Llega una nueva edición del Festival de Cine de Mar del Plata y, en Cinéfilos, hablamos con su director creativo, Pablo Conde.
Pablo Conde es el flamante director artístico del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Hace años que trabaja en el festival y ha sido el encargado de presentar las películas en “Hora Cero”, una sección de trasnoche donde se proyectan los más maravillosos y extraños films. En una dinámica charla, donde predominó el humor y la profundidad de análisis que lo caracteriza, el director adelantó lo que será la edición 37 del festival de cine más importante de Latinoamérica donde hablamos de la programación, su amor por el cine y la titánica tarea de llevar adelante un evento de semejante magnitud.
Emilio Guazzaroni (EG)- Primero vayamos con la pregunta fácil: ¿Cómo estás? Imagino pura adrenalina.
Pablo Conde (PC)– El universo de las posibilidades es tan amplio como las sensaciones del momento, pero si, la adrenalina es lo que define. Ya empieza el festival en horas. Ni siquiera días a esta altura. Así que con muchas ganas. Muchas ganas de enfrentar este hermoso desafío una vez más.
EG -Sos el director artístico de esta edición, así que no te quiero poner en la difícil tarea de elegir algo, porque imagino que para vos todo será imprescindible. Pero si tuvieras que elegir una película por fuera de la competencia ¿Cuál sería imperdible para el público?
PC -Más allá de la retrospectiva y de las obviedades como Duro de matar o Videodrome, etc, yo creo que Lynch/Oz puede ser una opción. Es una película en la cual Alexandre O. Philippe, el director del documental sobre la escena de la ducha de Psicosis y el documental de William Friedkin. Alguien que es amigo de la casa se pone a diseccionar un poco el universo de David Lynch y como está atravesado por el mago de Oz. Todo esto con voz en off de cineastas como John Waters, críticos, críticas, etcétera. Imperdible.
EG -Y si tenes que invitar a gente que no conoce sobre el festival. ¿Qué competencia le recomendarías?
PC -Me parece que alguien que nunca ha ido al festival, en realidad lo que debería hacer es atravesar todas las competencias y las paralelas, porque creo que una de las cosas que tiene el festival es que en todos lados hay estrenos y cosas interesantes para conocer. Y lo más interesante a veces resulta el cine de retrospectiva, por lo cual, más que elegir una competencia, diría: atravezá todo.
EG -En la apertura del festival dijeron que había varios estrenos mundiales. ¿Cuáles crees que van a ser los grandes descubrimientos en este festival?
PC -Bueno, en la competencia internacional tenemos siete estrenos mundiales. Son películas que se ven por primera vez y que van a venir sus realizadores a presentarlas. El entusiasmo está en todas, en las siete, pero el corazoncito tiraría hacia las argentinas por una cuestión obvia de que el festival resalta el cine argentino, lo pone siempre por delante de todo. Pero me parece que las cuatro argentinas son películas que van a sorprender en cada una de sus particularidades. Dicho sea esto, las otras tres y el resto de la competencia internacional son buenisimas.
EG -La sección Hora cero que siempre presentaste ¿qué va a pasar ahora que sos director artístico? ¿La vas a presentar vos?
PC -Sí, sí. En Hora Cero tengo que estar. Necesito estar. Y me parece que es un lugar tan, tan… Pasa algo muy raro con hora cero. Y es que cuando uno está con las energías bajas, te digo desde el lado de la presentación, Hora Cero te levanta. Entonces termina siendo un elixir. No quiero meterme en terrenos que parezca que soy una persona mística porque no lo soy (risas). Pero me parece que hay algo en la energía que tiene esta sala. Esas medianoches que es que circulan muchas buenas vibraciones y hay algo ahí algo que me parece súper interesante. Y claro, sí, probablemente este año sean muchísimas cosas, pero no puedo perderme Hora Cero. Veremos, veremos como llego a la mitad del festival, ya en ediciones pasadas a dormir en un lujo absoluto, este probablemente lo sea más.
EG -Presenté mi primer cortometraje y no quedó seleccionado, ¿tengo que culparte a vos? (risas)
PC -Absolutamente, soy el culpable (risas), mirá, llegaron más de 2000 cortometrajes, Y unos 280 largometrajes argentinos. En la programación desgraciadamente se arma desde lo que nosotros vamos buscando y eso no implica que lo que se programa sea lo mejor. Lo que digo porque hay criterios que son absolutamente subjetivos… ¿Qué es mejor? ¿qué peor? Hay una lógica en el armado de la programación que se escapa de esos criterios y muchas veces en los festivales te equivocas.
