Cinéfilos habló con Edna Liliana Valencia, consultora de Encanto para la representación colombiana en el film. ¡Mirá la entrevista completa!
Encanto, la nueva película de Disney, se estrenó hace unas semanas en Argentina y ya está disponible en la plataforma de Disney+. La película animada, inspirada y ambientada en Colombia, cuenta la historia de los Madrigal, una familia extraordinaria que vive en una casa mágica. Los Madrigal habitan en un lugar maravilloso, conocido como un Encanto, que ha bendecido a todos los niños y niñas de la familia con un don único: desde súper fuerza hasta el poder de sanar. A todos, excepto a Mirabel, la única integrante de su extraordinaria familia que, por algún motivo, no recibió un don mágico. Mirabel descubre que la magia que rodea al Encanto corre peligro y ella, la única Madrigal sin poderes mágicos, podría ser la última esperanza de su excepcional familia.
EDNA LILIANA VALENCIA (Consultora, Fideicomiso Cultural Colombiano) es una periodista afrocolombiana que se destaca por sus reportajes sobre las diversas poblaciones del país Latina. Como parte del Fideicomiso Cultural Colombiano, Liliana consultó al equipo de cinematografía de Encanto sobre la representación afrocolombiana.
Entrevista a Liliana Valencia
¿Cómo llegó el proyecto de Encanto al Fideicomiso Cultural Colombiano y cómo participaste de este proyecto?
La idea original de esta película es de los directores de la película que hicieron un viaje a Colombia hace 4 años y quedaron encantados con la diversidad del país. Se sorprendieron al ver que Colombia era mucho más que de lo que se pensaba. Entonces, llegan con esta idea y, dentro de las principales prioridades, estaba hacer justicia a la cultura colombiana y que la biodiversidad de Colombia estuviera presente: las características en cuanto a gastronomía, música, vestuario, entornos y arquitecturas estuvieran en la película. Ahí se crea este fondo cultural, este equipo de Cultural Trust en el que ayudamos a los directores de la película a consolidar una imagen muy colombiana y muy latinoamericana. Colombia permite narrar las diferentes diversidades culturales de América Latina.
En Colombia, lo que que más ha gustado es esa diversidad cultural que se ve. La gente puede decir “yo le cambiaría el principio” o “yo le cambiaria el final” pero cada persona se puede ver reflejada en la película: afros, indígenas, campesinos, mestizos. Eso es muy bonito y gente de todas las regiones está recibiendo la película con mucho agrado.
¿Cómo fue todo tu trabajo como consultora de la película y en qué elementos de la película se ve reflejado tu trabajo?
Es difícil narrar todos los elementos porque fue un trabajo de año y medio. Para darte algunos ejemplos: la presencia de población afro fue lo primero que estuvo en la película y lo primero que se nota. La invisibilidad había sido, hasta ahora, una constante para la gente afro; entonces, ver tantos personajes -tanto en la familia como en el pueblo (de la película)- que son afrodescendientes y que se ven fenotípicamente afro es maravilloso: hacerle entender a Walt Disney que no somos una minoría en Colombia, sino que, somos 13 millones de personas. Que esa cantidad de gente se sienta representada, para mi, es muy importante.
Por otro lado, con respecto a la representación de las facciones físicas está, especialmente, el cabello. En Encanto, ves cabellos afros -4b, 4c- algo que nunca había pasado en una película de Walt Disney. Eso nos dice por primera vez, a las niñas negras, de cabellos afro, crespo y rizado que nuestro cabello no es un problema, que no tiene que tener que ser escondido de la narrativa de los cuentos de hadas y que no tiene que ser excluido del cine o la televisión. Los cabellos afro fueron de los principales focos en la película: las trencitas que usan las mujeres en Colombia con las cajitas en la punta y los turbantes se ven en la película.
