El actor Matías Recalt, que interpreta a Roberto Canessa, contó su dura vivencia previa al rodaje de La sociedad de la nieve.
La sociedad de la nieve, la nueva película de J. A. Bayona, vuelve a contar la historia de una de las tragedias más duras e impactantes de nuestra historia, y hoy se encuentra en la boca de todos. En 1972 un vuelo procedente de Uruguay se estrellaba en un glaciar en los Andes y los sobrevivientes debieron enfrentarse por más de 70 días a la inmensidad y hostilidad de la montaña, luchando por salir de ahí y mantenerse vivos. Uno de sus personajes principales es Matías Recalt, que su puso en la piel de Roberto Canessa.
Recalt de 22 años, interpretó a un personaje de 19 años que era estudiante de medicina. Pero antes de rodar la película, el actor tuvo una vivencia dura, con el fallecimiento de su padre. A partir de la situación, contó como fue realizar la cinta: “Arranco la película con un duelo real, fallece mi padre en pleno proceso de casting. Para poder hacerla tuve que ponerme una especie de escudo para decir, ponemos un escudo de hierro, lo vamos a tallar, ponemos las cosas debajo de la alfombra y vamos al viaje”, dijo.
“Cuando empezamos a filmar me encontré con muchas emociones que no me entraban. Era como que recibía una bala y rebotaba. El director venía y me decía: “En esta escena se muere tal, tenés que llorar”. Yo daba todo, pero sentía que había algo que no me estaba pasando. Era algo emocional y de la cabeza que no me pasaba”, agregó.
“Algo de mi corazón me decía: hasta acá, hasta acá. Creo que con J (Bayona), construimos algo que en la dinámica de actor director entendió un poco, por donde iba yo. Y yo por donde iba el, entonces encontramos a Canessa desde ese lugar, que fue muy natural. Eso fue Canessa. De hecho, mi viejo fallece de un infarto, y en pleno proceso hospitalario, yo me preparaba para interpretar un personaje que era cardiólogo. Y siempre lo llamaba a mi papá y le decía: Estoy aprendiendo muchas cosas sobre cardiología en este proceso. Roberto me acompañó al hospital un día”, señaló.
“Roberto me brindó un montón de información. Es una persona muy simple y abierta a ayudar. Hoy en día, es cardiólogo de niños, o sea que está constantemente atendiendo gente y salvando vidas. Me abrió la puerta de su casa y me dio la posibilidad de preguntarle todo lo que quisiera, y yo, sin pudor alguno, le pregunté absolutamente todas las cosas que se me venían a la cabeza. También conocí a su mujer, a sus hijos, su trabajo y sus compañeros. Fue muy interesante hablar con Laura, con quien está de novio desde antes del accidente, o sea que ella vivió todo el proceso de no saber si Roberto iba a volver, si estaba vivo o muerto”, cerró el actor.