EG -¿Y cómo es el trabajo de esa visualización de esos 2000, por ejemplo, cortometrajes? ¿Cómo se hace para tomar decisiones? Porque es demasiado.
PC -Es demasiado. Nosotros tenemos un equipo de visualizadores que nos ayudan a ver el material, porque en total son 4000 títulos los que llegan entre cortos y largos. Es humanamente imposible ver todo, pero lo hacemos con nuestro equipo, digamos, por la cantidad de gente que tenemos. Se ve todo como orden de prioridad y todo lo que es argentino es lo primordial. Es una tarea titánica, realmente titánica. Y esto después pasa a una instancia de debate, por lo cual hay un filtro, una revisión, algo a partir de eso y lo que queda siempre es debatido.
EG -Más allá de las películas, hay muchas actividades, hay charlas y hay una encuesta de las 100 mejores películas argentinas. ¿Cómo es eso?
PC -Sí, efectivamente, esto es una. Una actividad de la gente de La vida útil, Taipei y La tierra quema. Convocaron a 500 personas. 500 votantes de distintas ramas relacionadas de alguna u otra forma con el cine para elegir cuáles son las 100 mejores películas de la historia, o sea, de toda la historia del cine argentino. Que cada persona vota sus diez favoritas. De ahí sale esta lista que van a hacer pública durante el festival en una actividad especial. Una mesa donde se va a anunciar cuáles son las películas que han quedado seleccionadas. A la par de esto se va a publicar en una página web y esto es algo que que nos interesa muchísimo es el festival. Por eso los convocamos y les pedimos que el anuncio sea parte de una de estas actividades, porque creemos que es algo súper interesante, porque desde ahí se abre debate, ¿no? ¿Cuáles son las elegidas? ¿Por qué? ¿Acaso responden a la edad del electorado? ¿Acaso responden a la falta de visibilidad que tiene el cine de años previos? ¿Acaso se debe a modas? ¿Se debe a la firma rutilante de las y los artistas que ganen? Todo esto va a ser analizado y va a contrastar con las últimas listas que se hicieron. Nos parece que es una muy buena iniciativa para pensar el cine argentino, su visibilidad, su permanencia a través de los años.
EG -Quiero preguntarte sobre vos, sobre tu vínculo con el cine. ¿Te acordás cuál fue el primer momento en el cine?
PC -Es muy difícil porque yo creo que a los ocho años yo sabía que quería estudiar cine. Me parecía muy extraño. Recuerdo haber visto en la tele una película, una animación, de hecho volví a verla hace poco, de Frankenstein. Una animación japonesa en la cual al final el monstruo salta cuando vienen todos los pobladores a por él. Se tira de un precipicio y llora mientras cae y se pregunta por qué nadie lo entiende, por qué nadie lo acepta. Y por más efectivo o sensacionalista que pueda ser ese momento, me acuerdo haber llorado en esta secuencia. Y pensar que estoy llorando por dibujos que alguien hizo, que alguien animó.
¿Cómo? ¿Por qué? Y ahí digo, bueno, hay algo muy fuerte en esto. Y me empezó a interesar el hecho de cómo se podía lograr algo tan fuerte a partir de dibujos nada más. Y eso en realidad trascendió al resto, a la historieta, a la televisión. Pero claramente en ese momento dije tengo que dedicarme a esto y entender de sus mecánicas. No lo hice nunca ni lo voy a hacer (risas), pero me parece que ese fue un buen punto de partida.
EG -Y para quienes no conocen que me podrías decir ¿qué es el cine para vos?
PG -Uff… qué pregunta… el cine es todo. Es una forma de entendernos, de entender a los demás, de entenderse a uno mismo, de entender el mundo, de entender la historia de la humanidad. Me parece que el cine tiene esa cosa tan distintiva que puede ser entretenimiento, puede ser reflexión, puede ser, no sé, resonador de puntos suspensivos, puede ser el lugar en el que uno busque ser interpelado y encuentre respuestas a esas estas cuestiones. Me parece que el cine es todo.