Una empresa trajo al mundo lobos genéticamente modificados con ADN de una especie extinta, como los de Game of Thrones. ¿Ciencia o experimento peligroso?
Lo que parecía exclusivo del universo de Game of Thrones ahora camina sobre cuatro patas en el mundo real. Una empresa de biotecnología logró algo impensado: crear lobos con características del extinto lobo gigante, una criatura que desapareció hace más de 13.000 años. El avance encendió alarmas y entusiasmo por igual. ¿Estamos ante un hito científico o jugando a ser dioses?
Rómulo, Remo y Khaleesi: los primeros de su clase
Los cachorros nacieron en una instalación de Estados Unidos y ya presentan rasgos que los alejan de cualquier lobo común. Son más grandes, más robustos y tienen un pelaje denso y claro, cercano a lo que muestran los registros fósiles. Detrás del experimento está Colossal Biosciences, la misma compañía que trabaja para revivir al mamut lanudo y el dodo. Sus planes son ambiciosos y polémicos.
Según sus creadores, este avance podría ayudar a conservar especies en peligro, como el lobo rojo. La idea sería introducir genética más resistente y diversa a través de estos animales modificados. Pero no todos están convencidos. La diferencia entre restauración y manipulación genética extrema parece cada vez más difusa.
Beth Shapiro, directora científica de Colossal, describió a los cachorros de lobo como el primer caso exitoso de desextinción. “Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo. Hemos trabajado mucho con perros, porque a la gente le encanta el lobo gris doméstico favorito de todos”, declaró en una entrevista.

Un experimento sin revisión científica
Hasta el momento, los resultados no fueron publicados en ninguna revista científica, lo que genera dudas sobre la transparencia del proyecto. Expertos piden cautela y advierten que jugar con genes antiguos puede tener consecuencias imprevistas. La falta de regulación en este tipo de iniciativas deja espacio para el debate… y el miedo.
¿Estamos reviviendo el pasado para aprender de él o para reescribirlo a nuestro antojo? El caso de estos “nuevos lobos” vuelve a poner en el centro del debate los límites de la biotecnología. La pregunta ya no es si se puede hacer, sino si se debería.