También, está la Selva del Chocó que fue la inspiración para el cuarto de Antonio, uno de los personajes. El Chocó es una región del país que casi nadie conoce que tiene un 90% de población afro y, por ese motivo, ha sido invisibilizada culturalmente. Verla en la película, representando a los niños del Chocó y con el jaguar -que es el animal de la región- es maravillo. Otro elemento que aparece es la marimba de chonta. Es un instrumento patrimonio de la humanidad, fundamental de la música afrocolombiana del Pacífico. Son mil y un detalles que hacen algo muy especial en términos de representación.
¿Cómo fueron las primeras reuniones que tuviste con el equipo de la película?
Al principio, yo no tenia muy claro para qué eran (las reuniones). Me dijeron “hola Liliana queremos reunirnos contigo, somos de Walt Disney”, yo claramente dije que si. Todavía no se hablaba de que era una película inspirada en Colombia. Yo me empecé a imaginar, por mi perfil, que tenia que ver con los afrolatinos. Eran como unas charlas de amigos, nos reíamos, contábamos historias, ellos me preguntaban mucho por mi familia “¿cómo es tu familia? ¿Tienes fotos?”. Yo hablaba mucho de mi familia, mi región, de mi trabajo periodístico que está enfocado en la visibilización de las poblaciones afrocolombianas, africanas y afrolatinas.
Era como un aprendizaje desde la experiencia personal; después, fuimos entrando en profundidad y, en un punto, ya me contaron que había una película inspirada en Colombia que se llamaba “Encanto”. Empezamos a desglosar esas características culturales que ellos querían poner en la película. Fue muy lindo, muy divertido y las reuniones muy cálidas, ellos siempre querían aprender. Eso fue maravilloso porque demuestra el respeto que tiene Walt Disney por la cultura colombiana y por las culturas que abordan sus películas.
Osea directamente te pidieron fotos de tu familia para ponerlas en la película.
Siempre hacían mucho trabajo de imagen por ejemplo: me preguntaban “cómo es tu familia?” y yo les mostraba una foto de mis familiares. Cada personaje de la familia (de Encanto) se parece a un personaje de mi familia. Fue un trabajo más específico en cuanto a la historia afrocolombiana, después vimos detalles como el pelo de un personaje puntual o el vestuario, buscábamos que algún rol en la película que no cayera en estereotipos. No parecía trabajo. Yo les mostraba y enseñaba imágenes de todo: la cumbia, los diferentes tipos de cabellos. A las dos horas de esas reuniones, me llegaba un mail donde me pedían fotos de los vestidos de cumbia para ir armando la idea que después se ve en la película, por ejemplo.
Fuiste la fuente de inspiración total.
Todo lo que les mostraba, después, lo hablaban con antropólogas e historiadores que soportaban nuestras ideas. Buscaban fuentes más solidas en cuanto a los diferentes constructores. Yo sugerí que apareciera la Selva del Chocó, a ellos les gustó y después iban con experto en biodiversidad que les decía las especias de la selva para hacer la parte botánica. Era armar un rompecabezas.
¿Cómo crees que resultó la película finalmente? ¿Se logró el objetivo que buscabas como consultora?
Yo quedé gratamente sorprendida. Ver a los personajes del pueblo -de la película- que tienen rasgos afrocolombianos, indígenas, campesinos es emocionante. Ver esa Colombia en la que yo sé que vivo pero que muchos colombianos todavía no lo saben y saber que el mundo va a ver por fin ese referente multicultural de Colombia, para mí, es maravilloso. Que la gente empiece a despertarse y ver esa multiculturalidad colombiana y esas raíces negras, para mí es un logro un imperativo histórico súper importante.
Cada detalle está representando a Colombia: el techo de la casa cuando la casa empieza a desarmarse, los adoquines de las casas cafeteras de Colombia, en la cocina aparecen colgados los ajos que es una costumbre muy colombiana, los cucharones, el ajiaco es un plato muy típico del país y aparece en la película en una de las comidas que tiene la familia; las frutas del desayuno. Cuando formas parte de ese proceso de construcciones es absolutamente hermoso ver cada detalle.