La coproducción entre HBO y el canal británico Sky ya emitió 2 de los 5 capítulos que conforman una miniserie que con gran fotografía y actuaciones recrea la tensión que se vivió en una de las tragedias más importantes de la historia moderna
Si bien no hay que dejar de lado que Chernóbyl es una visión británica en la que hasta los rusos hablan en inglés (pero tienen acento), la reconstrucción de la tragedia de mediados de los 80, cuando la planta nuclear de esa ciudad estalló y se convirtió en un riesgo químico de consecuencias inconmensurables es más que interesante. En apenas dos episodios de los cinco que conformarán la miniserie coproducida entre HBO y Sky, bastó para pintar una escena de ignorancia, desinformación y falta de soluciones útiles para resolver uno de los hechos más importantes de contaminación de los que se tiene registro.
El 26 de abril de 1986, la planta nuclear ubicada en Prípiat, en la Ucrania soviética sufrió una falla que terminó haciendo que uno de sus núcleos estallara, dejando expuesto no sólo al medioambiente sino también a una gran porción de la población mundial. La miniserie comienza dos años y una hora después del accidente, cuando vemos el suicidio de Valery Legazov (Jared Harris), uno de los científicos que intentó aportar su conocimiento para reducir las consecuencias del accidente pero no pudo sobrellevar la red de engaños y mentiras construidas por la nación soviética en torno a los hechos.
De ese punto, viajamos inmediatamente a unos instantes antes de la explosión, que terminamos viendo desde un edificio alejado de la planta, para comenzar ese recorrido emocional que vivió Legasov. Las actuaciones son magníficas y la fotografía de primer nivel nos atrapan desde el comienzo en estos dos episodios transmitidos, donde no falta el orgullo de los líderes socialistas totalmente enfrentados a la idea de hacerse cargo del error y quedar mal parados a los ojos de los rivales norteamericanos. La tensión muestra dos caminos, por un lado la puja de poderes y la delegación de tareas y culpas entre los burócratas, y la de los ciudadanos que no entienden qué pasa o no les quieren decir en qué condiciones están los familiares que ya fueron víctimas de la radiación.
Todo lo que se había mostrado en los avances, que más de uno vio por primera vez mientras esperaba el comienzo de Game of thrones, aparece y cumple. Faltan todavía tres capítulos para terminar de contar una historia que todavía sigue abierta, ya que al día de hoy no se sabe muy bien hasta cuándo o dónde se extenderán las consecuencias de la falla.
En el medio, veremos la historia de Legasov, una persona que realmente existió, y la lucha no sólo contra los burócratas del poder sino contra los propios fantasmas y un sentimiento de complicidad difícil de ignorar. Si todavía no le diste una oportunidad a esta serie, tomate el tiempo, mirala a conciencia y disfrutala, que no te vas a defraudar.