Si eres apasionado por el séptimo arte no puedes dejar de ver “The Movie Man”
A los once años el director Matt Finlin fue invitado por sus padres al cine en un pueblo remoto llamado Keinmount cerca de Ontario donde pasaban las vacaciones. Al llegar Matt, confundido, encontró una casa y no un cine, pero luego de pasar por una pequeña puerta se abrió el mundo que lo inspiraría más adelante. Ese fue su primer encuentro, sin saberlo, con el cine Highlands y con quien sería el protagonista de su documental años después. Y es que la historia que tendría por contar no deja indiferente a nadie que ame las películas porque lo que transmite Keith Stata, “el hombre del cine”, y el protagonista de este documental, es inspirador.
En su adolescencia en un remoto pueblo de Canada, Keith siempre estuvo obsesionado con las películas, cámaras y todo lo que rodeara el cine, incluso en su adolescencia exploró con sus propias cintas de 35mm haciendo sus propios proyectos. Pero pronto se daría cuenta que ese no era su camino por seguir y en los años 70´s se propone construir su primera sala de cine en casa. Lo que comenzó como un proyecto personal fue causando adeptos en un pequeño pueblo que ni siquiera cuenta con una gasolinera, y que hoy cuenta con cinco salas, lo que hizo revivir a la comunidad y ha sido incluso panorama para amantes del cine que viajan desde todas partes del país para ser parte de esta experiencia.
Y es que Keith, no solo tiene un cine, fabricó un Museo en él, donde él hace la curatoría y la va cambiando constantemente y también, como un cine único en el mundo, convive con 42 gatos que fueron adoptados por él al ser abandonados.
Este documental tardo cinco años en grabarse y el director y protagonista a travesaron juntos la incertidumbre de la pandemia, el no saber si podía continuar el cine- que funciona solo en la época del año que no es fría-, ni que iba a pasar con este hombre que con sus 75 años maneja salas de cine, un museo y una multiplicidad de animales con los conviven en el bosque del lugar como si estuviera en sus treinta.
Si eres amante del cine y las historias de vida, tienes que ver este documental. Es inspirador, humano y colectivo porque si bien es un cine, Keith más importante de él y es quien atrae a la gente al lugar.
Como audiencia más de alguna vez te encontrarás mirando la pantalla con una sonrisa burbujeante de admiración por la resiliencia de un hombre apasionado por el séptimo arte, es definitivamente una historia de la que te vas a enamorar.
Hablamos, en la alfombra roja del Festival de Cine de Santa Bárbara, con su director Matt Filnlin y Kevin Drew su compositor quienes nos contaron cómo fue el proceso de hacer la película desde sus inicios.
Cinéfilos: Matt, “The Movie Man”, voy a empezar citando a Pete Hammond que catalogo la película como un Cinema Paradiso Canadiense, ¿Cómo te sientes con esa increíble referencia?
Matt: Fue muy importante ese artículo para nosotros y la extensión de él también, pero que se refieran a nuestra película como una Cinema Paradiso canadiense significó mucho para mí y también para Keith Stata (The Movie Man) quien abre este cine 45 años atrás, es increíble.
C: ¿Y cómo fue tu conexión con él y la idea de hacer un documental sobre él y su cine?
M: La primera vez que fui al cine tenía 11 años, estaba de vacaciones con mis padres en un remoto lugar cerca de Ontario y bueno dijeron vamos al cine y era en la casa de un hombre, con 11 años no sabes bien qué es ese lugar y había una puerta, entras y es un laberinto de cinco salas, un museo, me inspiró muchísimo como niño, fue mágico. Y 25 años después fui a grabar un corto y conocí realmente a Keith y dije, hay otra historia acá, así que cinco años después terminamos la película, pasamos por la pandemia no sabíamos si el cine sobreviviría o que pasaría con Keith. Era difícil llevar a la gente a ver las películas antes de la pandemia, así que fue como ver si el cine sobreviviría y encontrar a un personaje muy amoroso, gracioso y el documental quizás te hará sacar algunas lágrimas también pero no voy a contar todo. Y bueno estar en el festival de Santa Bárbara también nos tiene muy contentos.
C: Genial y cuéntanos sobre el pueblo donde todo esto ocurre porque también eso hace al film muy especial.
M: Es muy especial porque en el pueblo el cine de Keith es el corazón del lugar, viven menos de 200 personas en él, no hay estación de combustible, y generaciones de adolescentes han tenido trabajo durante años en el lugar desde que se abrió en 1979. El pueblo estaba luchando con sobrevivir de algún modo cuando Keith creó este cine, va gente de todo el país, de todas partes del mundo, solo para ver películas en medio del bosque,
C: Qué lindo y cuéntame, Kevin, cómo fue participar haciendo el Soundtrack de la película
K: Amo esta película quiero que toda la gente vaya a verla, quienes son amantes del cine. Me encanta que aborde de cierta manera la muerte de un cine, mientras te muestran cuan hermoso y mágico el cine puede ser y para mi crecer como un niño disléxico y con dificultades para el aprendizaje y para leer podía ver películas y no me juzgaban por ver una película y mi imaginación nació de ellas Así que cuando Matt hizo una oda a lo que eso significaba, al contar la historia de Keith, quise ser parte y crear un soundtrack muy simple porque la simplicidad de lo mágico es simple. Eso quería hacer.