Men, la nueva película de terror psicológico de A24, pone en el centro de la escena la asfixiante opresión del patriarcado.
Los amantes del género (y de A24) estábamos esperando ansiosos la llegada de Men, escrita y dirigida por Alex Garland. El guionista de 28 días después (2002) nos regaló también desde la dirección la gran película Ex-machina (2014). Además, la desafortunada Aniquilación (2018), que no logró ser más que un concepto medianamente interesante ejecutado pobremente, y la serie Devs (2020).
Pero un enigmático tráiler con un incómodo poster nos hizo mirar en dirección a su próxima película desde principios del 2022, una promesa de terror psicológico y angustia profunda con un título que bastante nos sugería sobre la temática a tratar: “Hombres”.
¿De qué se trata?
Harper, una mujer recientemente viuda interpretada por Jessie Buckley, va a pasar unos días a la idílica campiña inglesa escapando del fantasma de su ex y las imágenes de su suicidio; pero comienza a sentirse amenazada por los hombres de esa comunidad rural, en especial por un personaje herido y desnudo que deambula por el bosque acechándola.
Tensión de coyuntura
Los primeros dos actos de la película construyen una tensión sofocante que llena de angustia. Dialoga a la perfección con los temas de coyuntura respecto a las diferentes violencias que ejercen los hombres. Sucede que la película tiene una intención bastante explícita de abordar el terror que implica el ser mujer en un mundo lleno de hombres violentos: entre secuencias tenebrosas con los lugareños y flashbacks de una relación tormentosa y abusiva, te hunde poco a poco en un pozo de desesperación bien logrado, profundo e inquietante.
Trazo grueso
La metáfora es bastante obvia pero válida durante la primera parte del film, que entre el título y una extraña pero interesante decisión de casting postula que “todos los hombres son iguales”, si se quiere de una manera simplista pero efectiva y clara, funcional al género y la construcción del mensaje. En el tercer acto, la búsqueda de la intelectualidad y la necesidad de que quede clara la alegoría, hace que la metáfora sea tan explícita y subrayada que pierde peso.
Hermosas imágenes surreales nos remiten al pecado original que condena a la mujer a una eternidad de tormentos y control masculinos, con una grotesca y maravillosamente ejecutada representación del ciclo continuo de masculinidad tóxica en un hermoso despliegue de efectos visuales pero no así de ideas, ya que todo lugar a la interpretación es desmantelado para pasar a un discurso bastante lineal, incluso paternalista, sobre cómo el patriarcado es malo.
Llegado a este punto, si nos ponemos analíticos, es inevitable pensar que es extraño que todo este despliegue obvio y redundante de crítica al patriarcado opresor está escrito y dirigido por un hombre heterosexual, que claramente puede escribir y dirigir sobre cualquier temática, pero ese natural “estar afuera” de lo que se está contando, en este caso, se termina trasmitiendo a la obra, con una mirada inevitablemente ajena a la problemática que aborda con torpeza.
Podemos tomar como ejemplo The assistant (2019) de Kitty Green, una película que aborda prácticamente la misma temática, pero con una sutileza extrema y con un efecto mucho más permanente que te habilita un debate profundo y enriquecedor. Incluso la visión más subrayada del pacto machista que propone Promising Young Woman (2020) tiene mayor impacto en su simpleza que la obra de Garland. Y es esta sensación de “Ser intelectual” que transmite el tercer acto lo que transforma a Men en una película pedante, con un despliegue técnico y artístico realmente admirable al servicio de subrayar una y otra y otra vez con trazo grueso la misma idea, como si tuviese miedo de que no seamos capaces de entender la única premisa de toda la película, que ya estaba clara en el título.
El valor artístico
La película, pese a lo antedicho, vale el visionado por tres importantes motivos: Primero que los recursos del terror y el suspenso están dispuestos con una hermosa destreza narrativa y técnica; segundo que la fotografía y dirección nos regalan una muy disfrutable visión de los espacios naturales de la campiña inglesa por un lado y una cátedra de terror poético por otro; y tercero, La versatilidad actoral de Rory Kinnear para perturbar desde diferentes lugares es de lo mejor de la película.
¿Ya la vieron, cinéfilos? ¿Qué les pareció?