En el día 5, recomendamos una película canadiense desgarradora que confronta al espectador con los límites de la representación del horror.
¿Dónde ver?
Disponible en Amazon Prime Video.
Ideal si te gustó:
Martyrs, La Casa de los 1000 Cuerpos o Los extraños.
No apta para:
Quienes tienen fobia a las muñecas tipo Annabelle.
Ghostland envuelve al espectador en una avalancha de terror crudo. La historia gira en torno a una madre y sus dos hijas, quienes se mudan a una casa remota, solo para enfrentarse a un ataque violento que cambiará sus vidas para siempre. El realizador canadiense Pascal Laugier, conocido por su enfoque visceral en el cine de terror, lleva al límite tanto a sus personajes como al espectador, generando una tensión asfixiante que no da tregua.
A través de sus dos protagonistas, Beth y Vera, la película explora cómo la mente puede distorsionar la verdad como mecanismo de defensa ante eventos traumáticos. Laugier maneja con maestría los giros de la trama, dejando al espectador constantemente desorientado y preguntándose qué es real y qué es producto de la mente atormentada de las protagonistas.
Entre la Locura y la Supervivencia
En Ghostland, la historia se bifurca en dos momentos clave: primero, las hermanas Beth y Vera son brutalmente atacadas por dos sádicos asesinos en su propio hogar, desatando una pesadilla que las destroza física y mentalmente. Luego, la trama salta en el tiempo, presentando a Beth como una escritora de terror de renombre, aparentemente dejando atrás el horror. Pero la brutalidad de esa noche sigue viva en las heridas de Vera, y lo que parece ser un recuerdo del pasado pronto se convierte en una realidad aún más devastadora y sangrienta.
Los dos asesinos de Ghostland son tan perturbadores en su apariencia como en sus acciones. Uno de ellos es una figura enorme y corpulenta, de aspecto grotesco, con movimientos torpes pero letales. Su rostro desfigurado refuerza la sensación de monstruosidad. El otro, más esquelético pero igual de inquietante, es una figura andrógina con un aire infantil que contrasta de forma escalofriante con su brutalidad. Su maquillaje recargado y su expresión escalofriante evocan una especie de muñeco roto.
La casa en Ghostland es mucho más que un simple escenario. Cada rincón está cargado de una estética perturbadora: muñecas desmembradas, muebles antiguos y pasillos estrechos que crean una sensación constante de opresión. El diseño laberíntico del lugar refuerza la sensación de claustrofobia, donde cada puerta que se abre podría revelar una nueva pesadilla. La casa se convierte en un reflejo de la distorsión mental y el caos emocional que enfrentan los personajes, funcionando casi como un personaje más en la trama, siempre amenazante y desorientador.
Con un diseño visual perturbador y actuaciones intensas, especialmente por parte de Taylor Hickson y Emilia Jones, Ghostland destaca en el panorama del terror moderno. No es solo una película que busca impactar con su violencia, sino que también ofrece una exploración profunda del trauma psicológico. En definitiva, es una experiencia angustiante que te dejará con los nervios de punta hasta el final.
Mirá el tráiler a continuación: