La última película de Maximiliano Schonfeld, escrita en conjunto con Selva Almada, ganó el premio a Mejor Dirección del Festival internacional de cine de las Alturas y estuvimos con su director.
La octava edición del Festival Internacional del cine de las Alturas volvió a la plena presencialidad en las salas de cine de la provincia de Jujuy y, de manera online para Argentina, proyectó más de 120 producciones. Entre las más destacadas se encontró Jesus Lopez, la tercera ficción de Maximiliano Schonfeld que fue premiada en el Festival de Biarritz, el de Mar Del Plata y ahora también recibió un premio a Mejor Dirección en el Festival de cine de las Alturas que se llevó a cabo del 2 al 11 de septiembre en Jujuy.
¿De qué va?
Jesús López era un joven piloto de carreras que murió accidentalmente dejando su pueblo conmocionado. Su primo Abel, un adolescente sin rumbo, se siente poco a poco tentado a ocupar su lugar. Se instala con los padres de Jesús, viste su ropa, sale con sus amigos y su exnovia. Al principio la gente lo acepta y a Abel le gusta este papel. Pero el parecido con su primo se vuelve inquietante, hasta el punto de que acaba transformándose en Jesús López. En el pueblo se organiza una carrera en homenaje a Jesús. Animado por el espíritu de su primo, Abel conduce el coche del difunto. El resultado de esta carrera determinará si la transformación se vuelve o no definitiva.
En la presentación con el público realizada en el cine Annuar I, se hizo presente el director Maximiliano Schonfeld y nos contó porqué eligió un actor sin experiencia para este protagónico y cómo fue trabajar con él:
Hicimos un gran casting en Entre Ríos y Santa Fe, sumamos búsquedas en escuelas y en la vía pública de las aldeas: en la Aldea Brasilera, apareció el protagonista. Desde el primer momento supe que era él el protagonista, por su naturalidad y sobre todo por su inmensa sensibilidad. Además por su vínculo con los autos (es muy fierrero)”. Después complementamos con actores y actrices que vinieron de Buenos Aires que sí tienen más herramientas porque sentíamos la necesidad de tener actores con ciertas herramientas que nos permitan narrar porque los actores y las actrices son narradores, entonces confiamos mucho en ese mix y la verdad que yo en mis películas no ensayo tanto o casi nada, de hecho la mayoría de los que son los no actores, no saben el guion, trabajan sin guion.
Trabajamos de una manera intuitiva día a día, le vamos pasando un poco de información y vamos trabajando ciertas cuestiones que tienen que ver con la naturalidad y con la convivencia del día a día y mantener eso, pero no hay mucho ensayo.
Al ser consultado sobre el rodaje, realizado en pandemia, Schonfeld contó que tuvieron que parar en la tercera semana de rodaje y luego retomaron ocho meses más tarde. “Por suerte en ese momento habían bajado los casos y pudimos trabajar muy cómodos, pero obviamente con los cuidados necesarios y haciendo burbujas con actores y equipo.
En esa pausa la película ganó un fondo del Centre National du Cinéma et de L’image Animée (CNC), que es un fondo muy importante de Francia y sin eso hubiese sido imposible terminar la película.“
Jesús Lopez se destaca por su fotografía, sus atardeceres y sus amaneceres. Al ser felicitado por esto, Schonfeld contó cómo llevó a cabo esas particulares escenas que destacan el filme: “Yo tengo como un sistema de de trabajo, que cada vez está más pulido que tiene que ver con que los rodajes en mis películas empiezan a partir de las 2 de la tarde, nunca antes. Primero porque creo que a la mañana no hay que trabajar, para mí es un tiempo para tomarse para uno mismo. No es que no me levanto temprano, pero lo tengo como regla, en la vida y también para los rodajes, entonces me parece un buen momento para reflexionar con el equipo y con uno. Y en segundo lugar porque me gusta que el atardecer en mi provincia (Entre Rios) cae entre las 6 y a las 8 de la noche entonces si empezamos a las 14 horas, a esa hora el equipo está en su mejor momento con 5 horas, ya de trabajo aceitado no está cansado y ya está como como en ritmo, porque si empezaríamos a la mañana esa a esa altura a esa hora ya llegamos muy cansados.
Entonces filmamos casi todos los días una parte de la al atardecer. Tenemos muy cronometrado lo que es cada movimiento del sol. Esto lo aprendí cuando yo trabajé en una película con un director ruso que filmaba solo de madrugada y al atardecer. Esa experiencia me enseñó mucho y ahí aprendí que cada atardecer y cada amanecer es totalmente diferente, no hay uno igual al otro y uno tiene que estar como muy preparado para lo que puede pasar puede ser calle neblina, puede ser que sea turquesa, puede ser que no pase nadie el sol caiga directa puede ser que hace una amarillento entonces es estar preparado para para el imprevisto.
Esto de cronometrar los materiales naturales lo trabajamos un año antes del rodaje, con Federico Lastra y veíamos las posibilidades de la imagen. Intentamos suplir las carencias de presupuesto utilizando elementos como el fuego, el polvo y el agua. También conocíamos de memoria las puestas del sol y las aprovechábamos al máximo”.