La tragedia de los Andes ocurrió hace varios años, y La sociedad de la nieve no se rodó en el mismo lugar. Pero te mostramos como llegar a él.
La sociedad de la nieve continúa en boca de todos. La producción de Netflix, se grabó en Sierra Nevada (Granada), en Pradollano, la Hoya de la Mora, el cortijo La Argumosa o la ‘Laguna de las Yeguas’, enclaves naturales donde la altura sobre el nivel del mar supera los 2.000 metros y que, en los meses de invierno, presentan unas condiciones extremas, una casuística que dificultó el rodaje, pero que aportó un grado elevado de realidad al relato.
Pero el lugar dónde ocurrieron los hechos reales fue en en uno de los lugares más inaccesibles del planeta, El valle de las lágrimas, un glaciar a 3.500 metros de altura que invita a la hostilidad más implacable. Allí ocurrió ocurriera la catástrofe aérea del equipo amateur de jóvenes jugadores de rugby, algunos familiares y amigos, y la tripulación.
Los supervivientes del accidente, se quedaron atrapados en el glaciar del Valle, situado en la ladera argentina de la cordillera, aunque ellos siempre pensaron que estaban en Chile. A 3.500 metros de altura, con temperaturas de hasta 30 grados bajo 0. Lalocalización concreta se encuentra en el departamento de Malargüe, en la provincia de Mendoza, muy cerca de los volcanes Tinguiririca y Sosneado.
El complejo es propiedad de un grupo de inversores extranjeros cuya cabeza visible es un empresario malayo de muy bajo perfil mediático y pertenece al Valle de Las Leñas. Tras el éxito de La sociedad de la nieve la búsqueda del lugar acumuló más de 10 millones de registros en Google, así como las llamadas a las agencias argentinas especializadas que trabajan este peculiar destino.
Las agencias que realizan la aventura al lugar
“En estos dos últimos meses hemos tenido una explosión de consultas, aunque, sí es cierto que es mucho más la curiosidad que el hecho de hacer efectiva la experiencia: siguen siendo pocos los que se animan. Es un sitio especial, cargado de una energía diferente e intensa. Es el único objetivo de todas nuestras expediciones, que, al alcanzarse, no se festeja. En general, cuando se llega a una cumbre de cualquier montaña, o se cumple un objetivo como cruzar los Andes, o completar una travesía de la Selva a la Puna, al finalizar, hay un gran festejo: abrazos de montaña, gritos, sonrisas, mucha alegría.”, explicó a El Debate desde Mendoza, Fernando Robledo, director de la agencia especializa Argentina Extrema.
Unas 1.500 personas acuden al lugar todos los años, en expediciones en grupos reducidos que, como las que organiza Argentina Extrema, una las más veteranas y de mejor reputación, ofrecen dos modalidades: a caballo o trekking. Se realizan solamente en el verano austral, es decir, de diciembre a abril. “El año del siniestro fue especialmente frío, pero también lo está siendo esta temporada, que ha nevado muchísimo. Hasta los primeros días de enero no pudimos llegar al memorial por la gran cantidad de nieve”, completó Robledo.
El tiempo estimado de caminata por el Valle de las lágrimas concretamente dura 7 horas de ida, 5 de vuelta, es decir, un total de 12 horas, con pronunciados desniveles de 1.050 metros en ascenso y descenso desde el campamento base, situado a 2.500 metros de altitud. El precio de la excursión, en cuyo equipo va un cocinero, dado el importante desgaste energético es un tema fundamental, oscila entre los 450 dólares y los 600 dólares, dependiendo de la modalidad.
Las placas conmemorativas
En el lugar hay, también, pequeños homenajes hechos en placas: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. En memoria de Numa Turcatti, Montevideo 1948 – Los Andes 1972”; “Javier A. Methol Abal 11/12/1935 – 4/6/2015 ‘No te quejes de lo que te falta, agradece lo que te queda, pero nunca, nunca, dejes de luchar por lo que deseas’. Gracias Tata por la huella que nos dejaste. Te recordaremos siempre, Ana María, tus hijos y nietos”.
*Datos compartidos por El Debate.