Desde Cinéfilos analizamos a uno de los directores más controvertidos de la actualidad.
Los directores de cine son el equivalente a los entrenadores de fútbol en el mundo audiovisual. Un club selecto es reconocido globalmente y posee una impunidad basada en su caché, independientemente de ciertos descalabros en forma de proyectos. Sin embargo, estos casos son aislados y la mayoría trabajan en la sombra. Generalmente, su nombre solo sale a relucir cuando la película ha sido una debacle y esa mancha en su curriculum queda muy presente en la retina del espectador. Si se da la situación opuesta y la cinta es un éxito, la figura del director queda más relegada a un segundo plano y entra en juego el ensalzamiento de otros factores como las interpretaciones. Por supuesto, esta crítica va dirigida al comportamiento del público general y no de la crítica especializada (entiendo que el adjetivo que acompaña al sustantivo no es mera casualidad).
Conviene hacer énfasis en que, dentro del sector cinéfilo, los directores no ostentan la peor posición y hay muchos otros colectivos que gozan de peor reconocimiento, pero intentar complacer a todo el mundo es la forma más sencilla de no complacer a nadie. Así que esta sección es para los directores. Nace con el objetivo de analizar ciertas figuras que el espectador medio no conoce como debería.
El primer “acusado” es M. Night Shyamalan, un director que cumple a la perfección lo citado anteriormente. No es del selecto club de los Spielberg, Mourinho, Scorsese o Simeone, pero es un ejemplo de cómo dirigir a tus jugadores (dirección de actores), generar tácticas novedosas (ideas muy originales) y tener un estilo de juego muy marcado (estilo propio). Eterno infravalorado y siempre controvertido, llega el momento de su “juicio”: alegatos de defensa y acusación, seguidos de las pruebas más aclaratorias posibles: sus mejores y peores películas.
Defensa de M. Night Shyamalan: alegatos a favor
Live action de ‘La Sirenita’, ‘Fast and Furious X’, ‘Guardianes de la Galaxia 3’, ‘Super Mario Bros’ y ‘Scream VI’ conforman la cartelera de prácticamente la totalidad de los cines comerciales a día de hoy. Remakes, sagas y adaptaciones parecen ser los únicos formatos que generan reclamo. El público percibe cada vez más el cine como evento (pero este es otro debate). Por este motivo Shyamalan es una edición limitada que valorar, alabar e incluso admirar. Guionista y director de todas sus películas, partiendo de ideas originales sustentadas en un estilo personal muy marcado, ha conseguido atraer a ese público que solo parece querer ver una superproducción de Marvel o Disney. Shyamalan es cine comercial con sello de autor. Una patata frita mojada en caviar. Sabe lo que hace y genera expectativas desde la sinopsis y el tráiler. Él solito. La originalidad en sus historias es el mayor alegato a favor que se puede hacer en un mundo cada vez más escaso de ideas. Pero es que no son solo ideas, el acusado demuestra talento narrativo con la estructura de sus tramas, manejando a la perfección el ritmo de sus películas e introduciendo con una facilidad pasmosa uno de sus sellos más característicos: los giros de guion o cliffhangers. Estos últimos son bien recibidos por la mayoría de la audiencia, pero también hay cierto resquemor en cuanto a esta técnica.
Están los que disfrutan de la magia y los que tratan de averiguarla o desacreditarla tildándola de forma despectiva como “magia”. ¿Está empezando a excederse en esta virtud? Este también es otro debate. Lo que es irrefutable es que M.Night Shyamalan no sería quien es sin los giros de, por ejemplo, ‘El sexto sentido’ o ‘La visita’. Benditas ideas shymalianas. Por último, no solo es talento narrativo si no también estético. El director se divierte y juega con los planos a las mil maravillas otorgándoles a las películas una calidad, profundidad y personalidad que refuerzan el argumento de sus ideas locas. Un ejemplo de ello son esos deliciosos primerísimos primeros planos de ‘Llaman a la puerta’. Talento innato.
ACUSACIÓN A M. NIGHT SHYAMALAN: ALEGATOS EN CONTRA
Cualquier país tiene una crisis económica a lo largo de su historia. Cualquier ser humano tiene una crisis existencial a lo largo de su vida. M. Night Shyamalan combinó las dos. Con la sombra alargada del éxito de su tercer largometraje (‘El sexto sentido’ de 1999) a sus espaldas, al director siempre se la ha exigido de más. Empezó la casa por el tejado. En 2008, sin embargo, las críticas comenzaros a estar justificadas. En 2014 ya no habría excusas. Shyamalan encadenó tres películas en las que la fina línea entra lo comercial y el cine de autor que tan bien había manejado comenzó a desdibujarse. Todo lo interesante y diferencial del director brilló por su ausencia y recayó en una comercialidad y superficialidad irreconocible. El personaje se comió al director. Este triple desliz fue un estacazo a la reputación del director y un caramelo para las pirañas que nunca compraron su forma de ver el cine. Tras estos fracasos, Shyamalan ha hecho seis cintas más y una serie para Apple TV, todos ellos productos interesantes y acordes al director previo a su NO Santísima Trinidad. Tras más de veinte años de carrera, estos seis años de crisis tan existencial (perdió la identidad) y económica (encima fracasó en taquilla) han hecho mella en la percepción del público sobre sus obras. Aunque se encuentra en su momento Ave Fénix, todavía no ha podido quitarse de encima la mochila de ser ese director que busca el giro por buscar, que ha perdido su sello de autor y que ha inclinado la balanza hacia la búsqueda del taquillazo comercial. ¿Genio o impostor?
