Hablamos con Scott Burns, el director del reciente estreno protagonizado por Adam Driver, The Report.
El director y productor estadounidense nos cuenta qué significó llevar adelante el rodaje de una historia basada en hechos reales sobre los métodos de tortura que utilizó la CIA con los terroristas previos al atentado del 11S.
¿Cuál crees que fue la mejor parte de dirigir esta película?
Creo que fue el hecho de haberme encontrado con un plan de rodaje tan desafiante. Filmamos la película en veintiséis días, y por eso creo que la mejor parte fue cumplir con todo lo programado en una agenda tan ajustada. Tuvimos que detenernos a idear una metodología de trabajo que nos permita lograrlo.
Más allá de eso, creo que la mejor parte fue el desafío que tuvo Adam Driver, quien trabajó a diario para, en muy poco tiempo, poder comprender la verdadera historia en su totalidad, a fin de reflejarla con completa veracidad.
¿Cuál es la diferencia entre dirigir una película de ciencia ficción y una basada en hechos reales?
La complejidad de dirigir esta película en particular tiene que ver con relatar una historia que transcurre durante seis o siete años. Además, es difícil trabajar con una historia en la que ciertos datos son confidenciales y, por lo tanto, inaccesibles. Entonces debemos tomar decisiones que nos permitan reducir personajes y tiempo transcurrido. Sin embargo, debe hacerse de cierta manera que respete la veracidad de los hechos.
Es por eso que, cuando la historia y los personajes son ficticios, tenemos cierta libertad que no tenemos cuando intentamos representar hechos reales.
Con películas como esta, el desafío es siempre la imposibilidad de representar los hechos con total exactitud. Por lo tanto, debemos centrarnos en comunicar una idea de las sensaciones presentes en aquella realidad, sin necesidad de detenernos en cada detalle de la historia.
¿Por qué decidiste centrarte en el personaje de Daniel Jones?
Cuando comencé a investigar, logré contactar a Daniel Jones, quien para ese entonces trabajaba como Senador. Lo llamé y le hice una serie de preguntas acerca del informe (el informe se encuentra disponible on-line por si quieren echar un vistazo). Durante nuestra charla, fue creciendo mi interés por comprender el procedimiento mediante el que su informe se dio a conocer.
Finalmente, decidí que la historia no trataría solo sobre el programa de la CIA, también trataría la labor de Dan y cómo una sola persona logró contar esta historia.
¿Qué se siente al trabajar con una temática de tanta importancia en la historia de Estados Unidos de América?
– Es importante comprender que a pesar de que el informe se dio a conocer públicamente hace dos años, el 50% de los estadounidenses aún cree que las técnicas utilizadas la CIA luego del 9/11 fueron eficaces al evitar una catástrofe. Los resultados del informe dejan en claro que no fue así, que estas técnicas no funcionaron. Entonces para mí es muy importante poder crear una obra que revele que estas técnicas carecen no solo de moral, sino que también de eficacia.
¿Qué fue lo que te llevó a concluir la película con la frase de George Washington?
Antes de comenzar con la investigación, no conocía la existencia de aquella frase, pero descubrí una historia muy interesante detrás de la misma.
Durante la Guerra por la Independencia en Estados Unidos de América, los ingleses sumaron mercenarios alemanes para enfrentarse el ejército revolucionario. Los ingleses habían torturado y capturado a las tropas estadounidenses durante mucho tiempo. En consecuencia, cuando el ejército revolucionario capturó a estos mercenarios, los soldados estaban tan furiosos que todo lo querían era vengarse. Creo que esa historia se asemeja a lo que ocurrió luego del 9/11.
En ese entonces, George Washington dejó bien en claro que lo que los estadounidenses necesitaban no era venganza, él sabía que nuestra nación debía defender sus ideales, y la tortura no era uno de ellos. Estados Unidos de América no los torturaría, sino que los trataría como seres humanos. Y si Washington es considerado el padre de nuestra patria, creo que es importante que conozcamos su postura, y en estos tiempos en los que justificamos nuestro accionar citando a la Constitución y a nuestros padres fundadores, debemos saber que ellos no tenían intenciones de que Estados Unidos de América sea una nación que torture seres humanos.
¿Qué mensaje te gustaría enviar a los espectadores alrededor del mundo?
Quiero mencionar un hecho interesante que ocurrió y sigue ocurriendo en todo el mundo: debido a que los estadounidenses utilizamos el programa de la CIA y torturamos personas, existen más posibilidades de que el resto de los países apliquen las mismas técnicas.
Incluso los países que nos brindaron apoyo inteligente, como Gran Bretaña y Canadá, se encuentran ante una difícil posición al conocer las técnicas de la CIA. Si echamos un vistazo alrededor del mundo y observamos otros regímenes que podrían estar utilizando estas técnicas de tortura, no es tarea fácil que Estados Unidos se oponga afirmando “torturar es incorrecto”, si lo hemos hecho durante años. Y cuando perdemos nuestra moral y nuestra capacidad de decir “estas no son formas admisibles de tratar a las personas”, las consecuencias pueden durar siglos.
Mi intención es que se tome conciencia de esta problemática y se dejen atrás técnicas que son inmorales, inhumanas e ineficaces. Se debe comprender que estas no son formas de utilizar las nuevas inteligencias y tampoco son formas de tratar a los seres humanos.