Jody Lee Lipes fue director de fotografía de los 6 episodios que componen esta miniserie de HBO y habló de cómo les llevó casi medio año conseguir todo el material necesario para una ficción que implicó 600 horas de material y que el actor aumentara cerca de 15 kilos
Basada en la novela homónima de Wally Lamb, I know this much is true (La innegable verdad) relata la difícil vida de Thomas, cuyo hermano gemelo padece de esquizofrenia paranoide y él debe lidiar con ser responsable de cuidar que nada le pase. En apenas seis episodios, que concluirán este domingo por la pantalla de HBO, Mark Ruffalo despliega toda su magia actoral con una intensidad que pondrá incómodo al espectador desde el minuto cero.
Si bien se ambienta en la década del 90, cuando Thomas y Dominick (Ruffalo) ya tienen 40 años, la serie se extiende a lo largo de 80 años en los que no sólo repasa la historia de vida de los hermanos Tempesta, sino que también va llevando a que la audiencia entienda de dónde parece venir tanta tragedia. Porque sí, si algo no le falta a esta ficción es espacio para mostrar la cruda realidad que parece atacar como una maldición a esta familia.
Uno de los responsables de darle identidad a esta historia fue el director de fotografía Jody Lee Lipes (Manchester by the sea), quien se sumó desde el comienzo a trabajar con el director Derek Cianfrance (Blue Valentine) y a lo largo de 6 meses se ocuparon organizar uno de los cronogramas más complejos que le tocó ver a Lipes. El resultado estuvo a la vista en las últimas semanas desde su lanzamiento, con una miniserie que invita desde el primer momento a descubrir las penurias que aquejan a estos gemelos per que, según asegura el entrevistado, dejarán a los espectadores con una sensación de esperanza, de que no todo está perdido.
¿Leíste el libro para trabajar la estética de la serie?
No leí el libro y no pienso hacerlo, me parece que puede ser una distracción. Sobre todo con algo tan largo, es fácil de perder de vista lo que realmente está en el guión. Me gustaba la idea de no saber cómo era el libro y que todo venga del guión, y a Derek Cianfrance le pareció bien.
¿Cómo planificaron el trabajo desde lo artístico?
Queríamos que la serie tuviera una sola estética y que no cambie de acuerdo a la época en la que estábamos. Es una historia, una familia y una idea que impregna los 80 años en los que transcurre la serie. Así el fílmico nos pareció la mejor herramienta porque es el formato ideal para ese período que va de 1913 a 1992.
Rodaron cerca de 600 horas, ¿qué podés contar al respecto?
Sí, algo así, quizás un poco menos. Es una película de 6 horas y media, son más de 400 páginas de guión. Es largo, pero creo que mucho tiene que ver con la necesidad que Derek tenía de rodar. Por ejemplo, tenés que ir a rodar a una ruta específica, la montás en el auto y vas a empezar a rodar desde que salís del estacionamiento. Capaz sacás algo de ahí, algo que no habías visto. La idea es que si no estás rodando, estás perdiendo el tiempo. También está la idea que rodar y cortar romper el clima del momento. El 90% rodamos a dos cámaras, cada una tiene un rollo de 45, así que tenías 45 minutos por toma. Si lo pensás así, no es tanto.
¿Cómo fue trabajar con Mark Ruffalo haciendo de gemelos?
Fue increíble ver tanto a Mark como a Gabe Fazio, su compañero. Mark es uno de mis actores favoritos. La gran mayoría de las escenas de los gemelos las hicimos en cámara; se rodó el lado A y volvimos a los 3 ó 4 meses para rodar exactamente la misma toma, la toma invertida u otra toma de la escena, que debería empatar a la perfección, en teoría, lo que hiciste 4 meses atrás.
¿Cuál fue el mayor desafío desde lo técnico?
Es especialmente difícil con la iluminación, era otra estación del año, tenés que pensar muchos meses antes, mientras preparás el lado A, haciendo lo de Dominick, para que cuando vuelvas a los 4 meses a hacer esa misma toma, tengas mayor facilidad para empatarla y tengas más chances de controlar eso. Fue complejo, porque Derek Cianfrance se maneja con libertad, muy de estar en el momento y reaccionar a los actores de la mejor forma posible. Planificar cuando hacés gemelos, implica pensar todo lo que ves todo el tiempo, pero estás trabajando con alguien que tiene un espíritu más documentalista. Planificar eso, cuando no sabés qué vas a ver es complicado, pero con la ayuda del equipo de camarógrafos pudimos hacerlo.
¿Cuánto hubo de planificación en el rodaje?
El cronograma de la serie tuvo muchos factores, fue el más complicado que vi en mi vida. Cambió mucho, por la gente, su vello facial, las estaciones porque rodamos durante 6 meses, los gemelos. Fue complejo. Pero lo principal fue que Mark hiciera primero las tomas de Dominick, el protagonista. Después se tomó 6 semanas para subir 15 kilos, en ese tiempo rodamos cosas que no lo necesitaban a él, y las últimas semanas fueron de él haciendo a Thomas. Sirvio para marcar el tono, ver quién era Dominick y empezar a pensar en quién era Thomas, rodar todo el material del pasado donde no está Mark porque su personaje es un niño, está en la universidad o se trata de la migración de su abuelo a los Estados Unidos. Cuando volvimos a rodar a Thomas vimos editados de las escenas para ver qué necesitábamos para terminar las escenas de Mark como Thomas. Fue un poco más preciso que cuando hicimos el lado A, el de Dominick.
Una de las revelaciones de la serie es Philip Ettinger (First Reformed), que interpreta a los gemelos a los 20 años. ¿Cómo fue trabajar con él?
Lo increíble de Philip Ettinger, capaz es algo que solo vi yo, pero creo que en momentos clave se le filtraban manerismos del otro hermano y lo hacía a propósito. Es interesante, hay momentos que Dominick pierde la compostura cuando está en la universidad, se filtran manerismos de Thomas. Si es algo que Philip quería hacer, me parece destacable, porque la mayoría intentaría enfocarse de lleno en hacer uno solo. Pero él estaba tan en control que podía ir de uno a otro sin problemas. Algo interesante de sus tomas desde lo técnico es que a diferencia de Mark, sus tomas se hacían en el mismo día, pero Derek tiene esta forma de siempre buscar la forma más compleja para hacer todo, en vez de rodar primero a uno y depsués al otro hermano, cambiaba todo el tiempo, nunca sabías cuál iba a tocar.