En Netflix apareció hace unos días una nueva película de terror oriental, la vimos y en esta nota te contamos qué nos pareció.
La plataforma Netflix tiene una interesante costumbre para recomendarte películas: Al pasar sobre una de ellas, en lugar de un tráiler, nos muestra una escena. En el caso de Maleficio, dirigida por Kevin Ko, esos pocos segundos recortados del clima general logran igual tensionar con la promesa de una película aterradora aun sin mostrar nada. La película no se queda atrás e incluso logra darle un giro al género de “cinta encontrada” novedoso, algo que se agradece en un estilo tan recurrente y muchas veces reiterativo.
La historia
Un grupo de cazadores de mitos de youtube viajan a visitar una secta y cometen un acto de ofensa que desencadena terribles consecuencias. La película es un video-diario de una de las integrantes de ese grupo, seis años después, intentando reconstruir su vida y recuperar a su hija. La película está inspirada en cintas reales recientemente encontradas sobre sectas.
La técnica
El found footage es un tipo de filmación efectista que intenta emular un video casero y real. Engañando al público en sus comienzos con Holocausto Canibal (1980) oEl proyecto de la bruja de Blair (1999), se transformó en un recurso interesante que se agotó rapidamente porque el bajo costo que representan habilitó un alubión de películas filmadas con camara en mano sin ningún motivo narrativo real. Obviamente hay genialidades entre todas esas producciones de las cuales podemos destacar Rec (2007), Rec 2 (2009), Chronicle (2012), Proyecto Almanaque (2015), Cloverfield (2008), Creep (2014), Distrito 9 (2009) o incluso la serie The Office entre muchas otras.
Y Maleficio no solamente se suma a esta lista de “buenos found footage” sino que trae una interesante propuesta: La interacción con el público. Maleficio utiliza herramientas de la comunicación actual, es moderna a tal punto que de a ratos uno siente estar viendo un creepypasta de youtube, casi esperando que Dross comience a narrar alguna secuencia. Utiliza trucos, visuales y narrativos, para que la película termine siendo casi exclusivamente un muy buen golpe de efecto que te queda resonando horas después de haberla visto.
Pocos sobresaltos
Pese a pertenecer a un tipo de cine que vive por y para los jumpscares (Esas tensiones insoportables cortadas con un ruido fuerte e imágenes de golpe que te hacen saltar de la butaca) Maleficio las utiliza con mesura, apuntando a un miedo más a largo plazo, más profundo que la inmediatez del sobresalto, de efecto superfluo. Y acá es donde está quizás lo más interesante de la película, que el miedo de verdad viene una vez que terminó.
Con los créditos en pantalla y Netflix ya ofreciéndote otra cosa para ver, se activa el efecto real de Maleficio. ¿Qué acabo de ver? ¿Es la película finalmente lo que creo que fue? Porque la película de Ko juega con tu mente, con tu escepticismo y también con tus miedos más irracionales, desde los ruidos inexplicables hasta la tripofobia, de una manera tan original en las formas que se siente como una refrescante lavada de cara a un modo de filmar terror que muchas veces cansa por su redundancia.
¿Se animaron a verla, cinéfilos? ¿Qué les pareció a ustedes?