La actriz de origen eslavo habló de su paso por la serie que popularizó los cliffhangers y se convirtió en la primera ficción en ser debatida virtualmente gracias a la expansión de internet y los foros
La guerra en Yugoslavia empujó a Mira Furlan a dejar su país natal y embarcarse en una aventura impensada en tierras norteamericanas. Era una de las figuras del mundo actoral en el país eslavo, pero su abierta oposición al nacionalismo y el conflicto bélico hizo que, con amenazas de muerte incluidas, tuviera que dejar su tierra.
Si bien siempre manejó el idioma, el marcado acento fue un obstáculo para recuperar su carrera. Fue la ciencia ficción la que le devolvió la esperanza, primero con Babylon 5 y después con Lost, donde sintió que podía vivir ese sueño americano dentro de una industria tan compleja como la del cine y la televisión.
Sin embargo, las cosas no salieron del todo como ella esperaba y hoy se dedica a escribir guiones con su marido Goran Gajic para intentar producir sus propias películas. “Formó parte de tres minorías: soy extranjera, mujer y estoy vieja”, subrayó la actriz que se volvió famosa de la mano de Danielle Rousseau en Lost. A pesar de esto, el sabor que le dejó la serie no fue el mejor.
¿Qué recordás de tu papel como Rousseau?
Para mí no fue una gran experiencia porque invertí mucho en un personaje, creí que por fin me daban un personaje con profundidad, complejidad, era brillante, inestable psicológicamente, misteriosa, indefinible; podía pasar cualquier cosa con ella. Pero al final, no pasó nada de eso. Hay muchas razones por las que fue así. Me hubiera gustado que tuvieran más amor y respeto, no por mí, sino por el personaje y su historia. Terminó de forma abrupta, y siento que no se cerró.
Hubo un paro de guionistas que afectó a la serie, pero, ¿qué sentís que perjudicó al personaje?
Se invirtieron cuatro años para que esta mujer buscara a su hija. Finalmente se conocieron, rodamos esa escena hermosa, pero la tuvieron que cortar porque era muy largo el capítulo. Después Rousseau se murió y listo, no hubo mayores explicaciones. Pero hay que ser capaz de sobrevivir a estas cosas y aceptarlas, están fuera de tu control. Es lo que le digo a los actores jóvenes: tienen que recordar que sus vidas van a estar fuera de su control. Están al a merced de poderes que no conocen y no entienden.
¿Estás decepcionada o enojada por lo que pasó?
Tuve 10 años para reflexionar sobre eso, es lo que pasa. Tu personaje muere, es como la vida, y tenés que aceptarlo.
¿Cómo reaccionaste cuando leíste ese libreto?
No estaba planificado, se cambió a último momento, yo estaba rodando en Bosnia y no pude ir al rodaje. Siempre hay algo que pasa que no necesariamente tiene que ver con la parte artística. Siempre es algo más superficial.
Los creadores de la serie dijeron que yo había elegido que mataran a mi personaje, pero no es cierto. Ellos lo necesitaban y ya, no quería meterme en esa pelea.
Terminaste volviendo para el anteúltimo episodio…
Sí, me acuerdo que volví, como para darle cierto cierre para la audiencia y para mí. Quería tener esa sensación de cierre y no de desilusión. Está todo bien, como dije fue una gran experiencia, me permitió estar en uno de las series más importantes del mundo. Fue un aprendizaje.
¿Qué recuerdo te quedó de ese rodaje?
Me acuerdo de varias situaciones en el rodaje, días en los que la gente gritaba, echaban gente; muchas cosas que la gente que ve la serie quizás no está interesada en conocer. No fue siempre la experiencia más placentera pero pude actuar con grandes actores y conocer Hawaii. También pude soñar con una experiencia distinta en América como actriz, algo que no terminó pasando en Lost, pero está bien, fue interesante, aprendí mucho sobre mí y sobre la industria.