Pruebas de la defensa: películas que debes ver
1) EL PROTEGIDO (2000)
La representación perfecta de lo que es Shyamalan. Un guion perfecto, desarrollo de personaje goloso, estéticamente pulida y, sobre todo, una concepción del superhéroe muy adelantada a su época que ya le gustaría a Marvel actualmente. Más de 20 años después sigue siendo la magnífica obra que fue.
2) EL SEXTO SENTIDO (1999)
La película más importante de su filmografía. Puso el nombre de Shyamalan en el mapa del mundo cinéfilo. Sin embargo, a largo plazo también le ha generado auténticos quebraderos de cabeza debido a las continuas comparaciones que le ha provocado. Para muchos una obra maestra (incluido un servidor). Ideal para entender de lo que narrativa y técnicamente es capaz el director. Bienvenidos al paraíso de los giros Shymalianos.
3) LA VISITA (2015)
Muy distinta a las dos anteriores por presupuesto, género y público objetivo. Fue el último flotador en el naufragio que estaba pasando M.Night. De ahí la importancia. Simple y efectista, pero juguetona y tremendamente divertida. 90 minutos en los que disfrutar de lo que Shyamalan es capaz de hacer con un boli y una cámara. Una historia que contada y dirigida por otra persona habría sido ridícula y quedado en el olvido.
4) SEÑALES (2002)
Cuando con una sola secuencia consigues perdurar en la historia cinematográfica es que posees un talento descomunal. 21 años después, en Twitter, de vez en cuando, se recuerda la secuencia inicial de ‘Señales’. Shyamalan sabe manejar a las mil maravillas la tensión y elementos mínimos para generar terror. No necesita sustos bobos, el conjunto es lo angustioso.
Dicho todo esto, no hay mayor elogio que ser parodiada en la saga ‘Scary Movie’. ‘Señales’ ostenta ese honor.
5) MÚLTIPLE (2016)
Aquí nos encontramos, de nuevo, con un Shyamalan en estado de forma.. Dejando atrás la nostalgia que generan sus películas del 2000, el director supo adaptarse al momento y evolucionar en su cine. ‘Múltiple’ exprime al máximo la definición de “cine comercial” con sello de autor. 17 años después es la “continuación” de ‘El protegido’. Totalmente disfrutona.
6) Otras obras que merecen mención: ‘El Bosque’ (2004), ‘Glass’ (2019), ‘Servant’ (Serie 2019), ‘Old’ (2021) y ‘Knock at the cabin’ (2023)
PRUEBAS DE LA ACUSACIÓN: PELÍCULAS QUE NO DEBES VER
1) AFTER EARTH (2013) Incursión total en la ciencia ficción de Shyamalan. Un despropósito de principio a fin. Fría como ella sola, con una trama extremadamente aburrida que supuestamente debe reflotar alguien sin dotes interpretativos como Jaden Smith. Nada funciona. Por si fuera poco el dorector se mimetiza con la catástrofe y no le aporta ningún sello personal si no que apuesta todo al poder de lo digital. Ciencia ficción es que esto fuera un largometraje de Shyamalan. Su peor película.
2)THE LAST AIRBENDER (2010)
Aquí M.Night Shyamalan pareció querer disfrazarse de su antítesis y alimentar a sus haters. Salió mal. Más entretenida que ‘After Earth’ (esto no es un logro). Se trata de un live action y por lo tanto no de una idea original Shymaliana. Si a esto le sumas que no tiene ritmo, un montaje caótico y que el elevado presupuesto no se plasma como debería en las escenas que pretenden exhibirse… Shyamalan comete un error que todavía no había cometido: inclinar la balanza de forma descarada hacia el producto y olvidarse de crear una obra personal.
3) LA JOVEN DEL AGUA (2005)
Tras los dos anteriores siniestros totales en la filmografía del director, ‘La joven del agua’ puede ser considerada un pequeño accidente, pero visto a posteriori sirvió de premonición de lo que estaba por venir. No es del todo desastrosa porque sí que hubo factores shymalianos como partir de una historia original propia y la presencia parcial de su estilo narrativo y técnico. Bonita, pero tras su visionado pesan más otros factores como lo liosa, lenta, extraña e incluso a veces absurda que puede llegar a ser. Película fallida.
4) Otra obra que está en el límite: ‘El Incidente’
RESOLUCIÓN FINAL: INOCENTE
M.Night Shyamalan es un director al que valorar. Por su pasado y por su presente. Irrumpió con fuerza en la escena cinéfila ofreciendo películas novedosas con una calidad técnica y narrativa que le otorgaron una reputación que muchos desearían. En la era de los remakes y samples, ha sido capaz de resurgir y adaptar su excelso cine de los 2000 a las demandas del público actual. Ha tenido fracasos: si. Será siempre cuestionado por su tipo de cine: también. En un mundo cada vez más encorsetado y acomodado, su figura es la del emprendedor que saca adelante continuas ideas y proyectos originales. ¡Larga vida a Shyamalan!