La adaptación de Minecraft fue parte de una tendencia mundial que convocó a mucha gente a las salas de cine.
Los últimos meses, las salas de cine se vieron inundadas por live actions, remakes y adaptaciones de juegos que buscaban explotar el factor nostalgia para darle una nueva vida a las salas. Estas producciones tienen a los ejecutivos comiéndose las uñas en el fin de semana de estrenos para ver cuál es el rendimiento en la taquilla. Minecraft, estrenada el jueves 3 de abril, no fue la excepción a esta regla.
A menos de una semana, los ejecutivos de Legendary Pictures , Mojang and Vertigo Entertainment (productoras de la película) pueden respirar tranquilos. Minecraft recaudó 301 millones de dólares a nivel global (144 millones de dólares a nivel local) y se convirtió en la adaptación de un videojuego con la mejor apertura, excediendo por mucho a las expectativas previas y que ya recupera los 150 millones de dólares de inversión inicial.
Minecraft hasta duplicó aún más el anterior récord en la semana inicial de la película de Super Mario Bros., que recaudó más de 146 millones de dólares en 2023. El éxito de este estreno trae un gran ejemplo para los ejecutivos de Hollywood, golpeados por el fracaso que significó la live action de Blancanieves.
La acción de los fanáticos que ayudó al éxito
Como pasó en Endgame, los fanáticos del videojuego-principalmente adolescentes y niños- reaccionaron de manera exultante durante una escena particular: la escena de boxeo del personaje de Garrett (interpretado por Jason Momoa). La escena, viralizada en redes sociales por una ocasión en la que la policía tuvo que interceder, se repitió a lo largo del mundo.
La reacción generó una invitación abierta a los fanáticos del cine a atender a las salas para ver una comedia divertida sin pretensiones y con un agregado que no se puede vivir en casa.
El lado B del éxito
Si bien esta tendencia trajo una inyección de público a las salas de cine, la tendencia tuvo su efecto negativo. En muchas de las reacciones, los fanáticos de Minecraft generaron destrozos en su euforia y expulsaron a otro tipo de cinéfilos, que no disfrutan de este tipo de reacciones.
