Teniendo todas las posibilidades para seguir una carrera exitosa, luego de graduarse de la universidad, no encuentra sentido en lo que vive diariamente y prefiere despojarse de todo lo conocido hasta hoy para emprender una eterna caminata marcada de escasez de sus privilegios, pero cargado de experiencias que llenaron su alma.
En una disrupción de estructuras va encontrando su destino, marcado por gente que va conociendo en este tránsito hacia su tan ansiada soledad y autoexilio de la sociedad.
La película dura dos horas y media, pero de alguna manera los diferentes planos de la naturaleza hacen que solo sientas una magnética sensación de libertad, más aún, cuando estas imágenes son acompañadas de una banda sonora que pareciera tener vida propia y que está casi completamente interpretada por Eddie Vedder de una manera magistral.
Basada en una historia real, plasmada en el libro de John Krakauer “Hacia Rutas Salvajes”, que lanza el año 1995, este relato muestra la fuerte contradicción del ser humano, quien en la consecución del aislamiento absoluto solo se da cuenta de su más grande necesidad; su carácter gregario.
“La felicidad solo existe cuando es compartida”
Chris Johnson McCandless A.K.A Alexander Supertrump